2º DOMINGO DURANTE EL AÑO ‘C’ 20/01
Queridos hermanos, habiendo ya concluido, el tiempo de Navidad y Epifanía, comenzamos el ciclo de los domingos durante el año, concretamente el segundo domingo de este tiempo.
El Señor nos revela a su Hijo, que muestra su gloria como enviado del Padre; se trata del comienzo de los signos que confirman la fe de los discípulos, y es ya un anuncio de la Euca-ristía. Hoy el Señor nos muestra en un banquete de bodas, el banquete mesiánico que supone un mundo nuevo, un vino nuevo, un amor nuevo. Ésta es su invitación de hoy a todos y a cada uno de nosotros. Nos ponemos de pie, para iniciar esta celebración cantando…
LITURGIA DE LA PALABRA ( global)
Para mostrar la fiesta que procede de la alegría del encuentro de Dios con su pueblo y de Jesús con la comunidad de los que creen en Él, la Biblia recurre a imágenes y símbolos to-mados de la vida matrimonial y del banquete de bodas. Sigamos el consejo de La Virgen María que nos dice que hagamos lo que Jesús nos pide. Escuchemos fielmente y con devoción su palabra.
LITURGIA DE LA PALABRA ( individual)
PRIMERA LECTURA Is. 62, 1-5
En este texto del Antiguo Testamento, se nos muestra Dios como el esposo de su pueblo, a quien ama con un amor entrañable, a pesar de sus continuas infidelidades. Escuchemos con atención.
SEGUNDA LECTURA 1Co 12, 4-11
San Pablo nos enseña que las cualidades de cada uno son para el servicio de la comunidad.
EVANGELIO Jn 2, 1-11
Jesús manifiesta su gloria, realizando el primer signo en las bodas de Caná, por intercesión de su Madre, la Virgen María. Nos ponemos de pie para escuchar la proclamación del EVANGELIO, mientras cantamos el aleluya.
ORACION DE LOS FIELES
A cada una de las peticiones responderemos: "SEÑOR, TRANSFORMA NUESTRO CO-RAZÓN"
Para que la Santa Iglesia resplandezca siempre como signo del misterio de Jesús que viene, a establecer una nueva y definitiva alianza con todos los están abiertos al amor fiel de Dios. Roguemos al Señor
Para que el Papa Francisco, nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, nos guíen en el trabajo de construcción de una comunidad, donde el amor fraterno sea el signo distin-tivo entre todos sus miembros. Roguemos al Señor
Para que todos los pueblos se unan de verdad, y podamos enfrentar los grandes de-safíos del mundo de hoy y alcanzar una auténtica y definitiva paz para todos los hom-bres. Roguemos al Señor
Para que los que ponen sus cualidades al servicio de la comunidad, no se dejen vencer por el desaliento. Roguemos al Señor
Para que en cada hermano pobre y enfermo, descubramos a tu mismo Hijo y seamos para el la manifestación de tu amor de Padre. Roguemos al Señor
Para que todos los miembros de nuestra comunidad, reconociendo y respetando los dones y la diversidad de funciones que cada uno tiene, trabajemos en la construcción de una única Iglesia, basada en un solo Señor y en el único Espíritu. Roguemos al Señor
Por todos los aquí reunidos Para que, el sabernos salvados, nos anime y fortalezca, en el combate contra todo aquello que pretenda alejarnos de la vida eterna. Roguemos al Señor
Por los esposos cristianos, para que el Señor, que manifestó su gloria en Caná, los renueve en la fidelidad a su vocación. Roguemos al Señor
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Hermanos: Así como los sirvientes de Caná, llenaron los recipientes para la bebida de la fiesta, presentemos los dones de pan y vino que serán comida y bebida en el sacramento de la Eucaristía. Lo hacemos cantando...
COMUNIÓN
Hermanos: Ya no estamos en las bodas de Caná. Pero estamos de fiesta con Jesús. Somos invitados a su mesa. Nos acercamos a comulgar cantando...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
DESPEDIDA
Esta Eucaristía que hemos celebrado sólo tiene verdadero y auténtico sentido si hemos venido a celebrarla para que Jesucristo sea el alimento de nuestro camino diario y si en verdad estamos dispuestos a seguir el consejo de María: "Hagan lo que Él les diga"