18º SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO
Lunes 6 de agosto Transfiguración del Señor (F)
Marcos 9, 28-36 Señor, si te parece, hacemos aquí tres tiendas,
una para Ti, otra para Moisés y otra para Elías. Pero en seguida los envolvió
una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado,
escúchenlo"
El relato de la Transfiguración tiene especial relevancia
en los evangelios. No sabemos qué ocurrió realmente, pero sí que los
evangelistas dan gran importancia a la transformación del rostro de Jesús. Hablan
los profetas y Jesús, pero sólo el rostro del Señor es el que está
resplandeciente. Los discípulos no comprenden este momento tan especial y
tampoco comprenden el actuar de Jesús. A
Pedro, que quiere hacer tres tiendas, la voz del Padre lo corrige revelando
quién es Jesús. Es el Hijo de Dios, aquel que tiene el rostro resplandeciente.
Nadie puede confundirlo con un gran profeta, porque sólo al Hijo de Dios
debemos escuchar y seguir. Como familia,
como Iglesia debemos recuperar la experiencia de reconocer a Jesús y vivir
conforme a su palabra. Tenemos que sentirnos atraídos por Jesús al igual que
los primeros cristianos se sintieron atraídos por él y lo siguieron. Señor Jesús: transfigúranos también a
nosotros en nuevas creaturas,
totalmente agradables al Padre Dios.
Martes 7 de agosto San Cayetano (ML)
Mateo 14,22-36 “Tranquilícense, soy yo, no teman…”
La confianza en fundamental. Jesús quiere fortalecer la
confianza de sus discípulos para que experimenten que, en medio de las tormentas,
él está sosteniéndolos. Los envía aparentemente solos, en medio del mar. Les
asegura que podrán llegar a la otra orilla. Pero no promete una travesía fácil o serena. Lanzarse mar adentro es
siempre un desafío donde puede hacerse
presente lo inesperado, hasta encontrarse con Jesús caminando sobre las aguas
embravecidas. Ese Jesús dominante, en medio de las olas, era el líder que Pedro
había soñado. Y él quería compartir esa gloria. Y le dice al Señor: si eres tú mándame ir a tu encuentro. Pero no bastaba la llamada, había que
tener la confianza que él todavía no tenía. Y por eso comenzó a hundirse. A
Pedro, sólo le quedaba depender de la mano de Jesús, pero no fue capaz de
depender de la mano fuerte de Jesús. La pregunta de Jesús a Pedro es la que cada uno puede escuchar cada día:
¿por qué dudaste?
Celebramos la festividad de San
Cayetano. Hoy sus devotos agradecen a su patrono la providencia de pan y
trabajo. Cayetano, nació en una familia
acomodada y después de ser abogado, eligió una vida de entrega a los
pobres. Se ordenó sacerdote en Roma y murió en Nápoles, en 1547. Pasó
privaciones para sostener sus obras; fundó hospitales; ayudó a los presos y a
las prostitutas y asistió a las víctimas de las sequías.
Miércoles 8 de agosto Santo
Domingo (MO)
Mateo 15,21-28: “Mujer qué grande es tu fe. Que se cumpla tu
deseo”
El evangelista, hoy, nos acerca a través de la mujer
cananea a la Fe. Una fe fuerte, confiada. Quizá nos sorprenda la respuesta de Jesús: “No está bien echar
a los perros el pan de los hijos.” Los judíos solían
llamar perro a los paganos pero la mujer no se deja intimidar por estas
palabras. Insiste. Su fe es inquebrantable.
La mujer está viviendo momentos muy difíciles, pero sabe que Él puede
salvar a su hija. Desde ese momento, la
hija queda curada. Pongámonos en lugar
de la mujer cananea, ¿qué haríamos ante la respuesta de Jesús? Aprendamos de la
fe de esta mujer, de su humildad, de su sencillez; pero, sobre todo, de la confianza
que puso en el Hijo de Dios. Como personas, como comunidad, abramos nuestro
corazón a tantos hermanos que sufren, a todos aquellos que nos preguntan sobre
Dios, a quienes nos interpelan como Iglesia, para que encuentren en nosotros una
mano amiga, cercanía y amor.
Ayúdanos Señor, a acercarnos a ti con la
simple confianza de la mujer cananea, con un corazón humilde y pequeño ante tu
grandeza,
Jueves 9 de agosto Santa Teresa
Benedicta de la Cruz (ML)
Mateo
16,13-23 “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? … tú
eres el Mesías, el hijo de Dios vivo”
Jesús quiere hacer comprender a sus discípulos, algo más
sobre los planes del Padre. Después de escuchar lo que la gente opina sobre él,
Jesús los interroga: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy
yo?”. Es la
misma pregunta que hoy, el Señor, nos hace a cada uno de nosotros para que
advirtamos qué lugar está ocupando en nuestras vidas.
Pedro
toma la iniciativa y dice: tú eres el mesías, el hijo de Dios
vivo. Jesús
elogia a Pedro por su confesión de fe, pero a continuación, Pedro actúa de una
manera reprochable y se deja llevar por sus criterios humanos. A pesar de esto,
Jesús le anuncia a Pedro, el lugar que ocuparía en su Iglesia: “Yo te daré las llaves del Reino de los cielos…” Y así se demuestra con claridad que Pedro, no cumplirá
esa función porque sea perfecto, sino porque tendrá una especial asistencia de
Dios para conducir la Iglesia.
