Queridas Comunidades
Acercándonos ya a la NOVENA DE LA VIRGEN DEL HUERTO, como Equipo de Laicos, preparamos un material, como ‘SUBSIDIO’ para rezar, reflexionar con la Exhortación Apostólica GAUDETE ET EXSULTATE del Papa Francisco, en la que encontramos expresiones muy similares a las de San Antonio Gianelli en su homilía sobre LA OBLIGACIÓN DE HACERSE SANTOS. Es una opción de las Comunidades Educativas de Entre Ríos. Y proponemos el material, por si alguien quiere adoptarlo. Sería una oportunidad de hacer conocer a mucha de nuestra gente, la existencia de este documento.
La presente propuesta tiene dos momentos: un texto
del Capítulo III de la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate (GE) y otra
reflexión sobre María y las bienaventuranzas. Está elaborado por temas siguiendo
el texto de las Bienaventuranzas de Mateo 5,3-12.
Creímos que nos ayudará a tomar conciencia que el
Señor nos eligió “para que fuéramos santos e irreprochables ante Él por el amor” (GE 2)
Sabemos, que cada Comunidad Religiosa y Educativa,
con mucha creatividad y amor a la Virgen del Huerto, organiza esta novena de acuerdo a las necesidades de su comunidad,
pero quisimos hacerles llegar este escrito por si puede ayudar.
Pidamos a la Virgen del
Huerto, para nosotros y para todos los que
viven en nuestros ambientes, la capacidad y la voluntad de dejarnos
inquietar, y como dice el Papa, que: “Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el
respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras,
que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. De otro modo, la
santidad será solo palabras”( GE
66).
Equipo Laicos, Pcia. Rel de Buenos Aires
Novena en preparación a la Fiesta de la Virgen del Huerto
BIENAVENTURANZAS:
‘GPS’ PARA LA SANTIDAD
Las
Bienaventuranzas son el “programa” de vida que nos propone Jesús, la “tarjeta de identidad del cristiano”, y que lo identifica como seguidor de
Jesús”. “En ellas se dibuja el rostro del
Maestro, que estamos llamados a transparentar en lo cotidiano de nuestra
vidas”(GE 63). Las Bienaventuranzas son como un “GPS” que va indicando la orientación que
debe tomar nuestra vida. Las
bienaventuranzas son el espejo del cristiano. Cada día debemos mirarnos en ese espejo, para ver si estamos o no
alcanzando la estatura de Cristo que es nuestro modelo de santidad.
Con las bienaventuranzas Cristo,
sin decírnoslo explícitamente, nos hizo un retrato de la persona santa. Es más,
detrás de esas bienaventuranzas se encuentra el retrato de Cristo, el Santo de
los santos. “Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que
merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con sus palabras, que nos
desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. De otro modo, la santidad
será solo palabras”( GE 66).
La Virgen María es el espejo de
las bienaventuranzas y del perfecto seguimiento de Jesús. La fidelidad plena a
la palabra de Dios, en cada momento de su vida, es la causa de su
bienaventuranza.
Pidamos
a la Virgen del Huerto, durante esta novena, que nos enseñe a tener alma de
pobres, a consolar y ser consolados, a ser pacientes, a trabajar por la
justicia, a ser misericordiosos, a tener el corazón puro y a buscar la pureza
del alma, a trabajar por la paz. Ella lo hizo, y le pedimos que nos enseñe y
nos ayude a vivir las bienaventuranzas.
1º DÍA DE LA NOVENA
“FELICES
LOS POBRES EN EL ESPÍRITU PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS:
“Jesús llama felices a los ‘pobres de espíritu’, a los que tienen el corazón pobre y
desprendido, donde puede entrar el Señor con su constante novedad. Jesús “nos invita a una existencia austera y despojada. … nos convoca a
compartir la vida de los más necesitados, la vida que llevaron los Apóstoles…
en definitiva a configurarnos con Jesús, que «siendo rico se hizo pobre por
nosotros» (GE 68)
«Felices los pobres de espíritu porque de ellos
es el reino de los cielos».
