SEMANA LITURGICA 34º. Semana del tiempo ordinario ‘B’

34º. Semana del tiempo ordinario  ‘B’

Lunes 26 de noviembre
Lucas  21, 1-4. “Ella ha echado todo lo que tenía para vivir”.

Cuando Jesús vio a la viuda pobre, echando las únicas monedas que tenía para sobrevivir, aprovechó para dar una enseñanza a sus discípulos. Ellos no debían sentirse más santos o más importantes que mucha gente sencilla de su pueblo. La generosidad de la viuda era un ejemplo porque ella entregaba todo. El gesto de la viuda es el ‘modelo’ discipular y enseña dónde los discípulos, los de su tiempo y nosotros, debemos ver la manifestación de la voluntad de Dios: en los pobres y en el compartir de lo necesario.
Jesús espera que también nosotros valoremos los gestos de generosidad y devoción que hay en los pobres. Porque el valor de una ofrenda no está en la cantidad, sino en lo que significa de entrega de la propia vida, por amor.
Mira, Señor, nuestro corazón egoísta y sánalo. Coloca en nosotros algo de esa entrega desbordante que te llevó a entregarlo todo en la cruz. Tú, que te admiraste de la ofrenda de la viuda pobre, derrama en nosotros un poco de tu generosidad.

Martes 27 de noviembre  Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa (ML)
Lucas 21, 5-11. “Aparecerán en el cielo señales prodigiosas y temibles”.

Las Lecturas, desde hoy hasta el Adviento, están llenas de citas sobre el fin del mundo. Pero no debemos  atemorizarnos, porque la Providencia de Dios nos guiará a través de  todos  los males que asedian al mundo.
Los oyentes de Jesús estaban ansiosos por saber cuáles signos debían esperar cuando viniera el fin de los tiempos. Pero el momento y el tiempo  en que un evento de tal envergadura  va a suceder, es un secreto de Jesús y del Padre.
Vemos que muchos de los signos escritos en este trozo de la escritura, aparecen ahora en el siglo veintiuno. Jesús nos previene de seguir a esos “gurús” que proclaman saber cuándo será el fin; es fácil en tiempos de prueba o cuando la gente está aterrorizada, buscar a alguien para que nos muestre el camino. Pero Jesús sigue siendo  el único camino, la verdad y la vida…
Jesús, tú te preocupas del mundo entero. Aunque la historia de la humanidad parece estar llena de desastres, Tú trabajas para que llegue a un final triunfal. Danos la valentía y la fuerza para que asu-mamos  nuestro pequeño papel, y podamos regocijarnos contigo, en el final de la historia”.

Miércoles 28 de noviembre
Lucas 21, 12-19. “Si se mantienen firmes, conseguirán la vida”.
 
La esporádica persecución de los cristianos ya había comenzado cuando Lucas estaba escri-biendo este Evangelio. La situación contemporánea se puede reflejar bien en este pasaje. Hoy están sucediendo persecuciones similares en muchas partes del mundo. Jesús no sólo describe lo que sus seguidores tendrán que sufrir, sino que ofrece la seguridad de que los apo-yará y los fortalecerá.
Jesús advierte a sus discípulos que ellos iban a enfrentar persecución por su causa. Ser tes-tigos suyos les traería tensión y separación de sus padres y familias, amigos y relaciones, y algunos de ellos incluso podían ser condenados a morir. Pero Jesús les asegura que su per-severancia les hará ganar sus almas. Si Jesús pudo enfrentarlo, también nosotros podemos. Él nos pide que no nos sorprendamos. No es el fin. Sobreviremos.
Jesús no promete que la vida será fácil para sus discípulos. Lo que sí promete es que nos dará las palabras y la sabiduría para afirmarnos en nuestra fe. “Jesús, admiramos tu entereza. Tú, Jesús, enfrentas tanta frustración y oposición; fuiste traicionado y crucificado. Danos algo de esa entereza, para que no nos derrumbemos cuando las cosas se pongan difíciles!”
Ayúdanos a vivir en el aquí y en el ahora, para ser testigos tuyos cada vez que podamos. Ayúdanos a no tener miedo, sino confiar en tu cuidado amoroso por nosotros, y ponernos de pie y ser contados como seguidores tuyos.

Jueves 29 de noviembre  Comienza la novena de la Inmaculada  (día de oración por todas  las vocaciones)
Lucas 21, 20-28. “Verán venir al Hijo del Hombre, en una nube, con gran poder y majestad.

El evangelio describe la destrucción de Jerusalén y del Templo. Sin embargo, este hecho no implica que termine la historia. Es Dios quién conduce el devenir de los acontecimientos. Este hecho doloroso provocará que las naciones extranjeras que no conocen a Dios, puedan co-municarse con Él.  También Lucas describe unos acontecimientos cósmicos que han de comprenderse dentro de la literatura apocalíptica. Se trata de diferenciar la primera venida de Cristo en su encarnación, humanamente limitado, en la pobreza y el ocultamiento, de su se-gunda venida, en la cual el Maestro vendrá glorioso y lleno de poder. Lo importante es que el cristiano pueda discernir “los signos de los tiempos” y aguardar con esperanza a quién liberará toda la creación.   Los primeros lectores del Evangelio de Lucas pudieron recordar cómo se había destruido Jerusalén; y ellos esperaban que llegara la Segunda Venida durante sus vidas. Nuestra perspectiva es diferente, pero el tema de la angustia y la desolación todavía nos afectan.  ¿Somos capaces de comprender con los ojos de Jesús lo que sucede a nuestro alre-dedor?

