III DOMINGO DE ADVIENTO CICLO B 17 de diciembre
“ … ambicionad, anhelad,
desead… el día del señor…”
Este
tercer domingo de adviento es conocido como el domingo de la alegría. La venida
del Señor es un motivo para estar alegres, El viene a traer la buena nueva a
todos los hombres.
Las
lecturas nos van a hablar de ello y la alegría se siente porque el Señor está
cada vez más cerca de nosotros. Como Juan Bautista, preparemos los caminos al
Señor. Celebremos esta Eucaristía en el espíritu del Adviento. Puestos de
pie, cantemos con alegría y esperanza. …
CORONA DE ADVIENTO Encender la Tercera vela de la corona
en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia:
¡El Señor va a llegar!
Preparen sus caminos, porque ya se
acerca.
Adornen su alma
como una novia que se engalana el día
de su boda.
Ya llega el mensajero.
Juan Bautista no es la luz, sino el
que nos anuncia la luz.
Cuando encendemos estas tres velas cada
uno de nosotros quiere ser
antorcha tuya para que brilles, llama
para que calientes.
¡Ven, Señor, a salvarnos! envuélvenos con tu luz. Amén
MONICIONES A LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: Monición única para
todas las lecturas
Las
lecturas de hoy nos traen un llamado a la conversión. Ungido por el Espíritu
Santo, Isaías es enviado a proclamar el año de gracia. El Bautista se presenta
como la voz que grita en el desierto, invitando a la conversión porque el
Mesías ya está en medio de su pueblo. Por su parte, Pablo exhorta a los
habitantes de Tesalónica a estar siempre alegres y alejarse del mal. Escuchemos
atentos este mensaje.
OPCIÓN 2: Moniciones para cada
lectura
Primera lectura (Isaías 61, 1-2a.
10-11)
El
profeta Isaías nos anuncia la presencia del Mesías, que se manifiesta a los
pobres y humildes, venda los corazones desgarrados y hace brotar la justicia
ante todos los pueblos.
Segunda lectura (1 Tesalonicenses 5,
16-24)
En
esta lectura San Pablo nos exhorta a la alegría y nos invita a llevar una vida
cristiana, hasta la venida del Señor.
Evangelio (Juan 1, 6-8. 19-28)
Juan
el Precursor, aparece como el testigo de la luz, invitando a la conversión.
Preparémonos para escuchar esta Palabra, cantando aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES
GUÍA: Con toda confianza, respondamos a cada una de
las peticiones diciendo:
"VEN SEÑOR, Y
NO QUIERAS TARDAR MÁS"
Por
la Iglesia y el Papa Francisco, para que siga llevando la alegría de la
salvación a todos los rincones del planeta, te pedimos...
Por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, para que junto a ellos, nuestra comunidad pueda renovarse y prepar los caminos del Señor que ya está cerca, te pedimos...
Por los gobernantes, especialmente los de nuestra nación, para que trabajen por políticas que cuiden el medio ambiente y así todos disfrutemos de la Creación que Dios nos ha regalado, te pedimos...
Para
que los más necesitados, especialmente los que no tienen techo, este domingo se
llenen de alegría y encuentren refugio, te pedimos...
Para
que nosotros compartamos la alegría del evangelio con aquellos que en el mundo
viven sin esperanza, te pedimos...
Para
que el Señor con su venida cure los dolores de los enfermos, dé paz y alegría a
los que no la tienen y libre al mundo de todos los males, te pedimos...
Para
que quienes ahora recordamos la primera venida del Señor en la carne, merezcamos
participar también en su gloriosa aparición al final de los tiempos, te pedimos...
Por
los difuntos, especialmente los de nuestra familia y parroquia para que Dios
los reciba en su reino de Luz y de Paz, te pedimos...
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Junto
con el pan y el vino para celebrar la cena de Jesús, ofrezcamos nuestra alegría
y esperanza. El Señor, el rey de la
historia viene a salvarnos
COMUNIÓN
El
cordero de Dios proclamado por el Bautista, nos invita a su mesa, el que va a
Él no tendrá hambre, el que creé en Él no tendrá sed.
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos
aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden
hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo
Señor mío que estás realmente presente
en el
Santísimo Sacramento del altar.
Te
amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente
recibirte dentro de mi alma;
pero,
no pudiendo hacerlo ahora
sacramentalmente,
ven
al menos espiritualmente a mi corazón.
Y
como si te hubiese recibido, me abrazo
y me
uno todo a Ti;
Oh
Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA
En
esta celebración nos hemos acercado a
Cristo. Vayamos a anunciar esta buena nueva a todos los que aguardan un signo
de esperanza.
¡¡CONVIÉRTENOS A
TI, SEÑOR…!!
Señor,
queremos convertirnos a ti... no a mí, no a ser yo mejor...
Señor,
queremos dejar de mirarnos a nosotras y empezar a mirarte a ti.
Señor,
queremos convertirnos a ti, no a cambiar yo de vida, con mis fuerzas
y con
mis conquistas autosuficientes.
Señor,
conviértenos a ti, a tu palabra, a tu presencia... así dejaremos de fiarnos
tanto de nuestras palabras, de nuestros
proyectos y de nuestras realizaciones.
Señor,
queremos convertirnos a ti..., dejar nuestros caminos y nuestros juicios
humanos,
y
empezar a caminar por tus caminos.
Señor,
ayúdanos a convertirnos a ti... nosotras solas no podemos...
tantas
veces lo hemos intentado y siempre volvemos a quedarnos encerradas en nosotras.
Señor,
ayúdanos a convertirnos a ti...
Sal a
nuestro encuentro, alienta nuestro esfuerzo, acoge nuestros pasos vacilantes.
Señor
ayúdanos a convertirnos a ti.
Que
sintamos en nuestro corazón tu Espíritu, como una luz
que
ilumina nuestro camino hacia ti, y que nos impulsa con el calor de su amor.
Señor,
conviértenos a tú a ti...
Después
del intento de cada día, sé tú nuestro hogar donde nos encontramos contigo
al
atardecer del día.