LECTIO DIVINA 1º de noviembre SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS ‘’L’


1º de noviembre   SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS  ‘’L’


…son el centro de sus enseñanzas sobre los pobres y los perseguidos por causa de la justicia y del Evangelio, y los que estarán un día en el Reino: los que sufren, los pacíficos, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los de corazón puro y los que aman de una manera sencilla. Las bienaventuranzas son el camino indicado por Jesús para llegar a la santidad, que es el don que nos hace el Señor Jesús, cuando nos toma consigo y nos reviste de sí mismo y nos hace como Él.
La santidad es un don que se ofrece a todos, por eso constituye el carácter distintivo de todo cristiano. La santidad es vivir con amor y ofrecer el testimonio cristiano en las ocupaciones de todos los días, lugar donde estamos llamados a convertirnos en santos. Y cada uno en las condiciones y en el estado de vida en el que se encuentra. Cada estado de vida lleva a la san-tidad.
En tu casa, en la calle, en el trabajo, en la Iglesia, en cualquier momento y estado de vida que tengas está abierto el camino a la santidad para tí. No te canses de seguir este camino porque es Dios quien te da la gracia. Lo único que te pide es que estés en comunión con Él y al servi-cio de los hermanos.


INVOCAMOS AL ESPÍRITU SANTO

Espíritu Santo
necesitamos tu ayuda
para comprender,
llevar al corazón
y a nuestra vida el mensaje de Dios.
Amén.

TEXTO BIBLICO:  Mateo 5,1-12a

Al ver a la multitud, Jesús subió a la montaña, se sentó, y sus discípulos se acercaron a él.  En-tonces tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:
“Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los afligidos, porque serán consolados.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia.
Felices los que tienen el corazón puro, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios.
Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos.
Felices ustedes, cuando sean insultados y perseguidos, y cuando se los calumnie en toda forma a causa de mí.
Alégrense y regocíjense entonces, porque ustedes tendrán una gran recompensa en el cielo; de la misma manera persiguieron a los profetas que los precedieron.”
Palabra del Señor

LECTURA- MEDITACIÓN, ¿QUÉ NOS DICE DIOS EN EL TEXTO?

En la fiesta de todos los santos el evangelio de las bienaventuranzas nos indica quienes son los candidatos al Reino de Dios, instituido por Jesús.

    Son los pobres de espíritu, los mansos, los compasivos, los misericordiosos, los persegui-dos… Cada bienaventuranza es un camino diferente que conduce a la misma vida.
    Los ocho caminos señalados en las bienaventuranzas conducen a la misma posesión de Dios, objeto de la felicidad auténtica y perfecta.
Para lograr la verdadera unión con Dios, Él nos invita a recorrer el camino de santidad en la pobreza con Cristo pobre.
Nos quiere santos en el sufrimiento y en la pena con Cristo paciente.
Dios nos ofrece la dicha de la santidad por el camino de la lucha por la justicia con Cristo, el justo de Dios.
En la misericordia y en la limpieza de corazón nos iremos santificando, aprendiendo de Cristo, misericordioso y puro.
Teniendo en nosotros la paz de Cristo y de los santos de Dios, trabajaremos por la paz entre los hombres, y en el itinerario de la persecución por Cristo, nos iremos revistiendo de la santidad del Cristo injuriado, perseguido y lastimado.


MEDITACION-ORACION

«Dichosos los que tienen un alma de pobre, el Reino de los cielos les pertenece»
En las Bienaventuranzas, Jesús proclama que los que tienen un corazón de pobre, los humil-des, los que se abandonan y confían reciben gratuitamente la felicidad. María es la primera entre todos; sencilla supo acoger a Dios en su vida.
Jesús haz que me parezca a ti, enséñame a confiar plenamente en Ti.

«Dichoso los mansos y humildes de corazón»
El verdadero pacífico eres Tú, Jesús de Nazaret, eres manso y humilde de corazón, no utilizas nunca la violencia, no buscas salvar tu vida, la entregas.
Jesús danos un corazón manso, haznos humildes.

«Dichosos los que lloran, serán consolados»
Esta bienaventuranza afirma la fortaleza en el dolor. Los que lloran no sólo son los que viven pruebas y dolores sino también los que son compasivos y comparten los sufrimientos de los demás.
Jesús Tu nos lo dijiste «Vuestra tristeza se cambiará en alegría», danos paciencia en la prue-ba y en el dolor, haznos generosos para acompañar a los que sufren.

«Dichosos los que tienen sed de justicia serán saciados»
El que busca y practica la justicia ha encontrado a Dios, construye el Reino. En la escucha de la Palabra, en la oración nacen los deseos de justicia para la vida de todos.
Jesús Amigo de los pobres y los pequeños, infunde en nuestros corazones deseos de justicia, danos fortaleza para practicarla.

«Dichosos los misericordiosos, obtendrán misericordia»
El Evangelio nos habla siempre de un Padre misericordioso, que perdona y se compadece, es también la actitud de Jesús. Para nosotros es una invitación, una promesa.
Enséñanos Señor a perdonar como Tú perdonas, danos un corazón lleno de ternura y miseri-cordia.

«Dichosos los limpios de corazones»
Tener ojos y corazón limpios es fruto de la oración, de la amistad con Dios y con los hermanos. Jesús nos lo dijiste Tú mismo: «Os daré un corazón nuevo»
Te pedimos Jesús por nuestro mundo, nuestras familias, nuestros amigos, danos a todos un corazón nuevo, una mirada limpia, luminosa, la que brota de las entrañas de Dios y lo renueva todo.

«Dichosos los que trabajan por la Paz. Dios les llamará, sus hijos»
Vivimos en un mundo de violencia y de guerra, por todas partes las imágenes de muerte y de odio nos asaltan, sin embargo es posible seguir creyendo en la Paz, Tú, Jesús eres la Paz, imprime en los hombres deseos de Paz
Haznos instrumentos de tu paz en la vida de cada día. Enséñanos a amar a todos, también a nuestros enemigos.

ACCIÓN

     Proponte vivir con actitud desprendida de los bienes materiales y comparte con los demás desde tu realidad.
     Afronta con alegría y esperanza los problemas, conflictos y contrariedades que se te presentan cada día.
     Sé testimonio entre tus hermanos del mensaje que recibes en la profundización de las bienaventuranzas.
     Empieza ya a prepararte para vivir intensamente el Adviento que se aproxima. Es tiempo de gracia, tiempo de esperanza, tiempo de amar y sobre todo tiempo de perdo-nar.