18º Domingo DURANTE EL AÑO -A- 02/08
Nos encontramos hoy reunidos, en este domingo décimo octavo del tiempo ordinario. Como la multitud de la que nos hablará el Evangelio, también nosotros, buscamos a Jesús para ali-mentarnos con su Palabra y fortalecernos con su Pan.
El Señor hoy nos muestra la eficacia de su Palabra, preparación de la maravilla de la Eucarist-ía. Él, que nos ha dado la vida natural, por el Bautismo también nos ha dado la vida de la gracia y quiere darnos su principal alimento: su Palabra y el Pan que nos da la vida, el Pan vivo bajado del Cielo. Y hoy nos dirá: "Quien come de este pan, vivirá para siempre". Con muchas ansias de encontrarnos con Dios, comencemos cantando esta Santa Misa.
MONICIONES PARA LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN PARA TODAS LAS LECTURAS
El profeta Isaías aparece como un pregonero que anuncia la llegada de Dios e invita a todos los que no tienen nada a acercarse y saciar la sed y el hambre. Es la Palabra de Dios la que satisface los anhelos del ser humano, que son de amor. A ese amor fiel de Dios que está dis-puesto a hacer alianza se refiere el apóstol Pablo en este himno de la Carta a los Romanos que proclama su amor incondicional. La compasión y clemencia de Dios, que también alaba el salmista, son las que Jesús manifiesta ante todos los que le rodean y llegan hasta él necesi-tados. Con atención escuchemos esta Palabra.
OPCIÓN 2: MONICIÓN PARA CADA UNA DE LAS LECTURAS
PRIMERA LECTURA (Isaías 55, 1-3)
El Profeta Isaías, habla del poder y de la eficacia de la Palabra de Dios y el anuncio del ali-mento que nos da: Cristo, el Pan vivo bajado del Cielo. Escuchemos con atención esa voz proféti-ca.
SEGUNDA LECTURA (Romanos 8, 35. 37-39)
San Pablo habla de un Dios que nos ama incondicionalmente y que de ese amor nada ni nadie nos puede separar. Escuchemos este hermoso himno de la Carta de San Pablo a los Romanos.
EVANGELIO (Mateo 14, 13-21)
El mismo Jesús nos dice que Él nos alimentará, saciando verdaderamente nuestra hambre. Atentos escuchemos a Jesús que quiere calmar nuestra hambre y nuestra sed. Cantemos el aleluya
ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA: A cada petición respondemos: "POR CRISTO, PAN DE VIDA, ESCÚCHANOS SEÑOR"
Por la Iglesia y por el Papa Francisco, para que siempre recibamos por su mensaje, el alimento del pan de la Palabra y la Eucaristía, que sacia el hambre existencial del hombre, oremos...
Por nuestros Obispos y nuestros sacerdotes, para que junto a ellos, todos seamos responsables para que a nadie le falte el pan material y el que es el alimento para la Vida eterna, oremos...
Por la paz, para que los gobernantes de las naciones eviten todo lo que pueda poner en peligro la paz del mundo, y todos los pueblos puedan alcanzarla real y definitivamente, oremos...
Por tantos hermanos que se encuentran sufriendo, para que tu Palabra fortalezca sus espíritus y por nuestra ayuda fraterna, renazca en ellos la esperanza, oremos...
Por toda nuestra comunidad, para que, en medio de las dificultades, vivamos conscien-tes que nada tiene poder para apartarnos de tu amor manifestado en tu Hijo, y que todo lo demás se nos dará por añadidura, oremos...
PRESENTACION DE LAS OFRENDAS
Sintiéndonos pobres y necesitados ante Dios, le ofrecemos ahora nuestro compromiso de bus-carlo sólo en Él, el alimento para nuestra vida cristiana. Acompañemos la procesión de las ofrendas cantando…
COMUNIÓN:
Habiendo sido alimentados con la Palabra, dispongámonos a participar del Cuerpo de Jesús, recordando sus palabras: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed". Y mientras nos acercamos a recibir el pan de vida, cantamos….
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Toda Eucaristía debe significar para nuestra vida diaria, el compromiso de aplicarla, de vivirla. Al retirarnos es bueno que llevemos a nuestros hogares una profunda reflexión: ¿en verdad, en nuestras vidas, es el Señor el que da sentido a todas las cosas? Cantamos