La
vida de María, como la nuestra, estuvo sometida a la misma clase de situaciones
sociales opresoras, desesperanzadoras y, con frecuencia, difíciles, en que todo
ser humano se encuentra situado alguna vez. La futura Reina de los Cielos,
trabajaba como una mujer más en el medio rural en que vivía; sin que nada de lo
que ella realizaba pudiera predecir la grandeza de su destino. Solícita en sus
labores, modesta en sus dichos, firme en poner a Dios, y no a los hombres, como
guía de sus acciones.
La
Virgen fue consciente de su pequeñez e insignificancia. Vivió la pobreza del
espíritu; vivió la aceptación de esta humilde condición, según el espíritu de
los pobres de Yahvé, de los que María es la más sublime expresión.
El
Magnificat, celebra la pobreza de María y la predilección de Dios por los
hambrientos, los humildes, los pobres y
es también el canto de quien vive las Bienaventuranzas. La alegría del
Evangelio brota de un corazón pobre, que sabe regocijarse y maravillarse por
las obras de Dios, como el corazón de la Virgen, a quien todas las generaciones
llaman “dichosa”.
¡Bienaventurada
seas María, que nos muestras cómo sobrellevar las dificultades de la vida
poniéndolo todo, con absoluta confianza,
en las manos de Dios!
¿Soy podre de espíritu, y como María,
totalmente abandonado en Dios?¿Trato de seguir un estilo de vida sobrio y
simple, como conviene a quien quiere testimoniar el evangelio?
2º DÍA DE LA NOVENA
“FELICES LOS MANSOS PORQUE HEREDARÁN LA TIERRA”
“Jesús dijo: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón,
y encontraréis descanso para vuestras almas». Si vivimos tensos, engreídos ante
los demás, terminamos cansados y agotados. Pero cuando miramos sus límites y
defectos con ternura y mansedumbre, sin sentirnos más que ellos, podemos darles
una mano y evitamos desgastar energías en lamentos inútiles” (GE 72). “Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad” (GE
74).
«Felices
los mansos porque heredarán la tierra».
María
resplandeció en mansedumbre y dulzura. Humilde sierva
del Señor, nos enseña a ofrecernos a Jesús, con sencillez y humildad; nos
muestra como disponer el corazón a la acción del Espíritu Santo y a
predisponernos siempre a la acción de Dios!
Ella nos ofrece una perfecta definición de la humildad en el Magníficat
cuando dice: “… porque ha mirado la humildad de su esclava. Desde ahora me
felicitarán todas las generaciones…"
María vivió y
aceptó las situaciones y acontecimientos de su vida con mansedumbre; nunca se
quejó, siempre se mostró llena de bondad, de compasión y de caridad, de
misericordia, de amor. Ella es modelo de mansedumbre para todos.
Podríamos
resumir hoy las palabras de María en "nada soy en mí misma, pero todo lo
soy en el Señor"- María guarda en su corazón lo que no entiende, ha elegido
libremente ser la esclava del Señor y lo lleva hasta las últimas consecuencias.
Hay una violencia
de las acciones, pero también hay una violencia de las palabras y de los
pensamientos. ¿Soy humilde? ¿Domino la
ira fuera y dentro de mí? ¿Soy amable y afable con quien está cerca de mí?
3º DÍA DE LA NOVENA
FELICES LOS QUE LLORAN, PORQUE ELLOS SERÁN CONSOLADOS:
Dice
el Papa: “La persona que, viendo las
cosas como realmente son, se deja traspasar por el dolor y llora en su corazón,
es capaz de tocar las profundidades de la vida y de ser auténticamente feliz.
Así puede atreverse a compartir el sufrimiento ajeno y deja de huir de las
situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene sentido
socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a
los demás. Esa persona siente que el otro es carne de su carne, no teme
acercarse hasta tocar su herida, se compadece hasta experimentar que las
distancias se borran. Santos son los que saben llorar por los demás y por sus
propias equivocaciones. (GE 76)
Felices los que lloran, porque ellos serán consolados:
María
es Madre y consuelo de los afligidos, porque
también ella lloró a lo largo de su vida. El descrédito de engendrar un
hijo sin conocer varón. El dolor del alumbramiento en la pobreza de Belén. El
cansancio de la huida a Egipto. La tristeza por la pérdida del Niño en
Jerusalén.
