17º domingo durante el año A ‘G’ (26/07)
Les damos una cordial bienvenida, queridos hermanos, a la celebración de esta Santa Misa correspondiente al XVII domingo del Tiempo durante el año, en el que las lecturas nos hablan de la sabiduría divina, necesaria para conducirnos bien por este mundo y saber elegir con buen discernimiento entre el bien y el mal, entre lo que nos conviene y lo que debemos desechar. El Señor hoy nos llama a descubrir su Reino: la vida futura, vida de plenitud y eterna felicidad. Y descubrir esta verdad de fe, es descubrir el mayor tesoro; y es por eso que quienes creemos que la hora de la muerte es el comienzo de la verdadera vida, tratamos de vivir aquí y ahora, de acuerdo con esa realidad trascendente. Para que la Palabra que escucharemos haga eco en nuestros corazones, dispongamos todo nuestro ser a celebrar bien estos misterios. De pie, cantamos...
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS
La liturgia de este día nos invita desde la sabiduría del espíritu a: encontrar en Cristo resucitado la persona desde la que desarrollar nuestra vida con plenitud, acierto, alegría y felicidad.
Desde la sabiduría del espíritu la Buena Noticia de parte de Dios invita a encontrar el reino de Dios que es encontrar el tesoro que nos hará felices, el tesoro y la perla por la cual merece la pena vender todo lo demás.
Ese tesoro del Reino está dentro de nosotros mismos, pues llevamos marcada la impronta de Dios y estamos destinados, como dice Pablo, a reproducir la imagen de su Hijo. Sigamos con atención las lecturas de este domingo
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA (1 Reyes 3, 5. 7-12)
Al comienzo de su Reinado, Salomón, pide al Señor poder gobernar con fidelidad, justicia y rectitud de corazón. Dios lo escucha.
SEGUNDA LECTURA (Romanos 8, 28-30)
Pablo nos recuerda que Dios nos ha destinado a ser como su Hijo. Esto compromete nuestra respuesta. Escuchemos
EVANGELIO (Mateo 13, 44-52)
Con parábolas, Jesús revela el Reino, como tesoro escondido, y como perla preciosa, por los cuales vale la pena dejarlo todo y comprarlos. Nos preparamos para escuchar esta buena noticia, cantando el aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA: A cada una de las peticiones respondemos : "SEÑOR, DANOS TU FORTALEZA"
Para que por la enseñanza de la Iglesia y del Papa Francisco, descubramos que, por el desprendimiento de todo podremos adquirir la verdadera perla, que es tu Reino, te pedimos...
Para que junto a nuestros Obispos y todos nuestros sacerdotes, vayamos en busca del gran tesoro que es Cristo en la Eucaristía, en la oración, en el sacramento de la peni-tencia, en la caridad con los demás, te pedimos...
Para que en nuestra patria, todos los que la habitamos volvamos a hacer de Dios el centro de nuestras vidas, y buscando una auténtica justicia, construyamos una verda-dera patria de hermanos, te pedimos...
Para que hagamos realidad la opción preferencial por los pobres y los marginados, asumiendo el compromiso por la justicia y por la paz en un mundo marcado por los conflictos y las desigualdades sociales y económicas, te pedimos...
Señor, para que con toda nuestra comunidad, busquemos por sobre todas las cosas, tu Reino, la felicidad de la Patria definitiva del Cielo, te pedimos...
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Este es el momento en que debemos ofrecernos nosotros mismos al Padre, con una real y sincera disposición a buscar, por sobre todas las cosas, su Reino. Ofrezcamos a Dios nuestro dones, cantando….
COMUNIÓN
El Evangelio nos ha hablado claramente del Reino de los Cielos; en la Comunión que vamos a recibir, Cristo será para nosotros fermento de vida nueva, de vida eterna. Cantamos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comu-nión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Fortalecidos por el Señor en esta Santa Misa, vayamos a nuestros hogares, motivados e invi-tados para seguir reuniéndonos domingo a domingo en la celebración de la Eucaristía. Nos des-pedimos cantando...