GUION DE MISA 4º DOMINGO DURANTE EL AÑO ‘C’ 3 de febrero

4º DOMINGO DURANTE EL AÑO ‘C’    3 de febrero


Hermanos: Hoy Jesús se presenta como profeta: tiene la misión de predicar oportuna e inoportunamente la Palabra de Dios, una palabra que no es agradable a todos y por la que empieza a ser signo de contradicción. Una palabra que no siempre cae bien, que denuncia, que quema, pero que finalmente triunfa.
En Cristo Jesús, todos hemos sido llamados desde el seno materno para ser profetas. Desde el día de nuestro bautismo, todos hemos sido ungidos por el Espíritu Santo para dar testimonio de Él con nuestras palabras y acciones. Sabiendo la misión que tenemos como profetas, demos inicio a esta santa misa, cantando...

     LITURGIA DE LA PALABRA (global)

Las lecturas de este domingo giran en torno a la caridad, al amor de Dios que nos invita a abrir el corazón para ayudar al necesitado y escuchar a quienes El nos envía, aceptando su mensaje de salvación con docilidad y entusiasmo.    Escuchemos

     LITURGIA DE LA PALABRA (individual)

PRIMERA LECTURA: Jer 1,4-5.17-19
La elección de Jeremías es una acción gratuita de parte de Dios. El Señor lo consagra y lo fortalece para que pueda hablar en su nombre ante todos los pueblos.

SEGUNDA LECTURA: 1 Cor 12, 31-13,13
San   Pablo   nos   invita   a   vivir   el   amor   como   perdón,   servicio, comprensión,  tolerancia,  aceptación,  donación  y  entrega.  Escuchemos  el himno a la caridad.

EVANGELIO: Lc 4, 21-30
Escuchemos al mismo Jesús, que manifiesta que su Evangelio es siempre incómodo y sacude nuestra tranquila seguridad. Nos ponemos de pie para la proclamación del santo evange-lio, cantando el aleluya.

ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada intención respondemos: ¡ESCÚCHANOS, PADRE!

     Por  la Iglesia  para  que no  sienta miedo ante la persecución o rechazo del mundo. Oremos.
     Por  el  Papa  Francisco,  los  obispos  y  sacerdotes,  para  que,  en  su minis-terio,  se  sientan  llamados a evangelizar,  pese  a  la  contradicción  y oposición de quienes se oponen al Evangelio. Oremos.
     Por los gobernantes y los que ejercen la autoridad como servicio, para que  promuevan  la  paz,  la  justicia  y  la  caridad  entre  los  pueblos. Oremos.
     Por  los  enfermos,  los  pobres,  los  que  sufren  y  los  que viven  tristes, para  que,  al recibir  la  buena  nueva  de  la  salvación,  experimenten que también ellos son sanados y evangelizados. Oremos.
     Por todos los aquí presentes, para que vivamos las excelencias del amor cris-tiano. Oremos.
     Por  todos  nosotros, que  hemos  venido  a  celebrar  la  Eucaristía, para  que  experimentemos  la  salud  y  la vida que nos trae el Señor en este banquete. Oremos.
     Por  nuestros  difuntos,  en  especial,  los  que  estamos  recordando  y enco-mendando   en   esta   Eucaristía,   para   que   gocen   ya   de   la   paz defini-tiva, en el Reino de los cielos. Oremos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Hermanos: Nuestros dones sin amor no son nada. Junto al pan y al vino, ofrezcamos al Señor nuestro compromiso  en la búsqueda de un amor real y solidario. Acerquemos nuestras ofrendas al altar, cantando …

COMUNIÓN 
Hermanos, Jesús, nuestra Pascua, nos fortalece para ser profetas y testigos de la Pa-labra de Vida que anuncia el Evangelio. Con alegría vayamos a recibir el Cuerpo de Cristo, cantando
 
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
 
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
 
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.

DESPEDIDA
El amor ha de expresarse en actitudes y en obras muy concretas. Llenos de confianza en la gracia de Dios, vayamos ahora a vivir esforzada y generosamente nuestra vida cristiana junto a nuestros prójimos.