28º Semana del tiempo ordinario
Lunes 15 de octubre. Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia (MO)
Lucas 11, 29-32. Jesús frente a la multitud dice "es una generación malvada porque pide un signo y no se le dará otro signo que el de Jonás".
Jesús dice que la única señal a ser reconocida, es aquella de su muerte y resurrección, por-que “algo más grande que Jonás está ahí”. Jesús morirá y será vuelto a la vida nuevamente. Éste será el signo más grande de que Dios está entre nosotros.
Cristo nos habla hoy de dos momentos fuertes de la historia de la salvación. Nínive que se convierte gracias al profeta Jonás y una reina que viaja lejos para ver el don de la sabiduría en el rey Salomón. Hay un punto que une estos dos eventos: en los dos, un personaje de Israel atrae extranjeros hacia Dios. O en otras palabras, Dios sale a buscar a aquellos que están más alejados de Él; Dios no abandona a la oveja perdida.
Hoy con la iglesia celebramos la memoria de Santa Teresa, mujer talentosa y apasionada, llena de vida y de creatividad. S. Teresa estaba profundamente enamorada de Dios, y expresó ese amor de forma extraordinaria con las obras de su vida y con sus palabras: dichas, escritas y cantadas. Su vida toda fue una hermosa aventura mística de encuentro con Cristo. Fue una gran maestra de oración y de espiritualidad. Santa Teresa expresa de forma sencilla y profunda su gran confianza y fe en Dios en un poema: Nada te turbe; nada te espante; todo se pasa; Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios basta.
Martes 16 de octubre
Lucas 11, 37-41. “Purifican por fuera la copa, dentro están llenos de maldad…”.
Jesús desenmascara la falta de corazón de los Fariseos, tan respetuosos de las tradiciones. Él se focaliza en lo que hay dentro de la persona, en el corazón humano. El Fariseo, en agudo contraste, está básicamente preocupado de las observaciones externas o de las reglas tales como el ritual de lavarse las manos antes de cada comida.
En cada uno de nosotros hay un fariseo, grande o pequeño, que prefiere limpiar la suciedad exterior en vez de sacar la codicia y la maldad de su interior. La única manera de manejar este conflicto es adueñarnos de la oración del publicano en el templo: “Ten piedad de mí, Señor, que soy un pecador”. Señor, Tú conoces mi corazón. Tú conoces mis pensamientos bajo la superficie de mi conducta. Enséñame a vivir, en tu Presencia, liberándome de buscar el respeto humano.
Miércoles 17 de octubre San Ignacio de Antioquía Obispo y mártir (MO)
Lucas 11, 42-46. ¡Pobres de ustedes también, … porque imponen a los demás cargas insoportables, y ustedes ni siquiera mueven un dedo para ayudarles!"
Hoy vemos a Jesús que les habla a los fariseos y que, con mucha claridad pero también con mucha dureza, les señala sus incoherencias. Les dice que ellos cumplen escrupulosamente las leyes, pero descuidan la justicia y el amor. Les recrimina porque imponen a los demás un montón de cargas que ellos no cumplen, ni viven.
Este texto nos puede hacer pensar también a nosotros sobre nuestras propias incoherencias. Estas cosas que Jesús señala de los fariseos ¿no están presentes también en nuestras acti-tudes? ¿ en nuestra forma de actuar, de obrar, de vivir?
"Señor perdona nuestras incoherencias; ayúdanos a ver siempre cuáles son nuestros errores, ayúdanos a servirte de corazón, a buscar siempre tu voluntad, a hacer lo que tu Padre quiere en vez de aparentar y buscar ser reconocidos."
Memoria de San Ignacio de Antioquía, mártir cristiano y uno de los Padres Apostólicos de la Iglesia. Durante el reinado del emperador Trajano fue condenado al suplicio de las fieras y trasladado a Roma, donde consumó su martirio. Para muchos espectadores, Ignacio era uno más que moría en aquellos juegos diseñados para saciar la morbosidad de las turbas. Sin embargo el era el gran vencedor en un reino mucho más sublime y duradero que el de los emperadores romanos. En su carta a los cristianos de Roma, decía: “Déjenme que sea entregado a las fieras, puesto que por ellas puedo llegar a Dios. Soy el trigo de Dios, y seré molido por las dientes de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro. Antes, atraigan a las fieras, para que puedan ser mi sepulcro, y que no deje parte alguna de mi cuerpo detrás, y así, cuando pase a dormir, no seré una carga para nadie. Entonces seré un verdadero discípulo de Jesucristo”.
Jueves 18 de octubre San Lucas Evangelista (F)
Lucas 10,1-9.” " El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir. Y les dijo: "La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.”.
El evangelio de hoy habla de 72 discípulos, que Jesús envía de dos en dos, a evangelizar, a anunciar la llegada del Reino de Dios entre los hombres y les da las indicaciones necesarias para poder realizar esta tarea. Pide a sus seguidores que salgan a sanar y a predicar el Reino de Dios. Y los invita a viajar ligeros de equipaje, a no abrumarse ni deprimirse, de ma-nera que, con más facilidad, puedan ofrecer paz a aquellos con quienes se encuentren. Él los impulsa a ofrecer confiadamente una bendición, sin preocuparse por la manera en que los otros acepten sus buenos deseos. Y les recomienda: Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha. Él necesita ayuda, pero no nos espera para que arreglemos asuntos personales. Nos ha elegido y nos dice:”Vayan… yo los envío…”.
Memoria de San Lucas, Evangelista. Nace de padres paganos en Antioquia y es el único escritor del Nuevo Testamento que no es israelita. De cultura griega, dirigió su mensaje a paganos convertidos al cristianismo. Fue discípulo fiel de San Pablo quién lo describe como "Lucas, el médico querido" Desde su prisión de Roma Pablo dice a su discípulo Timoteo: « sólo queda conmigo Lucas ». San Juan Crisóstomo le llamó: «Incansable en el trabajo, ansioso de saber y sufrir, Lucas no acertaba separarse de Pablo». Según la tradición murió mártir en Acaya, colgado de un árbol. Sus reliquias se encuentran en la Basílica de Santa Justina, en Padua, Italia.
Viernes 19 de octubre
Lucas 12, 1-7. “¿No se venden acaso cinco pájaros por dos monedas? Sin embargo, Dios no olvida a ninguno de ellos. Ustedes tienen contados todos sus cabellos: no teman, porque valen más que muchos pájaros.”
El Evangelio de Lucas continúa indicando que la tensión está aumentando, y la oposición a Jesús comienza a ser mucho más fuerte, en tanto que Él se encamina hacia Jerusalén.
Jesús dice palabras de aliento a sus seguidores frente a la oposición: la seguridad del amor fiel de Dios, de su cuidado y apoyo. Dios se preocupa de cuidar a las más pequeñas y vulnerables de sus creaturas. Las personas que están sufriendo, pueden no saber que ellos “tienen más valor que muchos gorriones”. Confiar en que las personas que sufren pruebas e injusticias acá en la tierra, encontrarán la consolación en la vida eterna, requiere un gran salto de fe. Incluso la vida más ordinaria tiene sus pruebas, y necesita de ese salto de fe si espera la vida eterna. El mensaje es: no teman, cada pequeño gorrión está cuidado por Dios. ¿Cuánto más presente estará Dios para todos los que creen y confían en Él?
Sábado 20 de octubre
Lucas 12, 8-12. “Cuando los lleven ante las sinagogas, los jueces y las autoridades, no se preocupen de cómo se van a defender o qué van a decir; llegada la hora, el Espíritu Santo les enseñará lo que tengan que decir”
En el Evangelio de hoy se nos hacen tres invitaciones importantes: Primero, saber reconocer a Jesús; esto supone el compromiso valiente de reconocerlo públicamente ante los hombres, y requiere la comunión personal con él. En segundo lugar, se nos invita a reconocer las obras buenas que se hacen por el dinamismo del Espíritu, es decir, reconocer el paso y acción de Dios en nuestra historia y en nuestro mundo. Finalmente se nos pide no tener miedo y confiar en él, en su presencia y en la acción del espíritu en nosotros.
Jesús no solo promete su presencia constante en la vida de sus fieles seguidores, sino que también promete la ayuda y la inspiración del Espíritu Santo, especialmente en tiempos de necesidad y de prueba.
Al rezar contigo, Señor, agradezco tu perdón cuando he estado paralizado por el miedo. Tu amor puede eliminar mi miedo. Una y otra vez me dices que no tenga temor. Infunde en mí tu Espíritu de valentía para que pueda hablar clara y confiadamente a los demás de tu Palabra.
Domingo 21 de octubre (29º durante el año) Fiesta de San Antonio Gianelli
Marcos 10, 35-45. El que quiera ser grande que se haga el servidor de todos. … El Hijo del hombre vino a servir y no a ser servido…”
El evangelio de hoy nos enseña que el verdadero poder está en el amor y no en el lugar que ocupamos o en imponer nuestras ideas o creencias. Algunos apóstoles quieren saber quién de ellos se sentará a la izquierda y quién a la derecha del Señor, en el reino futuro. No piensan que estar al lado de Jesús es trabajar con él en su proyecto de amor, de justicia, de caridad. Trabajar con Jesús no es un camino de poder sino un camino de sacrificio y amor. Amor que, al igual que a él, puede que nos lleve a dar la vida. Cuando el resto de los apóstoles se enteran de su ambición, surgen los problemas, la indignación, y seguramente se increpan unos a otros. Jesús, sin dudarlo, los reúne para hablar con ellos y aclarar que significa estar con él. Estar a su lado no es dominar ni oprimir a los más débiles: «Nada de eso puede hacerse, si se es seguidor suyo».
Jesús sólo quiere que seamos como él, «servidores », hijos de Dios dispuestos a dar la vida por los hermanos. Jesús no habla para un grupo, sino para todos. Si realmente somos cris-tianos, nuestra misión, estemos donde estemos, es «servicio, apoyo, acogida, entrega, cola-boración y, sobre todo, amor para dar a raudales».