34º DOMINGO T.O. JESUCRISTO REY DEL UNIVERSO 24/11
Aunque sea duro decirlo, llegaremos a la fe si contemplamos a Cristo en la cruz, más aún, llegaremos a su Reino a través de la cruz. En la debilidad y la humillación de la cruz, Cristo Jesús aparece como rey vencedor del pecado y de la muerte. La promesa de Jesús al buen ladrón constata esta victoria y garantiza nuestra esperanza cristiana. «Hoy estarás conmigo en el Paraíso», son palabras que resuenan en el interior de todo aquél que confía en Jesús y cree en Él. Los creyentes podemos vivir ya ahora este hoy. Así lo expresa magistralmente el apóstol san Pablo en su carta a los Colosenses: «Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de los pecados».
Y lo que ha hecho Dios con nosotros es una obra comenzada ya el día de nuestro bautismo, sacramento que nos hace partícipes de la realeza de Cristo. Vivamos siempre de tal modo que esta obra se pueda ver realizada plenamente en la manifestación de su Reino eterno, al que todos somos llamados para compartir la bienaventuranza y la felicidad para siempre.
ORACION INICIAL
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones,
a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad
para entender lo que el Padre quiere decirnos
a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida
y se haga vida en nosotros. Amén
TEXTO BIBLICO: Lucas 23, 35-43
“Cuando crucificaron a Jesús, el pueblo estaba mirando y los jefes se burlaban de él diciendo: Ha salvado a otros, que se salve a sí mismo, si es el Mesías, el predilecto de Dios. También los soldados se burlaban de él. Se acercaban a ofrecerle vinagre y le decían: Si eres el rey de los judíos, sálvate. Encima de él había una inscripción que decía: Éste es el rey de los judíos. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba diciendo: No eres tú el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros. Pero el otro lo reprendió diciendo: No tienes temor de Dios, tú, que sufres la misma pena? Lo nuestro es justo, recibimos la paga de nuestros delitos; pero él, en cambio, no ha cometido ningún crimen. Y añadió: Jesús, cuando llegues a tu reino acuérdate de mí”. Jesús le contestó: Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso.
LECTURA Busca leyendo ¿Qué te dice el texto en sí mismo?
Hoy la Iglesia proclama que Cristo es nuestro Rey, porque Dios lo ha hecho Señor de la Vida y de las vidas de los hombres. Las tres lecturas de hoy, cada una a su modo, nos ubican en la persona de Cristo como centro de la historia, Rey universal y la forma en que expresa su forma de reinar en el mundo.
En el Evangelio, se insiste en la realeza de Jesús y en la salvación que viene a traernos. Y así el relato habla de la ironía con la cual las autoridades primero, seguidas por los soldados y finalmente por uno de los criminales provocan a Jesús y retan a hacer palpable y a manifestar la verdad de su título de Rey de los Judíos cuando bajando de la cruz, se salve.
Junto con Jesús, el relato del Evangelio, habla que fue el "buen ladrón", el que alcanza una respuesta de Jesús, se encuentra unido al Él en el sufrimiento y encontró un lugar en su reino, cuando le pide que se acuerde de él cuando esté en su reino y reconoce que Jesús le puede llevar a gozar de ése reino y de ése poder salvífico que para los demás había servido de burla y de mofa. El buen ladrón reconoce en Jesús y en su muerte en la cruz una esperanza de salvación para él.
Y el relato culmina cuando Jesús proclama: "Hoy estarás conmigo en el paraíso"; la salvación ha iniciado con la entrega de Jesús y su vida en la cruz. El Reino de Dios ya ha iniciado.
Nos hacemos unas preguntas para recordar el texto bíblico:
¿Cómo comienza este texto? ¿cuál es la escena?
¿Quiénes estaban mirando y burlándose de Jesús? ¿Qué es lo que le decían a Jesús?
¿Quiénes más estaban en la escena burlándose de Jesús y qué le ofrecían?
¿Cuál es la frase central en la que le dicen a Jesús sobre su reinado?
¿Qué decía el cartel que estaba sobre la cruz de Jesús?
