LECTIO DIVINA - III DOMINGO DE CUARESMA ‘C’ ‘L’ 24/3



ORACION INICIAL

Señor, aquí estamos ante tu presencia,
ayúdanos a salir de nuestras esclavitudes,
de nuestros egoísmos, de nuestra falta de paciencia…
Señor, ten misericordia de nosotros, sana nuestros  corazones,
haz que no olvidemos tus beneficios.
Perdona, Señor, nuestras culpas y cura nuestras enfermedades;
llénanos de tu misericordia, de tu gracia y de tu ternura.


Invocación al Espíritu Santo

TEXTO BÍBLICO Lc. 13. 1-9
 En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no osconvertís, todos pereceréis de la misma manera». Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?”. Pero el viñador respondió: “Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré abono, a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar”».

LECTURA ¿Qué dice el texto?

Este texto del evangelio se compone de dos escenas diferenciadas, pero de ambas se des-prende un mismo mensaje.
En la escena primera el evangelista nos relata los trágicos sucesos acaecidos en tiempo de Jesús de los que no tenemos mucha información histórica, pero el mensaje es claro: nadie es absolutamente justo ante Dios, todos necesitamos convertirnos. Jesús lo repite por dos veces: “si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera“.
La conversión que Jesús nos pide reiteradamente es el camino de la vuelta a casa: ¡conver-tirse, volver a Dios, no desaprovechar esta oportunidad de encontrar sentido a nuestra vida!

La segunda escena es cuando Jesús cuenta a sus oyentes la parábola de la higuera que no da fruto. Un árbol que no da fruto no sirve para nada, solo ocupa el terreno en el que se podrían plantar otros árboles más productivos. Por eso lo más práctico es cortar esta higuera. Esta es la decisión del propietario del campo.

Pero hay alguien que interviene para defender la higuera. Sí, es verdad que lleva años sin dar fruto, pero quizás lo dé al año que viene. Vamos a darle una nueva oportunidad.
El texto nos invita a tomar una decisión de “abandonar nuestros caminos” para seguir el ca-mino de Dios. Al cabo, el verdadero problema es nuestra falta de sincero arrepentimiento, nuestra falta de deseo de transformación y aceptación del perdón de Dios.
Esta parábola es la continuación de las palabras de Jesús en la primera escena. Ahora, sin embargo Jesús nos presenta a un Dios paciente. Que te va a esperar, a ti y a mí, para que este año sí demos los frutos de conversión esperados.

MEDITACION ¿Qué me/nos dice el Señor en este texto?

Siempre hay un lugar y una hora exacta en la que el Señor quiere encontrarse con nosotros. Es el momento que marca el comienzo de la conversión o del rechazo radical. La conversión es un camino que exige constancia y una decisión siempre renovada de proseguir el viaje a pesar de todo.
La parábola de la higuera nos dice en pocas palabras: “si no se arrepienten, serán derribados y perecrán, como la higuera estéril”. En un sembrado, todo árbol que no sirve, que simplemente ocupa espacio, es abatido. Jesús hablará de los discípulos como sarmientos de la vid, llamados a permanecer en él y dar fruto abundante. El que no da fruto merece ser “cortado”.
Jesús te interpela para que no dejes “para mañana” la conversión, para que abandones un mal hábito, corrijas tu conducta, te acerques a Él… Te da un tiempo de espera, otra oportunidad para comenzar y hace todo lo que puede para que por fin “tu higuera” comience a fructificar.
La conversión no es simplemente para “no perecer” sino ante todo para que la obra de Jesús -el viñador que te invita a tomar en serio el tiempo de sus cuidados- relance tu vida hacia su plenitud, desarrollando todas tus potencialidades.
     ¿Cuál es la principal motivación que este evangelio te da para que des un paso de conversión?¿Qué apoyo te ofrece Jesús?
     ¿De qué forma se expresa la misericordia de Dios en este pasaje?
     ¿Cómo la experimentas en tu vida?

ORACIÓN ¿Qué le respondo/respondemos al Señor?

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
y cometí la maldad en tu presencia.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente.
Mira, que en la culpa nací,
pecador me concibió mi madre.
Aparta de mi pecado tu vista,
borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.

CONTEMPLACIÓN ¿Cómo reflejaremos en nuestra vida lo que el Señor nos dice hoy?

La higuera es estéril. No hace sino «ocupar un terreno en balde». El señor, sin embargo, no la corta ni destruye. Al contrario, la cuida todavía mejor, y sigue esperando que un día dé frutos. Así es la paciencia y la misericordia de Dios: sigue esperándonos.
Jesús compara la vida estéril de una persona con una «higuera que no da fruto».
¿Para qué va a ocupar un terreno en balde?
¿Qué sentido tiene vivir ocupando un lugar en el conjunto de la creación si nuestra vida no contribuye a construir un mundo mejor?
¿Qué significa pasar por la vida sin hacerla más humana, para vivirla llena de Dios?

El riesgo más grave que nos amenaza a todos es terminar viviendo una vida estéril. Vamos reduciendo la vida a: ganar dinero, estar informados…sin una mirada limpia para ver la reali-dad sin prejuicios ni intereses, sin una empatía compasiva y misericordiosa que nos lleve a defender a las víctimas y a solidarizarnos con su sufrimiento. A vivir la vida desde Dios, re-gando la “higuera” con la oración, alimentando la “higuera” con las obras de misericordia…
Vivir de manera estéril significa no entrar en el proceso creador de Dios, permanecer como espectadores pasivos, no entender nada de lo que es el misterio de la vida, negar en nosotros lo que nos hace más semejantes al Creador: el amor misericordioso y la entrega generosa.
Desde la contemplación no olvidemos orar por los que se sienten cansados y no cuidan la “higuera”, y por los que en este tiempo de misericordia empiezan a cuidarla”…

ACCION ¿Cuál será mi compromiso?

El pasaje de hoy te invita a no aplazar la conversión. La invitación del Señor ha resonado, no puedes echarla en saco roto, por lo que puedes preguntarte:
     ¿A qué acciones concretas me lleva este evangelio?
     ¿Qué puedo hacer para que mi vida produzca los frutos que el Señor espera de mi?,
     ¿dónde, con quienes, de qué manera, en qué debo producir frutos?
     ¿Cuándo voy a dar el paso que me hará una persona libre?
     ¿Hay algún aspecto de mi vida que vengo aplazando continuamente la conversión?
     Lánzate como buen “viñador” a podar todo lo que no te hace crecer en el Reino de Dios.
     Agradece el paso de Dios por tu vida y el ofrecimiento de su misericordia que te hace hoy.
     El Señor es misericordioso contigo, te da una oportunidad nueva. Sé también miseri-cordioso con el que te rodea. Conviértete en mensajero de la misericordia con tu vida.