2ª SEMANA DEL MES DE ENERO 2019
Lunes 7 de enero
Mateo 4,12-17.23-25: Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea. Y se estableció en Cafarnaún, a orillas del lago, …. A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: “Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”.
El evangelio de hoy describe como se inició la misión de Jesús. Fue la noticia de la prisión y muerte de Juan Bautista la que llevó a Jesús a empezar su predicación. Juan había dicho:"Arrepentíos, porque el Reino de Dios está cerca". Por esto fue encarcelado por Herodes. Cuando Jesús supo que Juan estaba preso, volvió a Galilea anunciando el mismo mensaje:"Arrepentíos porque el Reino de Dios está cerca". Con otras palabras, desde el comienzo, la predicación del evangelio traía riesgos, pero Jesús no se echó atrás. Jesús comienza el anuncio de la Buena Noticia andando por toda Galilea. No se queda esperando que la gente llegue y vaya a él. El mismo va a las reuniones de la gente, a las sinagogas, para anunciar su mensaje. La gente lleva a los enfermos, a los endemoniados, y Jesús acoge a todos y los sana. Este servicio a los enfermos forma parte de la Buena Noticia y revela a la gente la presencia del Reino.
El discurso inaugural de Jesús, con su mensaje de buenas nuevas, tenía cautiva a su audiencia. Ofrece verdad, sanación, esperanza, compasión y paz a los sin esperanza. Jesús, el Sanador, aplica una terapia que fue su propia persona: su amor compasivo. La curación fue la manera de amar de Jesús. La mayor parte de las acciones curativas de Jesús, no fueron más que su afecto y amistad. Llamó a los necesitados a confiar en la bondad de Dios y encontrar el coraje de seguir adelante.
Martes 8 de enero
Marcos 6,34-44 “Cuando ya se hizo tarde, se le acercaron los discípulos y le dijeron: Este es un lugar apartado y ya es muy tarde. Despide a la gente, para que vayan a los campos y pueblos cercanos y se compren algo de comer”. Jesús les responde: “Denles ustedes mismos de comer”
Una de las manifestaciones más amables y expresivas de la misión mesiánica de Jesús fue la multiplicación de los panes. Se compadece de la gente: ‘andan como ovejas sin pastor’. Jesús está cerca de los que sufren, de los que buscan. No está alejado del pueblo, sino en medio de él. Como nuevo Moisés, da de comer a los suyos en el desierto. Su amor es concreto, comprensivo de la situación de cada uno. Da de comer y predica el Reino, alivia los sufrimientos. Y a la vez evangeliza.
Jesús, tal como aparece ya en sus primeras intervenciones como misionero del Reino, siempre tiene tiempo para los demás. Nunca pasa al lado de uno que sufre sin dedicarle su presencia y su ayuda. Hasta que al final entregue su vida por todos.
El pan multiplicado que nos ofrece cada día Cristo Jesús es su Cuerpo y su Sangre. Él ya sabía que nuestro camino no iba a ser fácil. Que el cansancio, el hambre y la sed iban a acosarnos a lo largo de nuestra vida. Y quiso ser él mismo nuestro alimento.
Señor, gracias por alimentarnos diariamente con el pan de tu Palabra. Gracias por el alimento y el pan de cada día, pero sobre todo gracias por el Pan de tu Cuerpo y de tu Sangre. Haz que tengamos siempre hambre y sed de Ti. Amén
Miércoles 9 de enero
Marcos 6,45-52 “Al ver que (los discípulos) remaban muy penosamente, porque tenían viento en contra, cerca de la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el mar… Ellos, al verlo caminar sobre el mar, … se pusieron a gritar,. Pero él les dijo: "Tranquilícense, soy yo; no teman".
La lectura de hoy resume lo que es la vida del hombre: Necesidad de pan, de vida espiritual, viento en contra, y muchos miedos. En estos cuatro signos resume el Evangelio, todas y cada una de nuestras preocupaciones, las que tendremos durante este año 2019 y las que seguro nos acompañarán a lo largo de nuestras vidas. A todas estas necesidades, reveses y miedos, responde el Señor con su presencia: “Tranquilos, no teman, soy yo”… Calma, no pierdan la paz, yo estoy con ustedes”. Es significativo que al encarar un nuevo año, el Señor se acerque a nosotros con estas palabras de Padre, de hermano, de compañero: yo estoy contigo, yo encaro contigo este año, yo estoy vivo y presente en medio de tu vida, yo navego en tu barca… ¿Necesitas pan? Yo seré tu alimento… ¿Necesitas descanso, oración, silencio? Yo te enseñaré el camino… ¿Tienes miedos a las tormentas, al viento en contra, a la soledad? No temas, yo estoy contigo todos los días hasta el fin del mundo… “Tranquilo, no temas, soy yo”. Encaremos el año y la vida, cimentados en este Dios que es presencia, compañía, guía, alimento, paz. Seguro este año, como todos los años, nos encontrará dando batallas varias y acometiendo desafíos de todo tipo. Pero no olvidemos ni hoy, ni en todo el 2019, ni en ningún momento, la presencia de Dios en nuestras vidas, presencia que en Cristo nos dice: “Tranquilo, no temas, soy yo”.
