32º DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO ‘C’ 10/11
Queridos hermanos, nos preparamos para celebrar la Santa Misa en el Trigésimo segundo domingo del Tiempo Ordinario. En estos últimos domingos del año cristiano, la temática de las lecturas apunta hacia el final de los tiempos. Empezando, hoy, por la fe en la resurrección de los muertos. El mes de noviembre está impregnado por este mensaje, que también cuenta con la celebración de la fiesta de todos los Santos y la de los fieles Difuntos.
Con la fe puesta en Cristo, que es la resurrección y la vida, comencemos la celebración de esta Santa Misa, u puestos de pie, cantamos...
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN PARA TODAS LAS LECTURAS
Las lecturas de hoy nos colocan ante el hecho universal de la muerte, pero nos llenan de con-suelo y esperanza en la gloriosa resurrección. Porque Dios no nos ha creado para la muerte, sino para la vida. La muerte no tiene la última palabra; por eso no hay que tenerle miedo a morir en manos de los hombres, como lo relata la primera lectura. Jesús nos confirma en el Evangelio de hoy esta gran verdad. Escuchemos atentos.
OPCIÓN 2: MONICIÓN PARA CADA UNA DE LAS LECTURAS
PRIMERA LECTURA Macabeos 7, 1-2. 9-14
La historia de la persecución en tiempo de los Macabeos nos prepara para la escucha del evangelio.
SEGUNDA LECTURA 2 Tesalonicenses 2, 16-3, 5
San Pablo manifiesta su preocupación por los hermanos de Tesalónica y les exhorta a per-manecer constantes en el Señor, que es fiel y les librará del maligno. Escuchemos
EVANGELIO Lc 20, 27-38
Jesús nos deja claro que Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos. Preparémonos para la escucha de esta Palabra, cantando el aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A cada petición diremos: ¡DANOS TU VIDA ETERNA, SEÑOR!
Por la Iglesia de Dios, para que no decaiga, aún en medio de las dificultades, y siga llevando a todos los hombres la esperanza en la resurrección. Oremos.
Por el mundo entero, para que no se deje confundir y siga confiando en que la muerte no tiene la última palabra, sino que hay una vida eterna que nos espera. Oremos.
Por los que gobiernan las naciones, para que luchen por la vida y en todos los países del mundo, reinen la justicia y el bien. Oremos.
Por los que padecen hambre y necesidad en el mundo, para que la justicia humana permita cada vez más una mejor distribución de la riqueza y disminuir así las necesi-dades extremas entre los más pobres. Oremos.
Por los que son perseguidos por defender la vida, para que no dejen nunca de ser tes-tigos ejemplares del Reino de Dios, oremos.
Por los jóvenes que se preparan para el sacerdocio o la vida religiosa, para que vivan muy unidos a Jesús a fin de poder dar testimonio de Él en nuestro mundo. Oremos.
Por los que este día celebramos esta Eucaristía, para que aprendamos a gastar nuestra vida en el servicio a los demás, con la esperanza de participar al final en la plenitud de la vida. Oremos.
PRESENTACION DE LAS OFRENDAS
Con el pan y el vino, ofrezcamos también al Señor nuestras ilusiones y esperanzas en una vida futura. Cantemos.
COMUNION
Cristo, que venció la muerte y resucitó, se nos ofrece hoy en la comunión para animar nuestra fe en que un día compartiremos con él el banquete celestial. Acerquémonos a recibirle cantando.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Co-munión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
Animados por la Palabra que hoy hemos escuchado, vayamos al mundo a transmitir esa es-peranza que hoy nos llena a todos. Nos despedimos cantando …