GUION DE MISA 1º Domingo de adviento - Ciclo C 2 /12


1º Domingo de adviento - Ciclo  C       2 /12


HERMANOS: Hoy, la Iglesia Universal celebra el primer domingo de Adviento, e inicia un nuevo año litúrgico, y dentro de él, iniciamos concretamente, el ciclo "C".
El Señor hoy nos llama a estar atentos, preparándonos para su venida, descubriendo su presencia entre nosotros, no sólo en la Eucaristía y en la Palabra, sino también en cada persona. Y nuestra respuesta debe ser el llevar una vida verdaderamente sobria, sin dejarnos atrapar por  excesivas preocupaciones, reconociéndonos como peregrinos que caminamos, con gozosa esperanza, hacia la Patria definitiva del Cielo.  Celebremos esta eucaristía prestando atención a la palabra de Dios y alabando a nuestro Salvador Jesucristo, con nuestro canto….

BENDICION DE LA CORONA DE ADVIENTO
En estos momentos, el presidente de la Asamblea procederá a la bendición de la Corona de Adviento y al  encendido de la primera vela

En esta primera semana de Adviento, queremos levantarnos para esperarte preparados y recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen. Queremos estar despiertos y vigilantes, porque Tú nos traes la luz más clara, la Paz más profunda y la alegría más verdadera.
Cantamos:   ¡VEN, VEN SEÑOR, NO TARDES…mientras se enciende  la 1ª vela de  la corona del adviento.

ANTES DE LAS LECTURAS
Las lecturas de la Palabra de Dios, en el tiempo del Adviento son un llamado a renacer en la espe-ranza, confiando en que el Señor cumplirá sus promesas de justicia y liberación definitiva.

PRIMERA LECTURA  Jeremías 33,14-16;
La profecía de Jeremías le ofrece al pueblo una palabra de consuelo y esperanza y sus  promesas, son también vigentes hoy, para cada uno de nosotros. Escuchemos con atención el mensaje

2ª. LECTURA:  1Ts 3, 12 — 4, 2
Las palabras de Pablo son una clara exhortación para nuestra manera de vivir cada día. Es-cuchémoslas con suma atención.

EVANGELIO:  Lc 21, 25-28. 34-36
Escuchemos ahora a Jesús que nos anuncia la liberación definitiva. Lo aclamamos con el gozoso canto del Aleluya.

ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada intención respondemos: TE LO PEDIMOS PADRE, EN ESTE TIEMPO DE ESPERANZA

    Por la Iglesia para que renovando su fe en la celebración de los misterios del adviento, se manifieste como el lugar de encuentro entre Dios y los hombres, roguemos al Señor
    Por el Papa Francisco, por los obispos y sacerdotes, por los diáconos y los laicos compro-metidos, para que motiven a los fieles con su palabra y ejemplo a vivir el mandamiento del amor, roguemos al Señor
    Para que la próxima venida del Señor en el misterio de la celebración de la Navidad, re-nueve los corazones y haga brotar en nuestras comunidades el espíritu de encuentro y de concordia, roguemos al Señor
    Por los jefes de las naciones para que gobiernen con justicia, busquen la paz, y asistan a los necesitados, roguemos al Señor
    Por los que esperamos la venida de Cristo en este tiempo de Adviento para que sigamos trabajando por la transformación del mundo, roguemos al Señor
    Por nosotros, para que nuestras palabras y nuestras vidas se conviertan en constante ora-ción al Señor que viene, roguemos al Señor
    Por nuestros  amigos y familiares que han muerto, para que gocen del amor y de la paz que sólo Dios puede dar.
(Se pueden suprimir o añadir intenciones de oración)

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Dejamos sobre la mesa del altar, el pan y el vino; junto con ellos presentemos también una sincera disposición a vivir en la gozosa y atenta espera del Hijo de Dios, que viene a nuestro encuentro en cada momento de nuestra vida.

COMUNIÓN:
Jesús vino al mundo por María, vendrá glorioso al final de los tiempos, pero también viene diaria-mente a nosotros en la presencia de cada hermano necesitado y en este Pan con que ahora quiere alimentarnos.

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.

DESPEDIDA
El tiempo de Adviento ha comenzado. Las palabras del Señor nos han invitado a la esperanza: “Tengan ánimo y levante la cabeza. Está por llegarles la liberación”. Nos despedimos cantando...