Jueves 10 de enero
Lucas 4,14-22
En el Evangelio de hoy, San Lucas nos cuenta que Jesús vuelve a Nazareth donde se había criado. Jesús entra el sábado en la sinagoga como de costumbre para hacer allí la lectura. Le presentan el libro del profeta Isaías en el cap. 61. Jesús proclama el texto tan conocido por nosotros: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la Unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Y nos dice Lucas, que todos los ojos estaban fijos en él.
El pasaje de Isaías es central porque habla del futuro Mesías, lleno del Espíritu de Dios. Él es enviado a cumplir su misión para con los pobres, a dar la liberación a los oprimidos y anunciar el año de gracia de Señor. Pero lo que Lucas quiere señalar es aquella frase de Jesús: "hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír". Es de esta manera como se presenta a los de su pueblo: como el Mesías esperado. Hoy se nos ha anunciado el programa mesiánico de Jesús, en el que destaca su preferencia por los pobres y oprimidos. Es el programa que Él cumplió a lo largo de su vida y el que propone a todos los que somos seguidores suyos.
Viernes 11 de enero
Lucas 5,12-16: “…estando en una ciudad, se presentó un hombre cubierto de lepra que, al ver a Jesús, se echó rostro en tierra, y le rogó diciendo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.»El extendió la mano, le tocó, y dijo: «Quiero, queda limpio.» Y al instante le desapareció la lepra.
Nadie hubiera pensado que curarse de la lepra fuera tan fácil. Lo único que necesitó este enfermo, fue acercarse humildemente a Cristo y pedírselo. Él sabía que Cristo bien podía hacerlo. Además, cree con todo su corazón en la bondad del Maestro. Quizá por esto, es que se presenta tan tímido y sencillo a la vez: "Maestro, si quieres, puedes curarme". La actitud denota no sólo humildad y respeto, revela además, mucha confianza... La vida de muchas personas, y a veces la nuestra, se ve llena de enfermedades y males, sucesos indeseados y problemas de todo tipo, que nos podrían llevar a perder la confianza en el Maestro, Buen Pastor. Quizá alguna vez, hemos pensado que Él nos ha dejado, que ya no está con nosotros; pues sentimos que nuestra pequeña barca ha comenzado a naufragar en el mar de la vida... Pero de esta forma, olvidamos que el primero en probar el sufrimiento y la soledad fue Él mismo, mientras padecía su muerte en la cruz. Y así, nos quiso enseñar que Dios siempre sabe sacar bien del mal, pues por esa muerte ignominiosa, nos vino la Redención.
Sábado 12 de enero 190 Aniversario de la Fundación del Inst. de las Hijas de María S. del Huerto
Juan 3,22-30 'yo no soy el mesías, pero he sido enviado delante de él'. …es necesario que él crezca y que yo disminuya."
El último testimonio del Bautista sobre Jesús subraya nuevamente no sólo la superioridad de la misión de Jesús frente a la suya, sino el sentido mesiánico de la obra de Jesús.
La fe de Juan Bautista es ejemplar para el discípulo cristiano; un modelo a seguir para todo aquel que quiera ser testigo fiel de Cristo en el mundo. Él aceptó sin reservas su papel de testigo que conduce a los seres humanos al Mesías, permaneciendo siempre fiel al plan salvífico de Dios, a pesar de la inclinación de sus propios discípulos a dejarse influir por sentimientos humanos egoístas. El austero predicador del desierto que se había presentado como testigo del Mesías, en este texto aparece como ejemplo para todos los que seguimos a Jesús y lo anunciamos entre los seres humanos. Juan no ha dudado ni un momento en disminuir, en ocultarse hasta desaparecer, con tal que Él, Jesús el Mesías, crezca, resplandezca con toda su luz y sea aceptado y creído por todos.
190 Aniversario de la Fundación del Inst. de las Hijas de María S. del Huerto
Hoy hacemos memoria de la fundación del Instituto de las Hijas de María S. del Huerto, obra del entonces Párroco de San Juan Bautista en Chiávri, San Antonio Gianelli. Un Santo que vivió con intensidad su amor a Jesucristo y su pasión por el Reino. No fue un hombre desconectado de la realidad, sino que como “hombre de Dios”, vio la situación concreta de la Ciudad y dio una respuesta desde la fe: proveer a la atención y a la formación de las niñas del Hospicio de Chiávari. Que el Señor en este día ilumine a cada miembro de la Familia Gianellina, para que mirando nuestros orígenes, redescubramos nuestra razón de ser en y para la iglesia, y asumamos, como el Padre Fundador, nuestra misión profética, que naciendo de una mística, conduce a la misión: opción por los pobres llevando la Buena Nueva y llegar a ser santos haciendo el bien.
Domingo 13 de enero Bautismo del Señor Fiesta
Lucas 3,15-16.21-22: “El pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como una paloma. Y se oyó una voz del cielo: Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección”
Jesús a pesar de ser el Hijo de Dios quiere parecerse tanto a nosotros que se bautiza, recibe el agua que libera y da vida. Pero antes, se pone en oración, porque para Él la relación con el Padre es necesaria.
Al recibir el Bautismo, Jesús quiere ponerse del lado de los pecadores haciéndose solidario con ellos, expresando la cercanía de Dios. Él se muestra solidario con nosotros, con nuestra dificultad para convertirnos, para dejar nuestros egoísmos, para desprendernos de nuestros pecados, para decirnos que si lo aceptamos en nuestra vida, Él es capaz de levantarnos de nuevo y conducirnos a la gloria de Dios Padre.
TERMINA EL TIEMPO DE NAVIDAD