María
sabe lo que es sufrir, estuvo al pie de la cruz en el Calvario. Su corazón
sensible ante el dolor ajeno y su gran pesar por las grandes injusticias,
ingratitudes y tormentos por los que estaba pasando su Hijo, la prepararon para
doctorarla en la difícil asignatura del significado cristiano del
sufrimiento, que, para un creyente no
puede ser una maldición, ya que Jesús proclamó ‘felices’ los que lloran’.
Las
lágrimas y el sufrimiento están en el mismo centro del misterio de María, como
había profetizado Simeón. Era natural que llorara ante la pérdida del niño en
el templo; natural, también, llorar al pie de la cruz. María participa en todo el
drama de la pasión de su Hijo, no solo como persona histórica, sino
representando misteriosamente a la Iglesia, y a través de ella, a toda la
humanidad creyente en la historia de la salvación.
¡Bienaventurada
seas, María, corredentora del género humano, que nos invitas a tomar nuestra
cruz de cada día y acompañar siempre a Jesús!
¿Considero la
aflicción como una oportunidad para parecerme a Cristo? ¿Cuáles son los motivos
de mis tristezas? ¿Sé guardar como un secreto entre Dios y yo alguna
contrariedad, sin hablar de ello con otros?
4º DÍA DE LA NOVENA
FELICES LOS QUE TIENEN HAMBRE Y SED DE JUSTICIA, PORQUE ELLOS
QUEDARÁN SACIADOS”
Dice
el Papa que: “La justicia empieza por
hacerse realidad en la vida de cada uno, siendo justo en las propias decisiones,
y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles. Es cierto
que la palabra «justicia» puede ser sinónimo de fidelidad a la voluntad de Dios
con toda nuestra vida, pero si le damos un sentido muy general olvidamos que se
manifiesta especialmente en la justicia con los desamparados: «Buscad la
justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la
viuda»(GE 79).
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos
quedarán saciados”
María,
madre de los pobres, soportó la carencia
de muchas cosas; ella también experimentó en su vida sensaciones ingratas y
dolorosas. Sintió profundamente el hambre y la sed de justicia, de la santidad,
de oír la palabra de Dios, guardándola en su corazón. Ante la voluntad de Dios
que le propone el ángel, pronuncia su «hágase», que es la manera bíblica de
expresar su sumisión total. Sus palabras expresan su deseo, su ansia de que se cumpla la voluntad de Dios.
La suya no fue una aceptación resignada sino un gozo impaciente de que se haga
lo que el Señor desea. ¡Bienaventurada seas, María, que nos muestras como
dialogar con Dios , desde la sencillez, y con tu «Sí» nos indicas el camino a
seguir!
¿Tengo hambre y
sed de santidad? ¿Tiendo a la santidad o desde hace tiempo me he resignado a la
mediocridad y a la tibieza? El hambre material de millones de personas, ¿pone
en crisis mi búsqueda continua de comodidad?
5º DÍA DE LA NOVENA
FELICES LOS MISERICORDIOSOS PORQUE ELLOS ALCANZARÁN MISERICORDIA.
Jesús dice: «sean misericordiosos como su Padre es misericordioso;
no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen,
y serán perdonados; den, y se les dará». La medida que usemos para comprender y
perdonar se aplicará a nosotros para perdonarnos. La medida que apliquemos para
dar, se nos aplicará en el cielo para recompensarnos. Jesús llama felices a
aquellos que perdonan y lo hacen «setenta veces siete». Es necesario pensar que
todos nosotros somos un ejército de perdonados. Todos nosotros hemos sido mirados
con compasión divina. Si nos acercamos sinceramente al Señor y afinamos el
oído, posiblemente escucharemos algunas veces este reproche: «¿No debías tú
también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?» (GE
81).
Felices los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.
María,
madre de misericordia, es la mujer que se compadece y que acoge con el corazón
a los amigos de Jesús, que ampara a los discípulos tras la muerte del Señor, es
la que acoge los sufrimientos y los dolores de los hombres, la que intercede
para lograr la intercesión de Dios. El corazón maternal de María está lleno de
misericordia. Ella fue la discípula más fiel de su Hijo.. María es la Madre de la Misericordia, que nos
lleva ante su Hijo para que nos reconciliemos con Él María es absolutamente
misericordiosa, como Madre de Jesús y Madre nuestra. Encontramos su
misericordia en las bodas de Caná. Allí estaban invitados la Madre de Jesús y,
junto a Él, sus discípulos. Se acabó el vino y la Madre de Jesús intervienen
para que su Hijo haga un milagro.
“Estamos llamados a vestir
entrañas de misericordia hacia nuestros hermanos... debemos tener, y casi
revestirnos de una grandísima mansedumbre, suavidad, dulzura, benignidad... al
punto que nos brote verdaderamente del corazón; es más del corazón mismo de
Cristo, debemos aprenderla”. (S. Antonio Gianelli)
¡Bienaventurada
seas, María, porque nos enseñas que de tu mano y por medio de tu intercesión
nada es imposible para Dios!
¿Soy
misericordioso? Ante la equivocación de un hermano, de un colaborador, ¿reacciono
con el juicio o con la misericordia? ¿He sido también yo alguna vez el siervo
perdonado que no sabe perdonar?
6º DÍA DE LA NOVENA
“FELICES LOS DE CORAZÓN
LIMPIO, PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS”
“En la Biblia, el corazón son nuestras intenciones verdaderas, lo
que realmente buscamos y deseamos, más allá de lo que aparentamos: «El hombre
mira las apariencias, pero el Señor mira el corazón» El evangelio dice que lo que viene de dentro
del corazón es lo que contamina al hombre, … En las intenciones del corazón se
originan los deseos y las decisiones más profundas que realmente nos
mueven Cuando el corazón ama a Dios y al
prójimo, cuando esa es su intención verdadera y no palabras vacías, entonces
ese corazón es puro y puede ver a Dios (GE 83).
“Felices los de corazón
limpio, porque ellos verán a Dios”
María,
la Inmaculada, la Virgen, la llena de gracia, de virtudes y de innumerables
dones, la que no contenía en su corazón la inclinación a la maldad. María, la
limpia de corazón, la que ajustó siempre su voluntad a las exigencias de la
santidad de Dios, sin dobleces, con autenticidad, simplicidad y
transparencia; la rebosante de caridad,
rectitud, amor a la verdad y firme en la fe, siempre esforzándose en complacer
a Dios, siempre actuando para servir sin recibir nada a cambio… María es la limpia de corazón. Por esto la
llamamos ‘la Virgen’; y su nombre
indica simplicidad, sin doblez, autenticidad, limpieza, transparencia. En
su corazón anidaron los más puros y nobles sentimientos. ¡Bienaventurada seas,
María, que nos invitas a renunciar a nosotros mismos para darnos más a los demás!
¿Soy puro de
corazón? ¿Puro en las intenciones? ¿Digo sí y no como Jesús? Lo más
directamente opuesto a la pureza de corazón es la hipocresía. ¿A quién me
esfuerzo por agradar en mis acciones: a Dios o a los hombres?
7º DÍA DE LA NOVENA
“FELICES LOS QUE TRABAJAN
POR LA PAZ, PORQUE ELLOS SERÁN LLAMADOS HIJOS DE DIOS”
Dice
el Papa: “El mundo de las habladurías, hecho por personas que se dedican a
criticar y a destruir, no construye la paz, mientras que los
pacíficos son fuente de paz, construyen paz y amistad social. A esos que se
ocupan de sembrar paz en todas partes, Jesús les hace una promesa: «Ellos serán
llamados hijos de Dios». La Palabra de Dios exhorta a cada creyente para que
busque la paz junto con todos, y que en nuestras comunidades «procuremos lo que
favorece la paz» No es fácil construir esta paz evangélica
que no excluye a nadie sino que integra también a los que son algo extraños, a
las personas difíciles y complicadas, a los que son diferentes, Es duro y
requiere una gran amplitud de mente y de corazón. Construir la paz no es
ignorar o disimular los conflictos,…. Se trata de ser artesanos de la paz,
porque construir la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad,
sensibilidad y destreza (GE 87).
“Felices los que trabajan
por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios”
La
Virgen es constructora de paz a través de su presencia y de muchos gestos
concretos: nadie queda excluido de su presencia. Ella pone especial atención en
cada uno de nosotros, recibe y acompaña cada historia, abre sus manos para
abrazarnos a cada uno y a todos, nos escucha y nos ayuda a reconocernos
hermanos. A Ella que llevó en su vientre a la Verdadera Paz, le pedimos que
podamos recibir este don tan anhelado y que, siguiendo su ejemplo, podamos
construirlo. ¡Shalom! paz, era el saludo
con el que María comunicaba la paz. Su porte sereno, su equilibrio afectivo, su
alma virgen, su confianza plena en Dios, su abandono total, le daba esa
elegancia serena y espiritual, que es la expresión de toda paz; todas sus
palabras son indicios de esta bienaventuranza.
Necesitamos la paz, le pedimos a Ella que nos enseñe a construirla, a
poner el cuerpo en esta tarea que es de todos.”Al soñar con un mundo mejor,
ponemos nuestra confianza en ella, la bienaventurada Virgen, Reina de la Paz.
¡Bienaventurada seas, María, que en la discreción y sencillez de la vida haces
grande lo pequeño!
¿Soy agente de
paz? ¿Me esfuerzo por referir siempre y sólo el bien, las palabras positivas,
dejando pasar el mal, los chismes, lo que puede sembrar discordia? ¿Está la paz
de Dios en mi corazón?
8º DÍA DE LA NOVENA
“FELICES LOS PERSEGUIDOS A CAUSA DE LA JUSTICIA PORQUE DE ELLOS ES
EL REINO DE LOS CIELOS”
Dice el Papa: “
Si no queremos sumergirnos en una oscura mediocridad no
pretendamos una vida cómoda, porque «quien quiera salvar su vida la
perderá» No se puede esperar para vivir
el Evangelio que todo a nuestro alrededor sea favorable. Las persecuciones no son una realidad del
pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos
mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y
falsedades. Otras veces se trata de burlas que intentan desfigurar nuestra fe y
hacernos pasar como seres ridículos (GE 90.91).
“Felices los perseguidos a causa de la justicia porque de ellos es
el reino de los cielos”
María,
la mujer que aceptó el sufrimiento en su vida con sencillez, la que vio como
condenaban injustamente a su Hijo a morir en la Cruz, la que tuvo que huir a
Egipto por la maldad de Herodes, la que tuvo que aceptar las calumnias y las
insidias contra Jesús en sus tres años de vida pública.
Antes
de que Jesús muriese en la cruz, antes de que la cruz se hiciese cristiana,
María ya participaba de ella a lo largo de toda su vida. Desde las dudas de
José hasta el pie de la cruz, en silencio y amor, la madre se identificaba con
su Hijo.
¡Bienaventurada
seas, María, que nos invitas a no cesar en la oración desde el corazón, a rezar
por los que nos rodean, por los
políticos, por la conversión del mundo, por la paz!
¿Estoy dispuesto
a sufrir algo en silencio por el Evangelio? ¿Cómo reacciono ante alguna ofensa
o descortesía que recibo? ¿Participo íntimamente en los sufrimientos de tantos
hermanos que sufren por la fe, o por la justicia social y la libertad?
9º DÍA DE LA NOVENA
LA VIRGEN MARÍA ESPEJO DE LAS BIENAVENTURANZAS.
La Virgen María
es el espejo de las bienaventuranzas y del perfecto seguimiento de Jesús. La
fidelidad plena a la palabra de Dios, en cada momento de su vida, es la causa
de su bienaventuranza.
