VI SEMANA DE
PASCUA
Lunes 27 de mayo
Juan
15,26-16,4 “Pero cuando venga el
Espíritu de la verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les enviaré de
parte del Padre, él dará testimonio acerca de mí… Se los advierto de antemano,
para que cuando llegue la hora, recuerden que se los había dicho”.
Jesús prometió a sus discípulos que les enviaría el
“Espíritu de la verdad” para enseñarles “todas las cosas” y recordarles todo lo
que les había dicho. Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés, de manera
que para nosotros el Espíritu Santo, está ciertamente presente, viviendo en
nosotros y sosteniendo la vida de la Iglesia.
Mediante la fe y el Bautismo, creemos que el
Espíritu Santo vive en nosotros y nos enseña las verdades de Dios. Pero no se
trata sólo de un maestro que nos explica externamente las cosas divinas, porque
en realidad el Señor trabaja en lo más profundo de nuestro ser.
Hemos recibido el Espíritu Santo, pero él no
transforma nuestro interior, a menos que nosotros cooperemos con él. Dios quiere
que lo amemos libremente y que disfrutemos de su favor siendo hijos suyos. Por
consiguiente, hemos de aceptar lo que el Espíritu Santo quiera hacer en
nosotros, y recibir la verdad que él nos comunica, en lugar de confiar en
nuestros propios razonamientos e ideas, que pueden ser contrarios a los pensamientos
de Dios.
“Espíritu Santo, ayúdanos a aceptar con
entusiasmo la voluntad de Dios y someternos a él, para su gloria, para la
edificación de la Iglesia y para nuestra propia felicidad eterna.”
Martes
28 de mayo
Juan
16,5-11 “Les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a ustedes
el Defensor; pero si me voy, se los enviaré …”
Jesús quiere hacer comprender a sus discípulos que
no deben entristecerse por su partida, porque en realidad, esa partida será un
bien para ellos: ”Les
conviene que yo me vaya”,. porque es necesario que Jesús
sea glorificado, para poder enviarnos el Espíritu Santo. “Si no me voy, el Espíritu no vendrá a
ustedes”. Y la presencia del Espíritu Santo es una riqueza que
los discípulos no podían ni siquiera imaginar, porque es el Espíritu el que
derrama la gracia divina en los corazones y hace presente la vida de Jesús, en
lo íntimo de los corazones de los creyentes, que se disponen a recibir sus
dones y su luz.
Convéncenos,
Espíritu Santo, haznos ver la miseria de las vanidades del mundo, haznos
ver el vacíos de una vida sin Cristo; no
permitas que olvidemos que la verdad está en Él, aunque a veces, el mundo nos
deslumbre con sus apariencias y sus comodidades.
Miércoles
29 de mayo,
Juan
16,12-15 Todavía tengo muchas cosas que
decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu
de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí
mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo”.
Jesús habla nuevamente a sus discípulos de la
promesa del Espíritu Santo: ‘Cuando
venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad’. Los
Discípulos que no entendían demasiado, recordaron, entendieron y experimentaron
estas palabras y promesa de Jesús, sólo después de la resurrección.
Las palabras y las promesas de Jesús, se hacen
actuales y presentes también hoy en cada uno de nosotros, sus discípulos misioneros
que, aunque muchas veces no entendemos demasiado, sabemos y creemos que El
Espíritu de Jesús obra en nosotros constantemente, siempre y cuando seamos
dóciles a sus inspiraciones.
Ante las dificultades, cansancios, problemas,
preguntas y cuestiones que no entendemos, qué bueno recibir nuevamente de Jesús
esta promesa, su Espíritu de verdad, que nos ilumina y guía a la verdad
completa. Qué bueno saber que muchas cosas que hoy nos entristecen, agobian y
duelen, en el Espíritu de Jesús encuentran luz, verdad, respuesta. Será
cuestión de ponerse cara a cara ante Jesús en el sagrario, y abandonarnos,
confiando en su promesa, para que el apostolado, la entrega diaria, las
obligaciones e incluso preocupaciones y problemas que tengamos, encuentren en
Él, luz, claridad, verdad y con fuerzas renovadas podamos seguir dando pasos.
Señor Jesús gracias por prometernos y
regalarnos tu Espíritu, que nos ilumina y conduce hacia la Verdad Completa,
gracias por sostenernos y renovarnos siempre en la confianza, te pedimos un
corazón sencillo, que aunque no entienda demasiado, siempre te busque, siempre
te pida tu Espíritu de verdad.
Jueves
30 de mayo
Juan
16,16-20 Jesús dijo:"Dentro de poco, ya no me verán, y poco después, me
volverán a ver"… "Ustedes se preguntan qué significan mis palabras: .. Les aseguro que ustedes van a llorar y se van
a lamentar; el mundo, en cambio, se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero esa
tristeza se convertirá en gozo."
Jesús dice a los discípulos que Él se va por un
tiempo, que ellos se entristecerán y que el mundo se alegrará. Los discípulos
no entendieron estas palabras. Ellos, que todavía no habían recibido el
Espíritu Santo, no estaban capacitados para comprender las palabras del Maestro antes de que Él cumpliera su promesa. También
a nosotros nos es necesario invocar al
Espíritu Santo para comprender las palabras del Evangelio. Y Jesús, siguiendo
su discurso, anuncia a los discípulos que después de un tiempo de dolor y
oscuridad, su tristeza de convertirá en alegría. Y agrega: les conviene que yo me vaya…
es bueno para ellos para que puedan recibir el Espíritu prometido. El apego de
los discípulos a la persona de Jesús, era demasiado grande, y él tenía que
separarse de ellos para que pudieran recibir interiormente su Espíritu.
