PENSAMIENTOS 10ª SEMANA DURANTE EL AÑO

10ª  SEMANA DURANTE EL AÑO

 

Lunes, 11 de junio    S. BERNABÉ, APÓSTOL     (MO)

Mateo 10,7-13.  «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos...»

Hoy celebramos al apóstol San ‘Bernabé’ Desde el principio fue generoso: «Tenía un campo, lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los Apóstoles». Presentó a san Pablo a los Apóstoles, y con él abrió el apostolado a todos los pueblos. Primero, en Antioquía, donde «exhortaba a todos a permanecer en el Señor con un corazón firme, porque era un hombre bueno, lleno de fe y del Espíritu Santo». Su celo apostólico fue ejemplar, poniendo en práctica el mandato del Maestro: «Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca». Con S. Pablo, Bernabé fue a Chipre y Asia Menor, y sufrieron mucho por el Señor. Tuvieron sus diferencias y se separaron por motivo de Marcos, que los abandonó a mitad de viaje, y Pablo ya no lo aceptaba; pero Bernabé supo confiar en él y veremos luego a Marcos como un gran colaborador de Pedro y Pablo. Aprendamos a no catalogar a la gente para siempre, porque las personas, mejoran cuando se las sostiene con la confianza y se las quiere. Acudamos hoy al Señor con las palabras de la colecta: “Concédenos anunciar fielmente con la palabra y con las obras el Evangelio que Bernabé proclamó con valentía”.

 

Martes, 12 de junio 

Mateo 5,13-16 “ … debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo”.

 

Jesús enseña a los discípulos a través de dos imágenes: por un lado la sal, que si pierde su sabor ya no sirve sino para ser tirada y ser pisada por los hombres; y por otro lado la imagen de la luz, que no es para esconderla, sino para ponerla sobre un candelero, de manera que ilumine a todos, para que todos conozcan nuestras buenas obras.

La Palabra del Señor nos interpela, nos invita a descubrir el significado profundo de nuestra vida, de nuestra vocación, de este llamado que  recibimos de parte del Señor. Vocación que se concretiza en el día a día, en las cosas simples, en lo sencillo, allí donde el Señor nos envía a llevar la Buena Noticia.  En el camino encontramos obstáculos, desafíos, y pruebas, pero cuando estamos unidos al Señor nuestra vida se convierte, como la sal, que sirve para dar sabor, dar sentido a la vida de muchos.   Nuestra vida debe ser luz, como la luz de Cristo, luz que hemos recibido en el Bautismo y que estamos llamados a comunicar y a compartir. Luz que debemos hacer crecer cada día, con la oración, con las buenas obras.  Pidámosle al Señor que acreciente esta luz para que se convierta en una gran antorcha que ilumine a todos los que se acerquen a nosotros.

Te pedimos, Señor, que los cristianos no escondamos la luz ni el sabor que hemos encontrado en tu evangelio. Que  en tu  Iglesia de hoy, sepamos ser sal y luz, sembrando el amor a justicia, la paz, la fraternidad y todo aquello que da verdades felicidad.

 

Miércoles, 13 de junio:   San Antonio de Padua  (MO)

Mateo 5,17-19 “No he venido a abolirla ley, sino a darle plenitud”

 

En el Evangelio de hoy Jesús nos habla sobre la importancia del cumplimiento de la ley. Él no vino a abolir la ley sino a darle cumplimiento. Y también para enseñar a cumplirla. Si la vivimos bien, nos ayuda crecer en el amor a Dios y en el amor al Prójimo.

Hay leyes que no caducan nunca: no matar, no robar, no quitar la buena fama a los demás. Pero nosotros podemos tomarlas como normas pesadas y molestas o podemos entender su sentido y aceptarlas libremente, con una profunda convicción interior. Alguien que ama la vida acepta de corazón que no hay que matar. Alguien que siente verdadero aprecio por la dignidad de los demás, modera su lengua y trata de no dañarlos con sus comentarios. Jesús no nos pide que olvidemos o despreciemos los mandamientos y las leyes de la Palabra de Dios, sino que tratemos de descubrir su significado más profundo y de esa manera iluminemos también a los demás. Nuestro ideal no es cumplir lo que Dios nos pide por obligación, sino meditar su sentido y aceptarlo interiormente como un camino de vida.

Hoy nos enseñas, Señor, que tu ley no es opresión, sino apoyo para nuestras relaciones contigo, con las personas, con la creación, con nosotros mismos y que madura con el amor a ti y al prójimo.

