11º DOMINGO DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO
Queridos
hermanos: Bienvenidos a esta celebración, a este encuentro con el Dios de la
Vida. Cada domingo el Señor nos convoca a su banquete y nosotros estamos aquí
para atender su llamado. Mediante
parábolas, Jesús nos sigue instruyendo y enseñando acerca del Reino de Dios. Dejemos
que el Señor siga sembrando en nuestros corazones su amor y su Palabra, su
entrega y su presencia. Llenos de fe y confianza, pongámonos en sus manos e
iniciemos esta santa misa cantando...
MONICIONES
A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: monición única para
todas las lecturas
El
profeta Ezequiel nos habla de la
vocación de Israel, que a pesar de sus infidelidades, llegará a dar los frutos
esperados. Por su parte, el apóstol Pablo dice que, aunque ya estamos unidos a
Cristo, en este mundo vivimos desterrados, pero que, mientras tanto, debemos
esforzarnos por agradar a Dios. El evangelio, por último, nos habla en dos
parábolas del Reino de Dios y de su crecimiento. Escuchemos atentamente, con el
deseo de vivir estas enseñanzas.
OPCIÓN 2: Moniciones para cada
lectura
PRIMERA
LECTURA (Ezequiel 17, 22-24)
Con
una comparación, el profeta Ezequiel anima al pueblo de Israel en su esperanza
de la vuelta a la Patria.
SEGUNDA LECTURA (2 Corintios 5, 6-10)
San
Pablo habla de la vida de una comunidad cristiana y, en concreto, sobre el
ministerio de un apóstol dentro de esa comunidad.
EVANGELIO (Marcos 4, 26-34)
Con
su pedagogía de las parábolas, Jesús quiere hacernos entender lo que es el
Reino de Dios. Preparémonos con el canto del aleluya para escuchar esas
enseñanzas.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos
al Señor, que conoce lo que está escondido a nuestros ojos y sabe cuáles son
nuestras verdaderas necesidades diciendo: ESCÚCHANOS, SEÑOR, Y TEN PIEDAD.
Por
la Iglesia, para que siga construyendo el Reino de Dios aún en los países más
difíciles de evangelizar. Oremos.
Por
los gobernantes de nuestra patria y de todos los pueblos, para que Dios les dé
sabiduría y fuerza para gobernar y dirigir con paz y justicia el pueblo que
tienen encomendado. Oremos.
Por
cuantos buscan un sentido a su vida y a las luchas de cada día, para que
descubran que la construcción del Reino de Dios es una TAREA de todos los que
acogen la novedad de Jesús y quieren sentirse como seguidores suyos. Oremos
Por
los que sufren catástrofes en el mundo, para que la misericordia de Dios no los
desampare y para que la solidaridad de sus hermanos sea la presencia providente
de Dios. Oremos.
Por
todos los miembros de nuestra parroquia- comunidad, para que habiendo sido
reconciliados en Cristo, aportemos nuestro esfuerzo en la construcción del
Reino. Oremos.
Por
los que hoy nos hemos reunido aquí en su nombre, para que nuestro Señor escuche
nuestras oraciones y nuestras peticiones le sean siempre agradables, Oremos.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Ofrezcamos
al Señor, junto a los dones de pan y vino, nuestros esfuerzos para la
construcción del Reino de Dios en este mundo.
COMUNIÓN
En
nuestro peregrinar hacia el Reino de Dios necesitamos que el mismo Cristo, con
su Cuerpo, sea la fuerza que nos ayude y nos aliente. Participemos ahora del
banquete con el que ya pregustamos el del Reino.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús
Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo
Señor mío que estás realmente presente
en el
Santísimo Sacramento del altar.
Te
amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente
recibirte dentro de mi alma;
pero,
no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente,
ven
al menos espiritualmente a mi corazón.
Y
como si te hubiese recibido, me abrazo
y me
uno todo a Ti;
Oh
Señor, no permitas que me separe de Ti.
DESPEDIDA
El
Señor ha sembrado en nuestros corazones la buena semilla de su amor y de su
gracia. Hagámosla florecer y vayamos a esparcirla con entusiasmo entre todos
nuestros semejantes.