Viernes
31 de mayo: VISITACIÓN
de María a su prima Isabel (F)
Lucas
1,39-56 “Apenas oí tu saludo, el niño
saltó de alegría en mi seno”.
En la fiesta de hoy celebramos el encuentro, no solo
de dos mujeres felices en el tiempo de buena esperanza, sino que celebramos
también el primer encuentro entre Juan y Jesús. S. Lucas lo expresa de esta
forma: “En cuanto tu
saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre.”
Juan, el bautista, saltó de gozo en cuanto María se aproximó a su madre Isabel. Saltó de alegría en el seno porque: SINTIÓ
antes de comprender, GOZÓ antes de saber, RECONOCIÓ antes de conocer. Juan reconoce
a Cristo, el Hijo de Dios, que según San Ireneo, es el rostro “Visible del
Padre”, cuando aún estaba escondido e invisible bajo el velo del seno de su
madre María, como él lo estaba en el de Isabel.
También nosotros estamos llamados a ir al encuentro
de nuestros hermanos llevando el gozo y la alegría de Jesús. Como María, la
Iglesia y cada uno de los cristianos somos MISIONEROS, enviados a salir al
encuentro, a hacernos compañeros de camino de los demás… a llevarles la alegría
del evangelio para que algo dentro de ellos también salte de alegría y se
llenen de esperanza. ¡Salgamos al
encuentro de los otros con respeto, alegría y esperanza!
Hoy comienza
la Novena de Pentecostés
JUNIO Intención del Santo Padre
Por los sacerdotes, para que con la sobriedad y la
humildad de sus vidas,
se comprometan en una solidaridad activa hacia los
más pobres.
Sábado 1º de junio San Justino mártir (MO) Primer sábado
Juan
16,23-28 Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre
por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, …. Salí del Padre y he venido al
mundo. Ahora dejo el mundo y voy al Padre.»
Jesús se esfuerza por hacernos entender que Dios es
todo amor, y que no hay nada que no esté dispuesto a concedernos, si es por y
para nuestro bien, y el bien de la humanidad. No hay nada que Dios quiera más
para nosotros que nuestra verdadera felicidad. Jesús nos tranquiliza: Él
refleja al Padre, y no hay nada que pueda complacer más al Padre que nuestra
confianza en su amor incondicional. Él
ha venido al mundo para reflejar el amor del Padre por nosotros, y ahora, que
su misión está a punto de cumplirse, Él vuelve al Padre.
Pedirle algo a Dios, en nombre de Jesús, es
diferente que pedirle algo en nuestro propio nombre. Nosotros tenemos que
incluirlo en nuestra toma de decisiones, y tratar de ver las cosas del modo que
Él las ve. Cuando hacemos esto trascendemos más allá de nosotros mismos, y
estamos abiertos a la voluntad de Dios. Puede ser que Dios no nos dé exactamente
lo que le pedimos, pero nunca fallará en darnos lo que necesitamos.
Domingo
2 de junio Solemnidad de la Ascensión del Señor
Lucas
24,46-53 Jesús los llevó hasta las
proximidades de Betania y, elevando sus manos, los bendijo. Mientras los bendecía, se separó de ellos y
fue llevado al cielo.
La ascensión significa el momento en que Jesús sube
al cielo, al lugar de donde él había venido. Para San Lucas el momento de la
ascensión divide la historia y la vida misma de los seguidores de Cristo, en
dos tiempos: “cuando él estaba con ellos físicamente” y “cuando tuvieron que
aprender a vivir sin él”.
Jesús se va, regresa con su Padre de quien había
venido, pero antes de irse promete no dejar solos a sus apóstoles y enviarles
al Espíritu Santo. Una presencia misteriosa pero real de Dios en aquellos que
lo reciben. Dice Jesús antes de partir “dentro de pocos días ustedes serán bautizados con el Espíritu Santo”.
Cuando Jesús se va, comienza para los discípulos, el
tiempo de iniciar la predicación y de demostrar lo que habían aprendido del
Maestro. Y lo que ahora había que hacer
era predicar y anunciar lo que él enseñó. Y mientras perdían de vista a su maestro que
subía al cielo, dos hombres vestidos de blanco les dijeron: “Galileos, ¿qué hacen allí parados, mirando
al cielo?” No
hay que quedarse parados contemplando al que se fue, sino que es necesario
ponerse a trabajar en la tierra para que su palabra se cumpla. El maestro no
está físicamente presente, pero su Espíritu está con ellos y no los abandonará
jamás. Por eso deben mostrarse alegres: “Levantando las manos al cielo, los bendijo, y mientras los bendecía,
se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, se
regresaron a Jerusalén, llenos de gozo.”
Pidamos al Señor que esta fiesta de la
ascensión nos dé la fuerza para comprometernos y no evadir los problemas del
mundo.
JORNADA
MUNDIAL DE LAS COMUNICACIONES SOCIALES