¿Qué le decía uno los malhechores a Jesús? ¿Cómo le contestó el otro?
El segundo malhechor se dirigió a Jesús con unas palabras concretas: ¿Qué le pidió a Jesús?
¿Cuál fue la contestación que le dio Jesús?
MEDITACIÓN ¿Qué me dice el Señor a mí en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación: Estamos ante uno de los momentos más importantes en la historia de la Salvación. Cuando Jesús asume ser desde ahora la única víctima agradable al Padre Dios. Ya no será necesario seguir inmolando corderos. Jesús se ha ofrecido y con su sangre nos ha comprado para Dios, nos ha liberado de toda atadura, y con su muerte nos libró de la muerte eterna… Es importante que ante este texto me haga estas preguntas:
¿Al igual que el pueblo, yo me quedo lejos de Jesús, de la religión y a veces hasta murmuro y critico?
¿Cuántas veces he negado la cruz, mi cruz? ¿Cuántas veces le he pedido a Dios que me libere de mis cruces?
¿He pensado que Jesús no debía haber sufrido? ¿Preferiría otra forma de Salvación? (tal vez mi actitud es como la de Pedro y Jesús me diría que me aparte de Él)
¿Cuántas veces quiero poner a prueba a Jesús? Hay momentos en que le decimos: “Si eres Dios que se sane tal … Si eres Dios que no sufra … Si eres Dios que yo pueda tener un buen trabajo… Si eres Dios que mi familia esté a salvo….
¿Qué hacemos en estos casos… si escuchamos esto de otros, qué decimos?
Sabemos que Dios es omnipotente… todo lo puede.
¿entendemos que Dios permitió el sufrimiento de su Hijo, y que la cruz es el trono donde Él quiso venir a Reinar?
La cruz del Señor va en contra de toda perspectiva humana, La cruz del Señor es la salvación para nosotros. Su muerte es nuestra vida.
¿Acepto esto, acepto y agradezco a Jesús que reine sobre mí, desde la cruz?
Hoy proclamamos a Jesucristo, Rey del Universo, porque con su muerte en Cruz liberó toda la creación que había caído en la desgracia.
¿Dejo reinar a Jesús en mi vida? O ¿prefiero vivir el “reino de este mundo a mi mane-ra”?
ORACIÓN ¿Qué le respondo al Señor que me habla en el texto?
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero. Estamos queriendo escuchar su Palabra Salvadora. Esta Palabra es muy distinta a lo que el mundo nos ofrece y es el momento de decirle algo al Señor:
Gracias Señor por tu Palabra Salvadora.
Gracias por venir a enseñarnos un nuevo camino que nos lleva hacia Ti. La cruz re-dentora.
Gracias por aceptar venir a salvarme, a liberarme, a hacerme una nueva creatura.
Así como en el Antiguo Testamento se sellaban con la sangre de los corderos ofrecidos en holocausto, hoy queremos pedirte con nos selles con tu Sangre Bendita y salvadora. Que el maligno enemigo, al que tú venciste desde la cruz no tenga ningún poder sobre nosotros.
Te declaramos Rey de nuestras vidas, Reina Jesús por siempre en mi vida y en mi co-razón. Amén.
.
CONTEMPLACIÓN ¿Cómo hago propio en mi vida las enseñanzas del texto?
En silencio, adora a Dios, alábalo y bendícelo y toma un propósito para tu vida personal y familiar que sea una pequeña forma de respuesta a la Palabra de Dios.
Agradece a Dios el regalo de la salvación y agradécele que sea así en la cruz de Cristo. Comparte con Jesús tus penas, tus soledades, tus desgracias y los momentos dolorosos de tu vida que son la cruz de todos los días y ofrécelos a Él. Comparte con Jesús tu propia cruz.
ACCIÓN ¿A qué me comprometo para demostrar el cambio?
Volver sobre este texto, haciendo un profundo examen sobre mi vida de relación con Cristo crucificado y reinante desde la cruz.
Hasta qué punto lo acepto?
Me comprometo en ser un anunciador de Jesús.