GUION DE MISA 28º domingo durante el año 11/10

28º domingo durante el año   11/10

Celebramos hoy el domingo vigésimo octavo durante el año, y nos reunimos para nuestra Eucaristía dominical, en la que seremos alimentados con la Palabra y con el Pan de los fuertes, que robustece nuestra debilidad, lanzándonos a una religiosidad comprometida con el Evangelio y su anuncio a todos los hombres.   El Señor nos presenta hoy la imagen de su Re-ino, expresándonos claramente que estamos llamados a participar en el banquete que Él ha preparado para todos los pueblos de la tierra. Y Él espera que aceptando su invitación, nos preparemos vistiendo el traje de fiesta, el vestido de justicia y santidad. Comencemos esta fiesta dominical,  con mucha alegría, cantando ...

MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS

En las lecturas de hoy, el Reino es comparado una vez más con un extraordinario banquete al que están invitados todos los pueblos de la tierra. Para Isaías, este festín es una celebración de victoria y de consuelo en la que se enjugarán las lágrimas de todos los rostros. También el evangelio proclama la invitación universal al Reino de Dios y la invitación a convertirse. Mien-tras llega ese día, recuerda san Pablo a los filipenses, hay que prepararse para ser fieles a Dios en cualquier circunstancia de la vida. Escuchemos con mucha atención.

OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA

PRIMERA LECTURA (Isaías 25, 6-10a)
El texto de Isaías nos muestra la salvación total y definitiva, en forma de un banquete al que todos somos invitados. Escuchemos

SEGUNDA LECTURA (Filipenses 4, 12-14. 19-20)
El apóstol Pablo nos da en su carta a los Filipenses, la regla de oro para todo el que quiere ser discípulo de Cristo.  

EVANGELIO (Mateo 22, 1-14)
Escuchemos ahora, del mismo Jesús, el llamado universal al Reino de Dios, porque la salva-ción es para todos. Cantemos juntos el aleluya.

ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA: A cada petición respondemos: "ESCÚCHANOS SEÑOR, Y TEN PIEDAD"

     Por el Papa Francisco, para que refleje siempre esa imagen del pastor que acompaña al pueblo en su camino hacia el banquete del Reino Celestial. Oremos  
     Por la Santa Iglesia y por todos nosotros, para que no rechacemos la invitación que nos hace Dios a ser parte de su Reino ya desde la tierra. Oremos
     Por nuestros obispos y sacerdotes, para que junto a ellos formemos una comunidad diocesana que anuncie sin cesar la buena noticia del banquete del Reino. Oremos
     Por nuestra patria, por nuestros gobernantes y por todos los que ejercen autoridad, para que, sepan renunciar a sus intereses personales y busquen el bien común. Oremos
     Por nuestros hermanos que sufren, para que descubriendo que están llamados al ban-quete del Reino, renazca en ellos la esperanza. Oremos
     Para que al participar  de la Eucaristía, vistamos siempre  el traje de la hermandad y de la alegría, del optimismo y de la ilusión, de la esperanza y de la confianza Oremos

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Junto con  el pan y el vino, ofrezcámonos al Padre, con un sincero deseo de servirlo a Él, a su Iglesia y a cada uno de nuestros hermanos, sobre todo, a los más necesitados. Cantamos…

COMUNIÓN: Que nuestro encuentro con Cristo, que se da a nosotros en la Eucaristía, nos ayude a brindarnos y a entregarnos más a nuestros hermanos, a servirlos y a comunicarles nuestra fe.  Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA:
Al despedirnos recordemos que cada uno de nosotros es un llamado, para participar del ban-quete definitivo del Reino, para el que debemos vestir el traje nupcial.  Nos despedimos cantan-do...

"Mientras el mundo sufre una pandemia que pone en dificultades a tantos pueblos y nos hace sentir hermanos en el dolor, no podemos dejar de sentir la necesidad de convertirnos sobre todo en hermanos en el amor",