II SEMANA DE ADVIENTO

2ª SEMANA DE ADVIENTO    “B”                11-17 de diciembre


Feliz Adviento lleno de esa expectativa capaz de enardecer el corazón.


Lunes 11 de diciembre: 
Lucas 5,17-26: “Al ver su fe, Jesús le dijo: "Hombre, tus pecados te son perdonados".
El Evangelio de hoy narra la curación de un paralítico.  Sus amigos, no dudaron en vencer  obstáculos que parecían insuperables: primero, convencer al enfermo, que probablemente se había preguntado muchas veces “por qué Dios me ha castigado a mí”, y dudaba si por él, Jesús podría hacer el milagro.  Bastó que sus miradas se cruzaran para que todo cambie para él: el perdón y la cura de su enfermedad.   Y en segundo término,  esos amigos usaron todo su ingenio para acercar al enfermo a Jesús.  El Señor se tiene que haber sentido gratamente impresionado por la audacia de estos amigos que no se echaron atrás ante las primeras dificultades, ni lo dejaron para otra ocasión más oportuna. También nosotros encontraremos en el curso de nuestra vida, resistencias más o menos grandes, que con fe y astucia podremos superar.
Los fariseos y maestros de la Ley se escandalizaron ante el perdón concedido por Jesús. Para ellos, sólo Dios puede perdonar los pecados. Jesús les desconcierta, porque perdona y cura al paralítico.  Ante esto se quedan callados, sin posibilidad de reaccionar.  Es que el perdón no se compra con ofrendas, ni penitencias, ni prácticas religiosas. Es don gratuito de del Señor.


Martes 12 de diciembre:    Nuestra Señora de Guadalupe (F)
Lucas 1, 39-48:  “en adelante todas las generaciones me llamarán feliz”
La expresión del evangelio de hoy en los labios de María: “en adelante todas las generaciones me llamarán feliz” es fiel reflejo de una gran verdad: nosotros la llamamos bienaventurada, feliz, dichosa y llena de Gracia;  nosotros cumplimos con sus palabras. La felicidad de María se fundamenta en el amor de Dios, del cual ella es reflejo, en el cual Ella se sostuvo y es el que le permitió estar de pie ante la cruz y acompañar el camino de la Iglesia. Iglesia que hoy, en toda América la celebra como su Patrona y Señora, como su Madre y su Reina.   Celebrar a la Virgen de Guadalupe es recordarnos que Dios se nos hizo tan cercano que la Madre del Señor se apareció en nuestra tierra, se apareció a lo más débil, a lo que menos valía a los ojos humanos. Hoy es un día para confirmar que Dios se nos hizo tan cercano a nuestras vidas que comparte conmigo cada momento, cada situación. Que nos podamos sentir, vos y yo, así; que Dios está tan cerca, que en su Madre lo podemos sentir.
“¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra? ¿No soy yo tu vida y tu salud? ¿No estás en mi regazo?“ le dijo la Virgen a Juan Diego. Hoy es un día para recono-cernos privilegiados, porque la Madre del Señor ha depositado sus ojos y su corazón en lo más humilde de sus hijos. En un hijo de esta tierra bendecida por Dios y que ha dado tantos frutos de santidad. 

  
Miércoles 13 de diciembre   Santa Lucía mártir  (MO)
Mateo 11,28-30: “Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré”.  
La Palabra hoy nos llama en Jesús, a ir hacia Él, a poner nuestro corazón y vida en Jesús, para en Él, encontrar alivio, respuesta, descanso; para aprender de Él y responder también como Jesús, con un corazón humilde y sencillo. El Señor hoy nos llame a ir a su encuentro, no para aislarnos, sino para que aliviados en Él y escuchando su corazón, podamos responder a la realidad que nos rodea.  Si bien la respuesta a lo que estamos viviendo es compleja, Jesús hoy nos escucha  y repite estas palabras: Felices los pacientes, los que trabajan por la paz, felices los humildes y compasivos. Felices los que tienen hambre y sed de Justicia … carguen sobre ustedes mi yugo.  Que Dios nos regale un corazón que se parezca cada día más al de Jesús, que viviendo su vida, podamos salir al encuentro del que está agobiado, aliviándolo. 
Señor Jesús que podamos ir a vos con nuestros cansancios y culpas, con nuestros dolores y debilidades y también en Tí, recobrar fuerzas, ánimo, gracia, para seguir saliendo al encuentro del hermano necesitado, cansado, agobiado, queriendo dar una mano y transformar.


