LITURGIA DEL
VIERNES SANTO
Jesús, nuestro Maestro y Señor, ha sido detenido,
torturado y condenado a muerte. Su amor sin reservas, su anuncio de un Dios que
es Padre y que ama de un modo especial a los pecadores, su invitación a
transformar el corazón y la vida, su lucha contra todo lo que oprime a las
personas, lo han conducido hasta aquí. Los poderes civiles y religiosos de su
tiempo no han soportado su forma de hablar y vivir. Su amigos le han dejado
solo.
Nosotros, hoy, hemos acompañado a Jesús en su camino
hacia la cruz. No somos mejores que los que lo condenaron. Ni somos mejores que
los que lo abandonaron. Como los apóstoles y los discípulos, somos débiles y
pecadores. Pero como ellos también, y gracias a su testimonio, nosotros hemos
creído que de aquella cruz nace la vida. La única verdadera vida. Por eso nos reunimos
en silencio para contemplar y rezar con toda nuestra fe y con todo nuestro
agradecimiento.
Según una antigua tradición, la Iglesia no celebra la
Eucaristía ni en este día ni en el siguiente. Nuestro encuentro de este Viernes
Santo se centra en la Pasión del Señor que culminará con el triunfo de la
Resurrección.
La celebración se divide en tres partes: la Liturgia de
la Palabra que incluye la Lectura de la Pasión y la Oración Universal; la
solemne veneración de la Cruz y finalmente la Comunión.
Acompañamos con nuestra oración silenciosa el comienzo de
la Celebración.
POSTRACIÓN:
De
rodillas expresamos nuestra actitud penitencial: postrados por el pecado que
reconocemos y confesamos, seremos liberados por la muerte del Señor.
ORACIÓN:
La
oración sin Oremos, como pueblo sin guía, se dirige a Dios. Pidámosle nos mire
con misericordia, en consideración a su Hijo.
1ª PARTE: LITURGIA DE LA PALABRA
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA
TODAS LAS LECTURAS
La
Palabra de Dios nos presenta a Jesús, el siervo sufriente que nos muestra el
inmenso amor de entregar la vida por
amigos y enemigos.
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA
LECTURA
1ª. LECTURA: Is 52, 13–53, 12
El Profeta anuncia las características del Siervo de Dios, el porqué de su humillación, el sentido de su muerte por nosotros. Jesús vivió en plenitud este anuncio del Profeta.
Escuchemos la palabra de Dios, con un corazón
dispuesto y dócil a sus inspiraciones.
2ª. LECTURA: Hb 4, 14-16; 5, 7-9
La fe
de la Iglesia nos enseña que el Señor Jesús, llegó al extremo de ofrecer su
vida en obediencia al Padre, para concedernos la auténtica liberación.
EVANGELIO: Jn 18, 1-19, 42
El
Evangelio guarda el testimonio de quienes vivieron aquellas horas últimas de la
Pasión. El relato de san Juan, que leemos hoy, subraya que es Jesús quien
triunfa; que Él es verdaderamente el Hijo de Dios que reina desde la Cruz.
Nos ponemos de pie y en profundo silencio
vivamos este relato de la Pasión del Señor.
ORACIÓN UNIVERSAL
La
liturgia de la Palabra concluye con la Oración Universal en la que pedimos por toda la Iglesia, por
los hermanos de otras Iglesias y comunidades cristianas y de otras religiones,
por los hombres y mujeres de buena voluntad y por las necesidades de todo el
mundo.
Después de la invitación que introduce cada
petición, tendremos un momento de oración en silencio para concluir con la
plegaria propia de esta intención.
2ª PARTE: ADORACIÓN DE LA CRUZ
La cruz de Jesucristo es hoy el centro de nuestra
asamblea. Por eso ahora la recibimos solemnemente y manifestamos nuestra fe y
agradecimiento a nuestro salvador. Es a Jesucristo crucificado, escándalo para
los judíos y locura para los paganos, a quien adoraremos; por eso, con profunda
devoción, dispongámonos a participar de la segunda parte de la liturgia de hoy.
Recibimos de pie a la cruz cubierta con un
paño y entre cirios
A la presentación de
la Cruz, respondemos: “Adoremos al Señor, nuestro Dios”
Nos acercamos
procesionalmente para adorar la Cruz de Cristo
A la finalización de esta veneración está prevista una Memoria de
los Dolores sufridos por la Santísima Virgen junto a la Cruz de Jesús, piadoso
ejercicio que se realizaba, según una antigua tradición, en la tarde del
Viernes Santo.
TRASLADO DEL SANTÍSIMO
Permanecemos en silencio mientras el
Santísimo Sacramento es trasladado desde el lugar de la reserva hasta el altar.
3ª PARTE: SAGRADA COMUNIÓN
Hemos
adorado a Jesucristo crucificado, ahora vamos a iniciar la tercera parte de la
liturgia de hoy, en la cual nos disponemos a compartir su Cuerpo y Sangre
entregados por nosotros.
Vamos
a comer el Pan que es el Cuerpo de Cristo, sacrificado en la Cruz para dar vida
al mundo. Recordando hoy especialmente las palabras de Pablo: "cuantas
veces coman, proclaman la muerte del Señor hasta que vuelva".
DESPEDIDA
Como
comunidad de creyentes, hemos vivido la entrega total de Cristo por nosotros hasta
la muerte, una muerte en la Cruz. Prolonguemos ahora, en nuestros hogares, el
espíritu de oración de estos días santos, confiando en la promesa del Señor:
"Si morimos con Cristo, viviremos con Él. Si perseveramos, reinaremos con
Él".
Nos
reuniremos mañana a la noche para la celebración de la Vigilia Pascual.