GUION DE MISA - 13ºDOMINGO DURANTE EL AÑO 30 de junio

13ºDOMINGO DURANTE EL AÑO        30 de junio

Hermanos, hoy celebramos el domingo décimo tercero durante el año, y lo hacemos reunidos en su nombre, para celebrar el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo. El Señor hoy nos llama y nos pide que acojamos este llamado con una aceptación plena de su plan sobre nuestras vidas. Y nos llama a seguir a su Hijo, viviendo sus enseñanzas y sus exigencias, la virtud de la pobreza y el desprendimiento; imitando su vida, su bondad, aún a pesar de ser rechazados, postergados o marginados, devolviendo bien por mal; para ser verdaderos discípulos suyos. De pie  recibimos al sacerdote que presidirá nuestra celebración, cantando…

 

MONICIONES A LAS LECTURAS

 

OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS

Tanto Elías como Jesús ponen condiciones a quienes desean seguirlos. Pero las exigencias del discipulado cristiano son mucho más radicales. La carta de San Pablo a los Gálatas nos ayuda a interpretar estas exigencias en clave de liberación personal y de mayor disponibilidad para seguir a Cristo. El salmo, por su parte, nos invita a descubrir que las renuncias que implica el seguimiento conforman una senda que conduce a la vida. Atentos escuchemos este mensaje.

 

OPCIÓN 2: MONICIÓN PARA CADA UNA DE LAS LECTURAS

PRIMERA LECTURA (Reyes 19, 16b. 19-21)

Eliseo, discípulo y sucesor de Elías, en el siglo IX antes de Cristo, decide dejarlo todo para dedicarse  a hacer oír la voz de Dios al pueblo de Israel.

 

SEGUNDA LECTURA (Gálatas 5, 1. 13-18)

San Pablo nos llama a vivir según el mismo Espíritu Santo por el que hemos sido llamados a una vocación determinada, para actuar con libertad amando a nuestros hermanos.

 

EVANGELIO (Lucas 9, 51-62)

En el Evangelio Jesús nos muestra su camino de entrega y libertad definitiva; Él pide a los suyos una respuesta total al servicio del Reino. De pié para escuchar el Evangelio cantamos el aleluya

 

ORACIÓN DE LOS FIELES

Contestaremos a cada petición: ESCUCHA, SEÑOR, NUESTRA ORACIÓN.

 

ü  Con toda la Iglesia, supliquemos por los ministros ordenados, por los religiosos y los fieles laicos. Que con ánimo alegre puedan vivir su propia vocación y correspondan así al llamado de Dios. Oremos.

ü  Con todos los habitantes del mundo, pidamos por nuestros gobernantes. Que fieles también a su vocación y misión respondan a las necesidades que hay en cada nación y en cada pueblo. Oremos.

ü  Con todos los que prestan sus servicios en clínicas y hospitales, en cárceles y geriátricos, roguemos por los enfermos, los reclusos y los ancianos. Que sientan cercano el consuelo que viene de Dios. Oremos.

ü  Con todos los que nos formamos en la escuela del Maestro Jesús, encomendemos a nuestras familias y a quienes no han podido venir a esta celebración. Que estemos dispuestos a dejarlo todo para poderlo seguir. Oremos.

ü  Con todos los miembros de nuestra comunidad , encomendemos a la misericordia de Dios a nuestros hermanos difuntos. Que puedan gozar ya de la alegría del cielo. Oremos...

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS

Pongamos ahora, sobre la mesa del altar, la ofrenda de nuestras propias vidas, deseando que nuestro testimonio sea un verdadero ejemplo de amor y servicio. Cantamos...

 

COMUNIÓN

Cada Eucaristía en la que participamos es una llamada a dejarlo todo para entregarnos al Reino, para sumarnos al esfuerzo de hacer que nuestro mundo sea cada vez más fraterno, más solidario y más justo. Con fe y devoción nos acercamos a comulgar cantando

 

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

 

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.

Amén.

 

DESPEDIDA:

Regresemos a nuestra vida diaria con la firme decisión de seguir el camino de Jesucristo, a pesar de todo y de todos, y siendo con nuestras vidas y nuestras familias, testigos de su resurrección.