Jueves 14 de diciembre       San Juan de la Cruz (MO)
Mateo 11,11-15: “Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista”
En este tiempo de Adviento,  el Señor nos invita a confiar que allí, entre la sencillez del apo-camiento, entre la simpleza de vivir las cosas de todos los días en Él, Él hace su obra de Na-vidad. El Señor actúa en medio de nosotros, haciendo lo que tiene que hacer. 
El tiempo del Adviento supone, como lo predicaba Isaías, y lo repite Juan, el Bautista: preparar los caminos del Señor, allanar sus senderos, rellenar los valles. En un corazón que se abre a compartir con los demás, el camino de la vida, el tiempo del Adviento tiene una invitación profunda a prepararnos revisando el camino recorrido hasta aquí, corrigiendo lo que haya que corregir, abriéndonos a la acción de Dios, mucho más allá de lo que podamos entender de lo mucho y lo grande que Dios hace cuando le dejamos la iniciativa.
 
Viernes 15 de diciembre     
Mateo 11,16-19: ¿Con quién puedo comparar a esta generación?
Algunas personas mal interpretaban las acciones de Juan el Bautista y explicaban sus ayunos y penitencias diciendo que tenía un demonio; otros que veían a Jesús comer con gente de mala fama le llamaban glotón. El Evangelio nos lleva a preguntarnos si sabemos descubrir lo bueno de los demás o si hacemos con facilidad juicios temerarios de los otros. Esforcémonos por crecer en una de las expresiones más auténticas de la caridad: la benedicencia, que es el amar a los demás por medio de la palabra. Cuidemos para que nuestros comentarios sobre las personas sean prudentes, discretos y precisos, sin agregar nunca nada que no sea verdad. Busquemos difundir siempre lo positivo que hay en los otros. No permitamos que en nuestras conversaciones se dé la crítica o la murmuración. Sería una incoherencia de nuestra parte decirnos cristianos y a la vez difamar o hablar mal del prójimo. El cuidado de nuestra lengua exige mucha virtud. Esta actitud caritativa comienza en el interior. Cultivemos la bondad de corazón para pensar bien de los demás, comprender y perdonar siempre.


Sábado 16 de diciembre:   Comienza la Novena del Niño Dios
Mateo 17,10-13: Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.
El evangelio de hoy nos vuelve a presentar a Juan Bautista el nuevo Elías que viene a poner en orden las cosas.  El Adviento es un llamado a un nuevo orden en la vida y tomando las enseñanzas del Papa Francisco, este orden tiene que ver con poner a las personas por en-cimas de las cosas, del dinero, por trabajar por una verdadera justicia social, por nuevas oportunidades para todos y por hacer presente a un nuevo reino de fraternidad. 
El orden tiene que ver con crear lazos, crear puentes y no muros, una verdadera cultura de la solidaridad. Que vaya disminuyendo esta cultura del descarte que nos mata y que va sacando de circulación lo que ya no tiene utilidad.  Un nuevo orden es que trae Jesús, un nuevo orden es que Juan Bautista nos invita en este Adviento.  "Preparemos el corazón en caridad, en misericordia y en solidaridad".


Domingo 17 de diciembre (3º de adviento)
Juan 1,6-8. 19-28: “Apareció un hombre mandado por Dios… vino como testigo de la luz…”
La lectura de hoy,  presenta a Juan como Precursor del Mesías. Juan el Bautista fue enviado por Dios con la misión de ser testigo de la luz que es Cristo y sin afán alguno de privilegio. El Evangelio comienza reconociendo inmediatamente a aquél que está por venir como la Luz y a Juan Bautista como un testigo de esta luz. Las autoridades de la capital se preguntaban: “¿Quién es ése que se ha puesto a predicar por iniciativa propia?”; y exigieron que les revelara su identidad. Juan se limitó a responder con sencillez: “Yo soy la voz que grita en el desierto...” En aquel tiempo varios grupos judíos “bautizaban” como una manera de purificarse y de apresurar la venida del Mesías. También hablaban de la venida del Profeta; se creía también que antes de su llegada reaparecería el profeta Elías. Sin embargo Juan decía claramente: “Él viene detrás de mí, y yo no merezco soltarle la correa de la sandalia”. Estas palabras sig-nificaban que él no era digno de bautizar a Jesús.  
La lectura de hoy nos presenta tres ideas importantes:
• Juan declara con profunda sencillez que él no es el Mesías, ni Elías, ni el Profeta.
• En la antigüedad, cuando un monarca viajaba por su reino, enviaba a un heraldo delante de él para que anunciara al pueblo que habían de preparar los caminos para que el rey pasara por ellos. Juan es el heraldo del Rey, el testigo de la Luz que es Cristo.
• Jesús se presenta en la historia después de Juan, pero siendo la Palabra de Dios, existía antes que todos; y también está delante de todos, como el que trae la verdad definitiva.