PENSAMIENTOS 12º semana del tiempo ordinario

12º semana del tiempo ordinario

 

Lunes, 25 de junio

Mateo 7,1-5. ““¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?”.

 

El evangelio nos dice que si no juzgamos a los demás no seremos juzgados por Dios. Eso nos lleva a descubrir que no nos conviene juzgar duramente a otros. A veces nos habituamos a mirar los defectos ajenos y a comentarlos, perdemos la paciencia con los límites ajenos y emitimos duras opiniones. Pero si tomamos conciencia de que seremos medidos con la misma medida que usemos con los demás, seguramente seremos mucho más cuidadosos con nuestras opiniones y comentarios.

Parece como si Dios quisiera tocar nuestro interés personal, para que dejemos de mirar a los hermanos con ojos duros y negativos. Luego el texto evangélico nos invita a tratar de descubrir nuestra propia miseria, esa que tantas veces nos escondemos a nosotros mismos, para que seamos más comprensivos con los defectos ajenos.

 

Martes 26 de junio

Mateo 7,6.12-14 "Entren por la puerta estrecha porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida y pocos entrarán ahí".

 

Jesús nos pide que entremos por la puerta estrecha. Es decir, que aceptemos ser fieles al Evangelio aunque duela, que no nos dejemos arrastrar por los criterios fáciles del mundo, que no nos movamos por lo que nos piden nuestras inclinaciones, porque esas inclinaciones a veces nos llevan al rencor, a la comodidad, al egoísmo. En este texto, entrar por la puerta estrecha es hacer a los demás lo mismo que esperamos que hagan con nosotros. Eso no es fácil, porque nuestras inclinaciones nos llevan a sentir que somos el centro, que tenemos más derechos que otros, que ellos no merecen que nos esforcemos por su bien. Hacerles lo que nos gustaría que nos hagan, es romper ese círculo que nos encierra mezquinamente, donde solo miramos nuestros propios intereses.

 

Miércoles, 27 de junio

Mateo 7,15-20 “Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán.”

 

Qué bueno recibir de Jesús al ir finalizando el sermón del monte estas palabras: “Tengan cuidado de los falsos profetas”... “que vienen disfrazados...por sus frutos los reconocerán” Es una invitación a sus discípulos y a nosotros a ser coherentes, a enseñar y testimoniar aquello que creemos y amamos. Queriendo dar testimonio con toda nuestra vida y tener cuidado de no transformarnos nosotros en falsos profetas, es decir tener cuidado de no simular ser cristianos, ser discípulos. La palabra de Jesús hoy es una renovada invitación a decidir de nuevo, ser coherentes, amar como Él ama, a Sentir como Él siente, mirar a través de sus ojos.

Los falsas profetas dicen lo que los demás desean escuchar. Los corruptos los aman porque ocultan la verdad que les duele. Hacen sentir que todo está bien, hasta que llega la tormenta. No les preocupa escuchar a Dios para descubrir lo que él quiere decir a su pueblo, porque buscan su propio interés. Por eso, su predicación no produce frutos de entrega y de generosidad. El verdadero profeta comprende y espera con paciencia, pero siempre invita a entregarle algo más al Señor y a los demás.

 

Jueves, 28 de junio    San Ireneo Obispo y mártir   (MO)

Mateo 7,21-29 “El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece al que edificó su casa sobre roca”

 

No pensemos que Jesús se complace cuando nos dejamos estar en la pereza y en el egoísmo cómodo, o cuando nos dejamos llevar por los  rencores y por las miserias. Jesús ama la voluntad del Padre, y espera que la cumplamos en nuestra propia vida. No basta decir Señor, Señor, sino hacer la voluntad del Padre. La entrega a Dios debe plasmarse en un determinado comportamiento, en una manera de actuar, en un estilo de vida.   Este texto nos muestra también que no son las obras extraordinarias y llamativas las que manifiestan nuestra entrega y nuestra adoración a Dios: ni las profecías, ni la expulsión de demonios, ni los milagros son lo importante, sino poner en práctica las enseñanzas del Maestro. De otro modo, estaremos construyendo sobre arena.

 

Viernes, 29 de junio   S. PEDRO Y S. PABLO, apóstoles

Mateo 16,13-19. “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”

 

Celebramos hoy la fiesta de San Pedro y de San Pablo, columnas de la Iglesia, Gigantes de la Fe, en la primera comunidad Cristiana. Testigos apasionados de Jesús, que no dejaron un instante de mostrarlo y anunciarlo.

Hacer memorial de su testimonio y amor a Jesús es para nosotros importante, porque gracias a su pasión y amor a Jesús, nosotros hemos recibido la Fe, el mensaje de Jesús.  Es también importante porque su testimonio nos invita a enamorarnos más de Jesús como ellos, para que también podamos seguir siendo testigos apasionados de Él, en medio de nuestro mundo.

De modo especial en este día, rezamos como Iglesia, por el Papa Francisco, en el día del Papa, Dando gracias por su vida y ministerio, queriendo ayudar y sostener su vida entregada con nuestra oración, haciendo también caso a su pedido cotidiano de: ‘Recen por mi’.

Señor Jesús, aún con nuestros límites y a veces cobardías, te decimos como Pedro, “Señor tu lo sabes todo, Sabes que te quiero”, renueva en nosotros tu Espíritu para que como Pablo, podamos también decir, “Para mí la vida es Cristo”.

 

Sábado, 30 de junio

Mateo 8,5-17 “Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho”

 

El Evangelio de hoy evoca en nosotros las palabras que repetimos durante la Misa antes de comulgar: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”. La persona que busca a Jesús es un pagano, un soldado del ejército romano. No es la religión, o el deseo de Dios, sino el sufrimiento y la necesidad que le impulsan a buscar a Jesús.  Y como Jesús no tiene ideas preconcebidas, no exige nada más, recibe y escucha la petición del oficial romano.  La respuesta de Jesús sorprende al centurión, ya que supera su expectativa. El centurión no esperaba que Jesús fuera a su casa. Se siente indigno: “Yo no soy digno”, quiere decir que consideraba a Jesús como a una persona muy superior.

El centurión expresa su fe en Jesús diciendo: “basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará”. El cree que la palabra de Jesús es capaz de sanar. Pero ¿de dónde le nace una fe tan grande? ¡De su experiencia profesional de centurión! Porque cuando un centurión da órdenes, el soldado obedece. Y así se imagina que sucede con Jesús: basta que Jesús diga una palabra, y las cosas acontecerán… Él cree que la palabra de Jesús encierra una fuerza creadora.   En consecuencia, la fe no consiste en aceptar, repetir y declarar una doctrina, sino en creer y confiar en la persona de Jesús.

 

Intención del Santo Padre Francisco

para el mes de julio

 

Para que los sacerdotes que viven con fatiga y en la soledad el trabajo pastoral,

se sientan confortados con la ayuda de la amistad con el Señor y con los hermanos

 

Domingo 1º de Julio    (13º durante el año)

Marcos 5,21-43 “No temas, basta que creas”