LITURGIA SEMANAL - 8ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO 4-10 de marzo


8ª SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO       4-10 de marzo


Lunes 4 de marzo
Marcos 10,17-27:   “…Jesús continuó diciendo:  ¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios!...   Los discípulos se preguntaban unos a otros: ¿quién podrá salvarse?".Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible".”

El evangelio de hoy recoge un episodio en la vida pública de Jesús: una vocación frustrada. Tras su mirada amorosa y la invitación a su seguimiento, se encuentra con el rechazo de aquel hombre que antes había corrido  al encuentro de Jesús y se había arrodillado ante él. Este joven no pudo dar el paso de la generosidad; no pudo ver las necesidades de los pobres, aunque Jesús se lo haya mostrado.  En el momento y lugar en que tenía que decidirse y hacer lo que Jesús le indicaba se marchó triste.
Para Jesús, la vida eterna no se consigue ‘cumpliendo unos mandamientos’; siempre es necesario algo más. El Reino de Dios es siempre una exigencia. La radicalidad de Jesús confronta nuestro estilo de vida e interpela la manera como le seguimos. A raíz de este epi-sodio, Jesús hace una reflexión que es válida para todo cristiano, porque  a todo creyente se le pide que no ponga su confianza en lo inseguro de las riquezas.

Martes 5 de marzo
Marcos 10,28-31 “Quién deje casa… por mí y por el Evangelio recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más”

Jesús está calibrando las fuerzas de sus discípulos; necesita gente que le siga dándolo todo a causa del Reino de Dios, que no se reserve nada de la vida por Dios. Del episodio del joven rico nace un diálogo entre Jesús y los discípulos preocupados por los beneficios que obtendrían al estar arriesgando su vida al lado de Jesús.  Ellos seguían pensando con la lógica humana y no con la lógica de Dios Padre. Sin embargo, debemos ser conscientes que lo importante no es “qué” se abandona por Cristo, sino “con qué” espíritu se hace.
Dejarlo todo nunca será sencillo ni espontáneo, pero la renuncia a los bienes y a los afectos terrenales encuentran ya, según el Evangelio, una recompensa maravillosa en la conquista del Reino de los cielos.
El Evangelio obliga al discípulo  de Jesús  a darlo  todo: ¿Hasta cuánto estamos dispuestos a entregar o entregarnos por la causa de Dios?  ¿nos queda algo por vender?

SE INTERRUMPE EL TIEMPO DURANTE EL AÑO
y comienza el tiempo litúrgico de la
 CUARESMA  con el