Viernes  30 de noviembre  San Andrés Apóstol (F)
 Mateo 4,18-22 .Ellos, dejando la barca y  a su padre, lo siguieron”

El Evangelio de hoy, nos señala que el seguimiento de Jesús comienza en un encuentro. En ese instante, se puede captar el llamado y la libertad de seguirlo. No puede haber seguimiento del Señor si no existe este espacio de intimidad, y el reconocimiento de su palabra y de que él mismo nos busca. Hoy, día en que celebramos a san Andrés, Apóstol, hermano de Pedro y pescador como él en Betsaida, el texto nos habla de la vocación de los primeros discípulos. Jesús se acerca a ellos en su lugar de trabajo y allí les propone algo nuevo. Son hombres que conocen el lago, saben de redes y del mejor horario para pescar. Y ahora Jesús les invita a dejar el oficio conocido y aventurarse a un futuro incierto: ser pescadores de hombres, o sea buscar seguidores. Seguramente los apóstoles deben haber tenido muchas dudas. No es fácil lanzarse al vacío sin red de seguridad. ¿De qué iban a vivir si no seguían pescando? ¿Qué pasaría con sus familias? El cambio propuesto es radical: no se puede seguir a Jesús y seguir mirando hacia atrás. El relato continúa diciendo que, a pesar de sus temores, los discípulos lo dejan todo y siguen al maestro. Hoy nos podemos preguntar ¿Hemos aceptado el llamado y responsabilidad de ser discípulos, o sólo “vamos a la iglesia”?


DICIEMBRE     INTENCIÓN DEL PAPA
Para que las personas dedicadas al servicio de la trasmisión de la fe,
encuentren un lenguaje adaptado al presente, en diálogo con la cultura


Sábado  1º de diciembre       Primer sábado
Lucas 21, 34-36. Estén prevenidos y oren incesantemente…”

En el evangelio de hoy, Jesús pide andar con cuidado. Es necesario impedir que se nos nuble la mente con el vicio, la bebida y las preocupaciones de la vida y estar despiertos en actitud de oración para tener fuerzas en todo momento. El cristiano necesita estar libre y despierto ante la realidad, necesita tener una actitud orante que le permita discernir la realidad y descubrir los signos de los tiempos.
Estar de pie, ante Cristo, es estar atentos para reconocer el paso de Dios en medio de las infinitas tareas que nos encomienda la vida.  No debe importarnos si la venida gloriosa de Jesús está próxima o no. No lo sabemos y no tiene sentido tratar de saberlo.
Lo que nos exige Jesús no es calcular fechas, sino el estar preparados siempre. Las actitudes que nos pide Jesús para ese día, son actitudes para todos los días. Esta realidad nos urge a una opción. Dónde situarnos en este mundo, de qué lado y con quién. Lo importante es vivir de una determinada manera acorde a lo que esperamos. Además la Parusía de Jesús se vive en cada instante: en la comunidad, en el encuentro con el pobre, en la construcción del Reino de Dios. Sigamos caminando con Jesús en fidelidad que es la única garantía de tener parte en su Reino Eterno.

Domingo 2 de diciembre    1er domingo de adviento Ciclo ‘C’
Lucas 21,25-28.34-36  Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre".

En este primer Domingo de Aviento, la Iglesia nos regala una esperanza: el hijo del Hombre vendrá sobre una nube lleno de poder y de gloria. Él es el Juez, el Rey de reyes y Señor de señores.  En el fondo nos está recordando que pase lo que pase,  no son los problemas, no son las dificultades, no son las heridas, las tristezas, las enfermedades, ni es la misma muerte, la que en nuestra vida y en la historia universal van a tener la última palabra....la última palabra solamente la tiene Jesús. A Él es al que esperamos.
Cada palabra del Evangelio, es una llamada que hemos de escuchar los que vivimos ahora en la Iglesia de Jesús, en medio de las dificultades e incertidumbres de estos tiempos.
Es el momento de escuchar a Jesús: «Levántense», anímense unos a otros. «Alcen la cabeza» con confianza. No miren al futuro solo desde sus cálculos y previsiones. «Se acerca su libera-ción». Pero hay maneras de vivir que impiden caminar con la cabeza levantada, confiando en esa liberación definitiva. Por eso, «tengan cuidado de que no se les embote la mente». No se acostumbren a vivir con un corazón insensible y endurecido, buscando llenar su vida de bien-estar y placer, de espaldas al Padre del Cielo y a sus hijos que sufren en la tierra. «Estén siempre despiertos». Despierten la fe en sus comunidades. Estén más atentos a mi Evangelio. Cuiden mejor mi presencia en medio de ustedes. Vivan «pidiendo fuerza». ¿Cómo seguiremos los pasos de Jesús si el Padre no nos sostiene? ¿Cómo podremos «mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre»