NUESTRO S.JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO
Hermanos, El Señor del universo hoy nos hace fijar la mirada en Jesucristo, como Rey de vida, que viene a reinar por el amor en el corazón de cada uno de nosotros, de cada familia y de toda la sociedad. Y Él nos llama a todos sus seguidores, a vivir el amor, para que en nues-tro mundo reine la justicia, la caridad y la solidaridad. Que la Eucaristía de este domingo sea un momento de encuentro con el Señor, que Él nos llene de esperanza en este tiempo final del año litúrgico, y que nuestro corazón esté dispuesto a aceptar la voluntad de Dios con alegría. Proclamando que el Señor es el dueño de nuestras vidas, de la historia y del mundo entero, cantemos con entusiasmo a nuestro Rey y Señor.
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS
La realeza de Jesucristo es el tema central en las lecturas de este domingo. El profeta Daniel, tras asistir a la caída de los imperios, observa que Dios entrega el poder universal a un per-sonaje divino y humano al mismo tiempo al que denomina Hijo de hombre. La comunidad joánica reconoce en este personaje a Jesús, el “soberano de los reyes de la tierra”, el “testigo fiel”, que confiesa su realeza ante Pilatos.
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA Dn 7, 13-14
El profeta Daniel presiente la llegada del día anhelado, en el que el grupo fiel a Dios, será exal-tado y glorificado para siempre.
SEGUNDA LECTURA Ap 1, 5-8
El apóstol Juan nos habla de Jesucristo glorioso, principio y fin, que con su entrega por noso-tros ha hecho de nosotros, un pueblo real. Escuchemos atentamente.
EVANGELIO Juan 18, 33b-37
Jesús nos dice muy claramente, en su Evangelio, que Él es el Mesías del Reino universal y eterno de Dios. Aclamemos a nuestro Rey cantando el Aleluya
ORACION DE LOS FIELES
Pidamos al Señor, que su Reino encuentre plena acogida y realización en el corazón de los seres humanos diciendo: “QUE VENGA A NOSOTROS TU REINO, SEÑOR “
Oremos por la Iglesia y por el Papa Francisco, para que todos los hombres reconoz-camos en su permanente testimonio de la verdad, a Cristo el Señor. ROGUEMOS AL SEÑOR
Oremos por todos los que tienen el ministerio del servicio en la iglesia, para que a ejemplo de Cristo sus vidas sean don de verdad y de amor. ROGEMOS AL SEÑOR
Oremos por nuestra querida patria, para que Jesucristo sea realmente quien reine en ella, en nuestras vidas, en nuestras familias y en toda nuestra sociedad. ROGUEMOS AL SEÑOR
Oremos por los que no tienen lo necesario para vivir y por todos los que sufren, para que les mostremos nuestro amor y solidaridad. ROGEMOS AL SEÑOR
Oremos por los encarcelados, para que se les trate con justicia y amor y se les ofrez-can medios para recuperar su dignidad humana. ROGEMOS AL SEÑOR
Oremos por nuestra Parroquia, para que llevemos el amor de Dios a los marginados, a los enfermos y a los necesitados. ROGEMOS AL SEÑOR
Oremos por nosotros, para que a través de nuestro servicio diario a la familia, a los ni-ños, a la comunidad y a la sociedad, extendamos el Reino de Cristo. ROGEMOS AL SEÑOR
Se pueden suprimir y/o añadir peticiones
PRESENTACION DE LAS OFRENDAS
Ofrezcamos a Dios toda nuestra vida, familia, trabajo y cosas, para que siendo verdaderos testigos de Cristo, allí donde Él nos colocó, demos testimonio de fraterna entrega al servicio de nuestro prójimo.
COMUNIÓN
Hermanos la Mesa está servida, Cristo mismo nos invita a acercarnos a ella, a participar del Banquete Eucarístico. El, se ofrece como Pan de vida eterna. Si estamos preparados acer-quémonos a recibirlo, cantando
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
DESPEDIDA
Antes de comenzar, el próximo domingo, el nuevo año litúrgico, con el tiempo de Adviento, hemos celebrado la fiesta de Cristo Rey; que nuestro propósito al despedirnos, sea el de vivir cada vez más como discípulos y seguidores de este Rey, para construir así, ya ahora, en nuestro mundo, su Reino: la civilización del amor. Con este compromiso nos retiramos can-tando…