IV
DOMINGO DE PASCUA 22 de abril
Jornada Mundial de Oración por las vocaciones
Hoy,
domingo del Buen Pastor, recordamos una vez más que Jesús está vivo y actuando
en medio de nosotros. Nadie conoce mejor que Él nuestro corazón, y por eso sabe
y entiende de los cuidados que necesita. Es el Pastor Bueno que protege, guía y
alimenta a su rebaño. Que conoce a sus ovejas, y que está dispuesto a dar su
vida por cada una de ellas.
El
papa Francisco, en su Mensaje para la jornada de este año, nos recuerda que es
necesario estar dispuestos a escuchar con profundidad, dejando que la Palabra y
la vida nos interpelen. Que tenemos que prestar atención a los detalles de cada
día, aprendiendo a leer los acontecimientos con los ojos de la fe, dispuestos
siempre a dejarnos sorprender por el Espíritu. Y como hace veinte siglos, Él
nos sigue pidiendo a todos que recemos y trabajemos para que no falten pastores
al mundo de hoy, con la firme convicción que las vocaciones son un don que se
ha de implorar con la oración y merecer con la santidad de vida. De pié, recibimos al celebrante, cantando
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA
TODAS LAS LECTURAS
El
protagonista de hoy, es Cristo Jesús, a quien las lecturas proclaman como la
piedra angular, como el Salvador y como el Buen Pastor. Atentos escuchemos la
voz del Buen Pastor.
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA
LECTURA
PRIMERA LECTURA (Hechos de los apóstoles 4,
8-12)
Pedro
y Juan, encarcelados por causa de Jesús, declaran ante el Sanedrín afirmando
que sólo en Jesucristo crucificado se encuentra la auténtica y definitiva
salvación.
2ª. LECTURA: (1 Jn 3 1-2)
El
Apóstol nos sitúa ante la verdad fundamental: somos verdaderamente hijos de
Dios que anhelamos vivir en plenitud aquello que ya somos.
EVANGELIO: (Jn 10, 11-18)
En la
proclamación del Evangelio, el mismo Jesús, el Buen Pastor, nos llama hoy en
forma personal. Aclamémoslo cantando jubilosamente el Aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA En la certeza que nuestra súplica será
escuchada, oremos con toda confianza diciendo
"POR JESÚS, BUEN PASTOR, ESCÚCHANOS SEÑOR"
Por
el papa Francisco, por nuestro obispo N., por todos los obispos del mundo. Para
que no se cansen de promover la evangelización de nuestra sociedad, no deje de
resonar la Buena Noticia del Reino en todos los lugares del mundo. Oremos.
Por
las familias cristianas: que se abran a la llamada de Dios y sean generosas cuando
el Señor llama a alguno de sus miembros. Oremos.
Por
los sacerdotes y religiosos, para que vivan con entrega generosa su vocación, y
que cada día progresen más en su servicio como pastores y consagrados. Oremos.
Por
nuestros jóvenes y por los jóvenes de países de misión, para que pierdan el
miedo a ser llamados por Dios, y siguiendo el ejemplo de los apóstoles
respondan con firmeza y confianza. Oremos.
Por
las Iglesias jóvenes, por los que apoyan y cooperan en la tarea misionera de la
Iglesia desde sus sufrimientos, su plegaria y su contribución económica.
Oremos.
Por
todos nosotros, que nos sentimos y somos discípulos de Cristo: que imitemos su
vida y demos la nuestra por amor a Él. Oremos.
Para
que la paz que Jesucristo concedió a los
discípulos arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se alejen de las naciones el
odio y las guerras. Oremos
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Presentemos
ahora al Padre nuestros dones de pan y vino, que son la ofrenda de nuestra
vida. Unidos siempre a nuestro buen pastor, encontraremos la felicidad al
entregarnos a Él sin reserva. Acompañamos la procesión de las ofrendas,
cantando …
COMUNION
Recibamos
a Cristo, nuestro cordero pascual. Él
permanece entre nosotros y se nos da como alimento que nos renueva y nos une más a Él y a nuestros hermanos. Acerquémonos a
recibirlo con fe, cantando ….
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos
aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden
hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo
Señor mío que estás realmente presente
en el
Santísimo Sacramento del altar.
Te amo
sobre todas las cosas y deseo
ardientemente
recibirte dentro de mi alma;
pero, no
pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al
menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si
te hubiese recibido, me abrazo
y me uno
todo a Ti;
Oh Señor,
no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Vayamos
a nuestros hogares con alegría y recordando que somos ovejas del rebaño de Cristo,
escuchemos su voz y pongamos en práctica
sus enseñanzas. Nos despedimos cantando…