 

Jueves, 14 de junio 

Mateo 5,20-26 “Vete primero a reconciliarte con tu hermano”

 

La enseñanza de Jesús nos invita a entrar a fondo en el propio corazón. No nos pregunta solamente si no hemos matado. Enojarse con alguien ya es una raíz de muerte, es como desear que el otro desaparezca, que deje de existir. Pero Jesús me invita también a mirar el otro lado de la realidad. Puedo preguntarme qué tengo yo contra los demás, para tratar de perdonarlos. Pero ¿y si los demás tienen algo contra mí? ¿y si mi forma de tratarlos les ha hecho daño? ¿Y si mi mirada los ha hecho sentir despreciados? Hoy el evangelio te invita a preguntarte si tu hermano tiene alguna queja contra tí. Ninguna ofrenda que quieras presentarle a Dios tendrá valor si no eres capaz de hacerte esa pregunta para tratar de sanar tu relación con los demás. La reconciliación es don y tarea, es camino para el encuentro con Dios y con los demás.

Señor Jesús, que llevaste  plenitud la ley y los profetas por el camino del amor, haz que también nosotros sepamos convertirnos de los impulsos instintivos que nos conducen a no tener siempre buenas relaciones con todos.. Ayúdanos a creer en tus palabras y a intentar en practicarlas.

 

Viernes, 15 de junio    

Mateo 5,27-32:  “El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior”

La sociedad, en los tiempos de Jesús, estaba focalizada en la ley. Pero Jesús dice que la fidelidad mutua, la reverencia y el respeto, son las características de nuestras relaciones.

Lo nuevo de Dios siempre comienza a nacer en el corazón. Llevamos dentro muchas semillas que, con cuidado, pueden convertirse en propuestas de dignidad y belleza para los más débiles. Jesús nos propone ir más allá del deseo. El deseo puede llevarnos a dañar a otros. El deseo tiene un poder inmenso y, si permitimos que crezca sin límites, terminaremos arrastrados por la insatisfacción y llegaremos a destruir las cosas más importantes. Muchos piensan que ser libres es dejarse arrastrar por los deseos y cumplir todo lo que les pide su afectividad. Pero eso no es libertad, es solo egoísmo y falta de responsabilidad con los demás. La fidelidad duele, y aunque la sintamos como una falta de libertad, en realidad es una libertad sana y madura, que no se deja arrastrar por los deseos. Por eso, el amor siempre nos reclama un dominio de nosotros mismos.

Señor Jesús, ayúdanos a purificar nuestra interioridad, para  que en nuestra mente, en nuestro corazón y en nuestras acciones, respetemos siempre la dignidad de todas las personas.

 

Sábado, 16 de junio  

Mateo 5,33-37 “Yo les digo que no juren de ningún modo”

 

Jesús vino a cumplir con la ley, a profundizar los mandamientos y a hacerlos más radicales. Hoy aparece el tema de NO jurar. Es importante en estos momentos que, nosotros los cristianos podamos darle valor a nuestra palabra. Dónde las palabras se las lleva el viento, dónde hoy podemos decir una cosa y mañana salimos con otra, Jesús nos habla del Sí y del No.

Quizás cuidamos nuestros comportamientos, pero no tanto nuestras palabras. Tomamos demasiado a la ligera lo que decimos, y terminamos destruyendo el valor de la palabra. Jesús nos invita a darle un valor sagrado a lo que decimos, para que nuestras conversaciones sean instrumento de la verdad, para que la falsedad y la mentira no tengan lugar en nuestras vidas. De ese modo, jamás tendremos necesidad de jurar, porque los demás le darán importancia a nuestra palabra, confiarán en ella. Hoy no es fácil confiar, ya que la palabra está muy desfigurada, y no solo por los políticos y los periodistas. Hablemos de tal manera que los demás puedan confiar en nuestra palabra, y también de ese modo seremos un reflejo de Jesús y de su evangelio.

Señor Jesús, nuestro lenguaje humano, no siempre es sincero y puede ser ambiguo y mentiroso. Tú nos enseñaste a tener un lenguaje sencillo y auténtico, sin necesidad de dar rodeos en el hablar. Danos la gracia de ser siempre sinceros.

 

Domingo 17 de junio    (11º durante el año)

Marcos 4,26-34: “El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra; sea que duerma, sea que se levante, la semilla germina y va creciendo, sin que él sepa cómo”

 

El Reino de Dios es la presencia divina reinando en el mundo. Se vuelve concreto  cuando el Señor vence el mal en un lugar derramando la fuerza de su amor y la justicia. Está creciendo silenciosamente. Crece en cada comunidad, en medio de tantas dificultades. Las dos parábolas de las semillas que el Evangelio anuncia, hablan de ese Reino que se desarrolla, sin que sepamos cómo. La primera parábola muestra el poder de la semilla  que genera vida, aun cuando el hombre duerma y sin que él sepa cómo. Nosotros cooperamos, pero ese Reino no depende solo de nuestra actividad. A veces nuestro deseo de dominar y de brillar es una pared que no  deja pasar la gloria de Dios. La segunda parábola destaca que el Reino se manifiesta en cosas simples y pequeñas, que por el poder de Dios crecen  hasta el asombro.

Dios, qué sorprendentes son tus caminos. Tú sabes hacer grande lo pequeño y estás presente encada ser humano que te busca con sinceridad Que venga tu Reino Señor, para que reinen el amor, la justicia y la paz.