GUION DE MISA - 20º Domingo durante el año A 16/08

20º   Domingo durante el año  A   16/08


Hermanos. nos disponemos a iniciar nuestra Eucaristía de este domingo vigésimo del tiempo durante el año. El Señor se nos manifiesta hoy como verdadero Padre, muy cercano a noso-tros; realmente preocupado por todas las necesidades que tenemos. Y es en la oración donde verdaderamente se establece esta relación con Él, y de la que depende la salvación que Él ofrece a todos los que practican en sus vidas, la verdadera justicia y solidaridad con todos, pero sobre todo, con los más necesitados. Cantemos con alegría, de pie, para comenzar esta cele-bración eucarística.

MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: Monición única para todas las lecturas

Las lecturas de hoy hablan de la universalidad de la salvación. Mientras el profeta Isaías rompe el particularismo judío y abre la salvación a los extranjeros si guardan el sábado y practican la justicia, Jesús pone como única condición la fe; por eso Pablo nos dirá que todos podemos alcanzar misericordia. Ansiando esta salvación, el creyente reza con la estrofa del salmo: “Conozcan en la tierra tus caminos, tu salvación en todas las naciones”. Ansiosos de conseguir esa salvación, escuchemos atentos.

OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA

PRIMERA LECTURA (Isaías 56, 1. 6-7)
Por boca de Isaías, el Señor nos dice que todos aquellos que le temen y practican la justicia, podrán ser felices en su casa, en la que se reunirán todos los pueblos.

SEGUNDA LECTURA (Romanos  11, 13-15. 29-32)
Pablo proclama la universalidad de la salvación: todos los hombres son destinatarios de la misericordia de Dios.

EVANGELIO  (Mateo 15, 21-28)
El Evangelio de hoy habla de una mujer pagana cuya fe es valorada por Jesús por encima de la fe de Israel. De pie para escuchar el Evangelio, cantamos el aleluya

ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada petición respondemos: ESCÚCHANOS. SEÑOR Y TEN PIEDAD

     Por la Santa Iglesia y el Papa Francisco, para que siga proclamando fielmente, la uni-versalidad del mensaje cristiano, a todos los hombres y a todos los pueblos, oremos…
     Por nuestros Obispos y nuestros sacerdotes, para que junto a ellos salgamos a evan-gelizar y nuestra base de conocimiento de la doctrina cristiana, sea el principio de con-versión de todos los que están alejados de Cristo, oremos…
     Por la paz, para que los gobernantes de las naciones eviten todo lo que pueda poner en peligro la paz del mundo, y todos los pueblos puedan alcanzarla real y definitivamente, oremos…
     Por los que tienen alguna responsabilidad en el gobierno de nuestro país, para que lu-chen incansablemente y sin intereses mezquinos por la paz y el progreso de nuestra sociedad, oremos…
     Por todos los que sufren a causa de la falta de justicia y solidaridad, para que sean los beneficiarios de auténticos esfuerzos para llevarles la justicia tan largamente esperada, oremos…
     Por toda nuestra comunidad, para que nuestra fe sea sólida y nuestra oración constante e insistente, y  así con nuestra labor apostólica, hagamos realidad la universalidad del mensaje de salvación, oremos…

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS 
Presentemos al Padre, junto con el pan y el vino, nuestra humilde disposición a recibir su Pa-labra y manifestarla con fidelidad a todos los hombres.

COMUNION
La comunión con Jesucristo, implica la comunión con su trabajo de salvación: abrirnos a los demás, compartir, ayudar, tal como deseamos que nos ayuden a nosotros. Cantamos...

COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
 
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Co-munión Espiritual rezando la siguiente oración:
 
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA
Llevemos a nuestra vida diaria el compromiso de afianzar nuestra fe de tal manera, que los acontecimientos y pruebas que nos toca vivir, por incomprensibles que nos parezcan, sirvan para aumentar nuestra esperanza y confianza en Dios.  Nos despedimos cantando...