No es bienaventurada simplemente por ser la
madre del Mesías sino porque ha escuchado la palabra de Dios y la ha puesta en
práctica. Su vida entera es una floración de las bienaventuranzas.
Ella
nos muestra hoy el camino hacia la santidad, desde las bienaventuranzas, en lo
ordinario de nuestra vida, en la simplicidad de nuestros gestos, en la humildad
de las pequeñas cosas, con las que queremos llegar hasta el corazón mismo de
Jesús. María es la madre de los pobres
de espíritu, es la madre de los afligidos porque siempre está consolando, es la
madre de los pacientes, porque es la reina de gran paciencia, es la madre de
los que claman por justicia, porque ella sufrió la injusticia de su Hijo, es la
madre que enseña misericordia y que enseña a perdonarnos entre nosotros (Papa
Francisco).
“Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de
Dios, la que conservaba todo en su
corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más
bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña. Ella no
acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos.
Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no
necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para
explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve,
María…» (GE 176)
¡María, haznos
descubrir la pobreza de espíritu, la pobreza de alma, la sencillez de la vida,
las virtudes de la que tu eres ejemplo!
¡Enséñanos a
tener un corazón desprendido, generoso, cordial, tierno y amable como el tuyo!
¡ María, ayúdanos a descubrir que la fidelidad a lo cotidiano es en realidad
una gran fidelidad al Padre!
¡Enséñanos,
María, como enseñaste a Jesús a vivir la sencillez de la vida, a trabajar por
amor a Dios y a los demás, a tratar siempre bien a la gente, a acompañar al que
lo necesita.
María,
acompáñanos en nuestra misión de ser testigos del Evangelio, a llevar la Buena
Nueva al corazón de los que se cruzan en nuestro camino, a llevar amor al
prójimo, a rezar con el corazón abierto aceptando siempre la voluntad del
Padre!
ORACIONES A LA VIRGEN DEL HUERTO
Oh María del
Huerto,
en tus manos
ponemos esta súplica,
(se pide la
gracia que se desea alcanzar)
bendícela,
preséntala a Jesús,
haz valer tu amor
de Madre y tu poder de Reina.
Oh, María del
Huerto, contamos con tu ayuda,
confiamos en tu
poder, nos entregamos a tu voluntad,
estamos seguros de tu misericordia.
Madre de Dios y
Madre nuestra, ruega por nosotros.
Amén.
ORACIÓN
Oh María, las
divinas Escrituras te llaman
Huerto Cerrado y Fuente Sellada,
porque tu único
Señor ha sido siempre, sólo Dios, el Altísimo.
Madre del Verbo
Encarnado y Madre de los pobres,
a los cuales te
has manifestado en tu huerto de gracias,
levanta sobre
nosotros pecadores la mano de tu Hijo, Jesús,
para que nos
bendiga y acompañe hacia el Padre.
Madre de la
escucha: haz de nuestro corazón un huerto que acoge,
custodia y cumple
la Palabra del Evangelio. Vigoriza nuestra fe.
Madre de la
Eucaristía: haz de nuestro corazón un huerto
que se nutre del
pan de vida, garantía de la gloria eterna.
Confírmanos en la
esperanza.
Madre de la
Iglesia: haz de nuestra vida un huerto fecundo
para los hermanos,
especialmente los
predilectos de Dios, los que sufren y
los pequeños.
Sostennos en la
caridad.
Haznos
testimonios del Evangelio abiertas al mundo entero,
con espíritu
misionero y acogedor para cuantos no
conocen a tu Hijo.
Amén.
ORACIÓN
Virgen del Huerto
Así te queremos
invocar, Virgen María, Madre de Dios.
Guarda a la
familia gianellina en tu corazón,
para que
aprendamos a conocer y vivir el Evangelio de tu Hijo Jesús.
Bendice nuestros
trabajos, nuestras relaciones sociales y familiares,
Virgen del
Huerto, cuida en cada uno de tus hijos, la fe, la esperanza y el amor
para que cada uno
sea fiel al lugar que Dios le ha señalado en la vida.
Amén.
ORACIÓN