Señor, ayúdanos a confiar en tu acción a
través de los instrumentos pobres y limitados que has puesto como pastores de tu iglesia.
Bendícelos para que sean dóciles a la acción del Espíritu.
Santa Teresa Benedicta de la Cruz
(Edith) Stein, virgen de la Orden de las Carmelitas Descalzas y mártir, la
cual, nacida y educada en la religión judía, después de haber enseñado
filosofía durante algunos años, entre grandes dificultades, recibió por el
bautismo, la nueva vida en Cristo y la desarrolló bajo el velo de religiosa,
hasta que, en tiempo de un régimen enemigo de la dignidad del hombre y de la
fe, fue desterrada y encarcelada, muriendo en la cámara de gas del campo de
exterminio de Auschwitz, cerca de Cracovia, en Polonia (1942).
Viernes 10 de agosto San Lorenzo (F)
Juan 12,24-26: “Si el grano de
trigo que cae en tierra no muere, queda solo, pero si muere da mucho
fruto”
El Evangelio del día nos invita a reflexionar sobre la
fecundidad del grano de trigo que cae en tierra y muere. Caer en tierra, parece una catástrofe y morir es menos
atractivo todavía. Sin embargo es el
secreto de la vida. Nadie llega alto sin caer por tierra y nadie alcanza la
plenitud de la vida si no muere. Y esto
ocurre cada día. Somos como un grano de trigo. ¿Qué atractivo tiene un grano de
trigo guardado?. Está solo, pero es inútil, intrascendente, infecundo. Lo bello
es el grano de trigo que acepta caer en tierra, romperse, sufrir una aparente
destrucción y dejar brotar lo mejor, lo más bello, una vida intensa y más rica.
Aceptemos con fe esta invitación de Jesús, dejémonos romper cada día en la
entrega confiada y generosa.
San Lorenzo fue uno de los siete
diáconos de Roma, ciudad donde fue martirizado, quemado en una parrilla, el 10 de agosto de 258,
cuatro días después del martirio del papa Sixto II.
Pocos mártires hay
en la Iglesia tan famosos como san Lorenzo. Los más ilustres padres latinos
celebraron sus alabanzas y, como dice san Máximo «toda la Iglesia se une para
cantar al unísono, con gran gozo y devoción, el triunfo del mártir S. Lorenzo».
Sábado
11 de agosto Santa Clara de Asís (MO)
Mateo 17,14-20: “Para el que cree, nada es
imposible”
“La liturgia del
día presenta el pasaje del evangelio en el que los discípulos no pueden curar a
un niño y debe intervenir el mismo Jesús, que se queja de la falta de fe de los
presentes. Al padre del niño, que pide
ayuda, le dice que todo es posible para el que cree.
Por su parte, los discípulos no entendían
en qué habían fallado. Y Jesús les respondió que les faltaba fe. No dice que no
tienen fe, sino que aún es muy pequeña.
La fe, es un don de Dios, debe crecer
y fortalecerse con nuestra colaboración. La fe también debe ejercitarse,
ponerse a prueba, alimentarse. Necesitamos una fe adulta, resistente, alimentada
con las lecturas adecuadas, con la oración diaria, con los sacramentos y con
todo aquello que nos ayude a fortalecerla.
Todos nosotros tenemos un poco de incredulidad en el interior. Es
necesaria una oración fuerte, constante, perseverante. Y esta oración humilde y fuerte hace que Jesús
pueda hacer el milagro. La oración para pedir un milagro, para pedir una acción
extraordinaria, debe ser una oración que involucre, que nos involucre a todos”.
(Papa Francisco)
Memoria de santa Clara, virgen,
que, como primer ejemplo de las Monjas Clarisas siguió a san Francisco,
llevando en Asís, en la Umbría, una vida austera pero rica en obras de caridad
y de piedad. Insigne amante de la pobreza, no consintió ser apartada de la
misma ni siquiera en la más extrema indigencia y en la enfermedad.
Domingo 12 de agosto (19 durante el año)
Juan
6,41-51
“Yo soy el Pan de Vida”. Con estas palabras el
mismo Jesús nos da a entender otro rasgo fundamental de su vida y de su misión.
Él es el que es capaz de satisfacer nuestra hambre.
Es
verdad que muchos de los que hoy escuchamos esta Palabra de Vida, posiblemente
no tengamos hambre de pan. Sin embargo también tenemos hambre. Hambre de
sentido para nuestras vidas. Todos llevamos en nuestro corazón un hambre, un
ansia, un deseo que grita y clama por ser saciado. Y descubrimos a la misma vez
que necesitamos saciarlo.
Hoy
Jesús nos invita a alimentarnos de Él; de su Palabra, de su Vida, de los
sentimientos profundos de su Corazón, que hacen, en virtud de su Pascua que no
nos guardemos la vida como algo que hay que reservarse celosamente, sino que la
podamos entregar por amor; que nos podamos jugar la vida por amor y por algo
que sacie de veras el ansia profunda y bella de libertad que anida en el
corazón de cada uno de nosotros.
Dios
me sabe a pan, que no se guarda, sino que se parte, reparte y comparte con
todos, para que nadie quede afuera de la fiesta y del encuentro.
Gracias, señor, por
alimentarnos, por venir a nosotros como regalo del cielo.