15º domingo del tiempo ordinario
ciclo b
“Los envió de dos en dos,
dándoles poder
sobre los espíritus impuros“
ORACIÓN INICIAL
Me llamas a
seguirte y venderlo todo.
Me llamas a
seguirte y me pides entregar la vida.
Tú llamas por el
nombre y haces tuyo al hombre.
Tú llamas y
quieres hombres libres que te sigan.
Aquí estoy,
Señor, quiero seguirte.
Aquí estoy,
Señor, porque me has llamado.
Invocamos al
Espíritu Santo
Espíritu Santo ven en nuestra ayuda, en estos
momentos en que disponemos el corazón y la mente para escuchar el mensaje de Jesús y ponerlo en
acción en nuestra vida. Amén
TEXTO
BÍBLICO Mc. 6.7-13
Este pasaje del
Evangelio es un programa de vida: nos muestra cómo actuar en el momento de anunciar
la Palabra del Señor, las actitudes básicas y fundamentales del
discípulo-enviado.
Evangelio según Marcos 6, 7-13
“Entonces llamó
a los Doce y los envió de dos en dos, dándoles poder sobre los espíritus impuros.
Y les ordenó que no llevaran para el camino más que un bastón; ni pan, ni
alforja, ni dinero; que fueran calzados con sandalias, y que no tuvieran dos
túnicas. Les dijo: “Permanezcan en la casa donde les den alojamiento hasta el
momento de partir. Si no los reciben en un lugar y la gente no los escucha, al
salir de allí, sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos”. Entonces fueron a predicar, exhortando a la
conversión; expulsaron a muchos demonios y curaron a numerosos enfermos, ungiéndolos
con óleo”.
LECTURA,
¿Qué dice el texto?
El Señor
había llamado a los que quiso, para estar con Él y para enviarlos a predicar.
En este pasaje vemos que Jesús no monopoliza la misión, sino que la comparte,
que hace partícipes a otros de lo que Él hacía, porque siempre implica y
compromete a los que le siguen, los hace partícipes de su misión para que
actúen de la misma manera que Él.
El envío
de Jesús tiene características propias, que dan un perfil específico a los que
Él envía. Jesús deja claro que son enviados, que no van por cuenta propia, que
tienen una misión que realizar, una misión donde el protagonista es Él; es Él
el que actúa por medio de ellos. Por eso, les exhorta a que no vayan aferrados
a sus propios recursos, talentos o capacidades, sino que vayan totalmente
confiados, esperando que el Señor actúe y se manifieste
en ellos. Les dice que no lleven nada para el
camino, ni bastón, ni pan, ni dinero… esperando todo de Él, confiando que Él
proveerá todo y que actuará por medio de ellos.
El envío
de Jesús tiene una dimensión hacia afuera, que es dar a conocer su mensaje de
salvación. Pero tiene otra perspectiva que es la interior, la del enviado, al
que se le exige una total confianza y apertura para que Él pueda hacer su obra.
El fruto de la misión la garantiza el Señor pero requiere una disposición y
apertura para que de esa manera pueda ser instrumento del Señor.
Siguiendo
este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención,
tu interés?
MEDITACION
¿Qué me dice el Señor en el texto?
Cada uno de los bautizados somos llamados a vivir el
mensaje de Jesús y enviados por Dios a la familia, al trabajo, al grupo de
amigos o vecinos… a cualquier persona con la que nos encontremos, trabajemos o
convivamos para hablarles y dar testimonio del amor de Dios a todos los
hombres.
Los bautizados somos los apóstoles del siglo XXI y
tenemos que hacerlo presente en la sociedad, cultura… del hombre de hoy. Todo
depende del entusiasmo, de la valentía, de la audacia y la constancia en
nuestra misión de ser apóstoles, cada uno en su sitio.
La misión te exige revisar tus actitudes, tu estilo
de vida, estar dispuesto a emprender el camino… y mostrar la Buena Noticia en
tu familia, amigos, compañeros… en ambientes acogedores y hostiles.
¿Te sientes enviado por el Señor…? ¿Vives en actitud
misionera?, ¿percibes tu vida como una oportunidad para anunciar y dar a
conocer a Jesús ahí donde estés? ¿Qué haces, en concreto, para que Jesús sea
conocido y amado y para que tu vida sea anuncio del mensaje de Jesús?
Siguiendo el mensaje de este
texto, ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?
ORACIÓN ¿Qué
respondo al Señor que me habla en el texto?
Señor nadie esta ajeno a estar en problemas, en
tentaciones, con enfermedades, y tú nos has dado el poder para que desde
nuestra pequeñez, desde nuestra insignificancia podamos darlo todo, que
significa mucho para aquellos que lo necesitan, por ello te pedimos que nos des
la humildad, la alegría y el amor para ir a ayudar, a llevar paz y a sanar a
quien lo necesite y también que nosotros tengamos la habilidad y la capacidad
para acercarnos a ti y quien nos puedan ayudar cuando estemos en las mismas circunstancias.
Siguiendo el mensaje de este
texto, ¿Cuál es tu oración personal?
Cada uno puede expresar su propia oración sus
intenciones.
CONTEMPLACIÓN
¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el texto?
Jesús está pensando en un mundo liberado de las
fuerzas que esclavizan y deshumanizan al hombre. Sus discípulos se abrirán paso
en la sociedad humanizando la vida, aliviando el sufrimiento, haciendo crecer
la libertad y la fraternidad.
Llevarán sólo “bastón” y “sandalias”. Jesús se los
imagina como caminantes. Nunca instalados. Siempre de camino. No atados a nada
ni a nadie. Sólo con lo imprescindible. Con esa agilidad que tenía Jesús para
hacerse presente allí donde alguien lo necesitaba. Jesús es tú único báculo
para caminar.
No llevarán “ni pan, ni alforja, ni dinero”. Llevan
consigo algo más importante: el Espíritu de Jesús, su Palabra y su autoridad
para humanizar la vida de las gentes. Jesús no está pensando en lo que han de
llevar para ser eficaces, sino en lo que no han de llevar. No sea que un día se
olviden de los pobres y vivan encerrados en su propio bienestar.
Tampoco llevarán “túnica de repuesto” vestirán con
la sencillez de los pobres. Serán profetas en medio de la gente. Su vida será
signo de la cercanía de Dios a todos, sobre todo, a los más necesitados.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la
palabra o frase o párrafo o actitud que te ayuda a recordar este texto?
ACCION ¿A que me/nos comprometemos con Dios?
Busquemos a nuestro alrededor al hermano, al amigo
que nos necesita con ese poder que el Señor nos ha dado-
También si somos nosotros quienes lo necesitamos,
ayúdanos a tener la voluntad para buscar esa ayuda que necesitamos para sanar.
Mantengamos una actitud de caminantes, de peregrinos,
de estar atentos a lo que el Señor nos pide.
Examinemos, en nuestro aquí y ahora, a qué nos invita el Señor para
seguirle con más generosidad y prontitud. ¿Dónde ponemos nuestra confianza?
Jesús quiere libre y sin ataduras al que le sigue;
siempre disponible, confiando en la fuerza del Evangelio.
Examinemos si éstas son nuestras actitudes cuando
llevamos el mensaje de Jesús.
Interioriza este pensamiento: “No podemos hacer
grandes cosas, pero sí cosas pequeñas con un gran amor”.
Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la acción concreta que te invita a realizar