Padre compasivo que nos enseñas con paciencia y bondad cómo debemos actuar en cada momento, danos fuerza para vivir con coherencia tus enseñanzas. Amén.
El Evangelio de hoy está lleno de pequeños mensajes que nos ayudan a repensar toda nuestra existencia a la luz de lo que Jesús nos dice: "No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados; den y se les dará". Estas frases sintetizan todo un estilo de vida, que el Señor completa diciendo: "el discípulo no es superior al maestro, no miren la paja del ojo ajeno si no ven la viga en el propio", busquen ser comprensivo, atentos, no vivan con los ojos cerrados como un ciego que quiere conducir a otros ciegos. Por eso, toda la vida del cristiano tiene que tener una mirada desde el amor; la vida del cristiano tiene que ser siempre una ayuda constante al que está a nuestro lado.
El juicio, rompe relaciones y quiebra todo lo que puede ser la alegría de la vida. No es que no tengamos que juzgar el mal y condenar el mal, pero tenemos que salvar a la persona y ayudar a la persona a salir del mal; no es que tengamos que darlo todo sin pensar en qué, sino que tenemos que ser generosos en el dar porque como dice el Señor: "Den y se les dará" demos amor y recibiremos amor, demos gestos de solidaridad y seremos alegrados por la solidaridad de los demás, demos perdón y recibiremos el perdón y viviremos en paz.
Sigamos a Jesús, el Maestro, y lo tendremos a Él como la luz que guía siempre nuestra existencia. En este día pidamos al Señor para que cada uno de nosotros busque siempre con ojos buenos la forma de ayudar a los demás.
Invocación al Espíritu Santo
Padre nuestro,
renuévanos en tu Espíritu
revístenos del hombre nuevo, Cristo Jesús
Que nuestros caminos estén firmes
queremos guardar tus preceptos.
Ven, Espíritu Santo,
llena los corazones de tus fieles con tu luz,
y enciende en ellos el fuego de tu amor. Amén
Evangelio según San Lucas 6, 39-45.
“Les dijo también una parábola: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en un hoyo? Un discípulo no está por encima de su maestro; mas todo discípulo, después de que se ha preparado bien, será como su maestro. ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, déjame sacarte la mota que está en tu ojo", cuando tú mismo no ves la viga que está en tu ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo y entonces verás con claridad para sacar la mota que está en el ojo de tu hermano. Porque no hay árbol bueno que produzca fruto malo, ni a la inversa, árbol malo que produzca fruto bueno. Pues cada árbol por su fruto se conoce. Porque los hombres no recogen higos de los espinos, ni vendimian uvas de una zarza. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que es malo; porque de la abundancia del corazón habla su boca”.
LECTURA, ¿Qué dice el texto?
El apelativo «hipócritas» que Jesús da varias veces a los doctores de la ley en realidad es dirigido a cualquiera, porque quien juzga lo hace en seguida, mientras que Dios para juzgar se toma su tiempo.
Quien juzga se equivoca, simplemente porque toma un lugar que no es suyo. Pero no solo se equivoca, también se confunde. Está tan obsesionado con lo que quiere juzgar, de esa persona -¡tan tan obsesionado!- que esa idea no le deja dormir. ... Y no se da cuenta de la viga que él tiene. Es un fantasioso. Y quien juzga se convierte en un derrotado, termina mal, porque la misma medida será usada para juzgarle a él. El juez que se equivoca de sitio porque toma el lugar de Dios termina en una derrota. ¿Y cuál es la derrota? La de ser juzgado con la medida con la que él juzga.
El único que juzga es Dios y a los que Dios da la potestad de hacerlo. Jesús, delante del Padre, ¡nunca acusa! Al contrario: ¡defiende! Es el primer Paráclito. Después nos envía el segundo, que es el Espíritu Santo. Él es defensor: está delante del Padre para defendernos de las acusaciones. Jesús nos juzgará, sí: al final de los tiempos, pero mientras tanto intercede, defiende. ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu atención?
MEDITACIÓN, ¿Qué nos dice Dios en el texto?
El evangelio de hoy nos presenta unos pasajes del discurso que Jesús pronunció en la planicie después de una noche pasada en oración y de haber llamado a los doce para que fueran sus apóstoles.
Gran parte de las frases reunidas en este discurso, fueron pronunciadas en otras ocasio-nes, pero Lucas, las reúne aquí en este Sermón de la llanura.
• La parábola del ciego que guía a otros ciego. Jesús cuenta una parábola a los discí-pulos: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo?” Parábola de una sola línea, pero que tiene mucha semejanza con las advertencias que, en el evangelio de Mateo, van dirigidas a los fariseos: “¡Ay de ustedes los ciegos!” Aquí, en evangelio de Lucas, esta parábola va dirigida a los animadores de las comunidades que se consideraban dueños de la verdad, superiores a los otros. Por esto, son guías ciegos.
• “El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro”. Jesús es Maestro. Su materia es Él mismo, su testimonio de vida, su manera de vivir aquello que enseña. La convivencia con el maestro tiene tres aspectos: El maestro es el modelo o el ejemplo que hay que imitar El discípulo no sólo contempla e imita, sino que además se compromete con el destino del maestro, con sus tentaciones, persecución, y muerte. No sólo imita el modelo, no sólo asume el compromiso, sino que llega a identificarse: "Vivo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí".
• La paja en el ojo del hermano. “¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano".
Jesús pide una actitud creativa que nos haga capaces de ir al encuentro del otro sin juz-garlo, sin ideas preconcebidas, acogiendo al otro como hermano. Esta total apertura hacia el otro como hermano nacerá en nosotros sólo si sabremos relacionarnos con Dios en total confianza, como hijos con su padre.
¿Cómo me relaciono con los demás en casa y en familia, en el trabajo con los colegas, en la comunidad con los hermanos y hermanas?
¿Cómo soy discípulo/a de Jesús? ¿Cuál es tu meditación, tu reflexión personal?
ORACIÓN, ¿Qué le decimos a Dios?
Sana, Señor mi corazón duro, oscuro y negativo frente al hermano. Libérame de ese im-pulso interior de señalar, comentar y resaltar todo lo negativo de la vida ajena.
Enséñame a mirar a los demás como hermanos, hijos de tu amor, para ser comprensivo y paciente ante sus caídas. ¿Cuál es tu oración personal?
CONTEMPLACIÓN, ¿Cómo interiorizamos la Palabra de Dios?
“¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano".
Jesús pide una actitud creativa que nos haga capaces de ir al encuentro del otro sin juz-garlo, acogiendo al otro como hermano. Esta total apertura hacia el otro, nacerá en noso-tros sólo si sabremos relacionarnos con Dios en total confianza, como hijos con su padre.
¿Qué actitud o frase sugerida por el Evangelio de hoy podría ayudarte a cambiar algunas conductas en relación con los demás, durante esta semana?
ACCIÓN, ¿A que me comprometo con Dios?
Antes de juzgar, hablar o criticar a los demás, veamos nuestra viga, es decir no somos perfectos, descubramos nuestras debilidades, errores, faltas, pecados etc.
‘No juzguen para no ser juzgados’. Esto nos debe quedar claro y ante todo el res-peto por los demás. ¿Cuál es la acción concreta que el Evangelio de hoy te invita a rea-lizar?
ORACIÓN FINAL
Señor, danos disponibilidad para limpiar nuestros pensamientos,
nuestros sentimientos, nuestras acciones mirándote a ti;
comparándonos con tu gesto permanente de amor,
de comprensión y de perdón.
Te pedimos también Señor por todos los que en la Iglesia guían a otros,
para que no sean guías ciegos sino que sepan ayudar a los demás con tu luz
para caminar hacia la plenitud de la luz, hacia la verdad en plenitud.
Amén