MISA DE LA CENA DEL SEÑOR

MISA DE LA CENA DEL SEÑOR
 
PREPARACIÓN:   
Antes de la salida del celebrante y los ministros.
 
Hermanos, hemos concluido el tiempo de Cuaresma, y con la celebración de la "Misa de la Cena del Señor", iniciamos la vivencia de los misterios más sublimes de nuestra fe, que cul-minarán en la Pascua de Resurrección.
"Con su palabra, el Verbo hecho carne, convierte el pan en su cuerpo y el vino en su propia sangre; aunque fallen los sentidos, es suficiente la fe. estas poéticas palabras de santo Tomás de Aquino convienen perfectamente a esta liturgia vespertina y nos ayudan a entrar en el núcleo del misterio que celebramos."
La liturgia de este día centra la atención en tres misterios de singular importancia: la Eucaristía, el Orden Sagrado y el Mandamiento del Amor.
Comienza la liturgia de esta celebración, estando el Sagrario vacío. Al término de la homilía se procederá al "lavatorio de los pies", en el que quien preside la celebración, realizará este gesto de humildad, hospitalidad y fraternidad, realizado por Jesús, con un grupo de doce personas de la comunidad, que recuerdan a los Apóstoles, a quienes Jesús lavó los pies durante la última Cena, haciéndose Él, el Señor, servidor de sus discípulos.
A la finalización de esta celebración que nos introduce en el Triduo Pascual de la Pasión y Resurrección del Señor, llevaremos solemnemente el Cuerpo de Cristo hasta el lugar reser-vado para que, hasta la medianoche, cada cual pueda darle culto, acompañarlo ofreciéndole un poco de su tiempo; será desnudado el altar y ya no se celebrará la Eucaristía hasta la noche de la Vigilia Pascual.
Nuestra participación en esta celebración, no debe limitarse a la rememoración de lo ocurrido hace casi dos mil años, sino que, hoy más que nunca debemos compenetrarnos del misterio que celebramos: la Santa Misa, la única, la de Jesús, que se actualiza en el tiempo y en el espacio, pero que sigue siendo la misma de la primera Semana Santa, en la que se derramó su sangre y murió por nosotros, para que pudiéramos resucitar junto con Él, pasando de la muerte del pecado a la vida de hijos de Dios.
 
RITOS INICIALES
Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial.
 
Esta liturgia vespertina significa el "día del amor de Cristo, llevado «hasta el extremo», día de la Eucaristía, día del sacerdocio"; su entrega, hecho testamento, sacrificio y sacramento a perpetuidad, y en su momento culminante, es nuevamente el primer Jueves Santo: última cena pascual y primera Cena del Señor; y Jesús, en medio de nosotros, nos hablará y luego nos invitará a participar del alimento que nos llevará a la Pascua eterna.

ACTO PENITENCIAL      ORACION
GLORIA:
Y ahora, elevemos nuestras voces para cantar, con este antiquísimo himno, glorificando al Padre, por Jesucristo en el Espíritu Santo.
 
1ª. LECTURA:    Ex 12, 1-8. 11-14 
Empezamos leyendo la historia de la cena de la pascua de los judíos, que el propio Jesús celebró antes de su muerte, y en ella instituyó la Eucaristía, que es para nosotros, también, el memorial de nuestra liberación.
 
2ª. LECTURA:    1 Co 11, 23-26
"En el relato más antiguo que ha llegado hasta nosotros sobre la institución de la Eucaristía, san Pablo afirma que es el memorial de la última cena y, al mismo tiempo, el anuncio de la venida escatológica de Cristo."

EVANGELIO:   Jn 13, 1-15
En el Evangelio, el mismo Jesús nos enseña qué es lo que celebramos: que Él, nuestro Ma-estro, se ha entregado hasta la muerte. Y esta entrega debe ser también la nuestra.
 
LAVATORIO DE LOS PIES:
Terminada la homilía, se ubican las personas del lavatorio. Una vez qu el celebrante se pre-paró, el guía dice:
Y ahora, imitando la acción de Cristo, que nos ha descrito el Evangelio, quien preside nuestra celebración lavará los pies a doce hombres, miembros de la comunidad, y como signo de ser-vicio a ella. Es una invitación a la unidad, a ponernos todos, humilde y cordialmente, a los pies de nuestros hermanos.
La asamblea puede permanecer sentada y acompañar cantando.
 
ORACIÓN DE LOS FIELES:
GUÍA: A cada intención respondemos:
Señor, escúchanos y haznos servidores de verdad
    Por la Santa Iglesia, para que todos los hombres encuentren en ella la expresión de la caridad, oremos...
    Por el Papa Francisco, nuestros Obispos, sacerdotes y diáconos, para que, fortalecidos por tu Espíritu, sepan llevar el Evangelio de la cruz a todos los hombres y así descubran que la re-dención nos viene de Cristo, oremos..
    Por nuestra patria, para que todos los que habitamos esta tierra, hagamos realidad en nuestras vidas el mensaje del Evangelio y transformemos nuestra nación en una patria nueva, de amor, de justicia, de libertad y de paz, oremos...
    Por todos los jóvenes, para que respondan comprometidamente al llamado de tu Hijo a ser los ministros sagrados, por cuyas manos Él se multiplique como Pan de Vida hasta la consuma-ción de los tiempos, oremos...
    Por todos los católicos, que la comunión del Cuerpo de tu Hijo nos enseñe a compartir nuestros bienes con los más necesitados y que, imitándolo podamos no sólo entregar lo que tenemos, sino lo que somos, nuestra persona que se pone al servicio de los demás para que tengan vida y la tengan en abundancia, oremos...
 
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Acompañemos con el canto a nuestros hermanos que, en representación de toda la comuni-dad, acercan las ofrendas que serán presentadas al Padre y son signo de nuestra generosa entrega a su servicio.
 
COMUNIÓN:
"También esta tarde damos gracias al señor por haber instituido este gran sacramento. Lo celebramos y lo recibimos a fin de encontrar en él la fuerza para avanzar por el camino de la existencia esperando el día del Señor."
 
INCENSACIÓN DEL SANTÍSIMO  TRASLADO:
 Después de la oración poscomunión el guía dice:

Jesús, el Pan de Vida queda presente en la comunidad cristiana. Hoy más que nunca agrade-cemos su don, adoramos su presencia sacramental entre nosotros.
Llevaremos solemnemente el Cuerpo de Cristo, "procesión eucarística que recuerda aquel momento particular en que Cristo, acompañado por los Apóstoles, salió del cenáculo, una vez concluida la cena pascual".
Vamos a adorarlo y expresarle nuestro reconocimiento; y hasta la medianoche cada cual pro-curará ofrecerle un poco de su tiempo, viniendo a acompañarlo y velar junto a Él, recordando las palabras que en el Huerto de los Olivos dijo a sus discípulos y que hoy nos las dice a cada uno de nosotros: "¿Es posible que no hayan podido quedarse despiertos conmigo ni siquiera una hora?

AVISOS PARA LA CELEBRACIÓN DEL VIERNES    SALIDA EN SILENCIO