LITURGIA SEMANAL - 11º SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

      11º SEMANA DEL TIEMPO DURANTE EL AÑO

Lunes 17 de junio
Mateo 5,38-42: Da al que te pide y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo “

Jesús presenta una ética superadora. Aun considerando que es justo devolver a otro con la misma moneda, esa justicia humana no rompe la espiral de violencia, ni sana los corazones y sociedades. Es necesario un paso nuevo que no debe confundirse con la resignación, sino con una actitud valiente de quebrar los diversos modelos de violencia y seguir el mandamiento del amor, la caridad y la misericordia, que busca en todo momento que seamos más fraternos y así podamos construir nuestras relaciones con los demás desde la aceptación, el amor y el respeto a las diferencias.
Padre Dios, rico en misericordia, infunde en nosotros tu Espíritu Santo para que ya no reaccionemos de manera puramente humana, sino que pongamos amor donde hay odio, pongamos perdón donde hay ofensa. Ayúdanos a reaccionar amando, como Jesús

Martes 18  de junio
Mateo 5,43-48:   Sean perfectos, como es perfecto el Padre que está en los cielos”

Jesús invita a ir más allá de algo tan grande y noble como es amar al prójimo, y algo  tan humanamente comprensible como es rechazar al enemigo, La propuesta es exigente porque llama a integrar al que pretendemos rechazar y desplazar de nuestra comunión y además a orar por sus necesidades. Dios, que es siempre compasivo, exhorta a que pongamos en práctica, su ‘ley del amor’, que consiste en amar a todos por igual. Amar a los amigos es muy fácil, por ello Jesús va más lejos. Exige la perfección del amor que implica amar también a los enemigos. La doctrina es hermosa, pero la práctica cotidiana es costosa.
Jesús, tú que eres el modelo perfecto de amor que se entrega a todos y que perdona, danos la gracia de desear la perfección del amor, para ser capaces de superar los rencores y los conflictos poniendo amor en contra de todo, respondiendo al mal con el bien.

Miércoles 19 de junio
Mateo 6,1-6.16-18  “… cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará….  Cuando tú hagas ayuno, lávate la cara.  No son los hombres los que notarán tu ayuno, sino tu Padre que ve las cosas secretas, y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará".

Oración, limosna y ayuno eran las tres acciones esperadas de los piadosos judíos en el tiempo de Jesús. Como Él ya lo había dicho, Jesús no vino a destruir la ley, sino para llevarla a su perfección y elevarla a un nivel superior. Por tanto Él insiste en ejecutar estas buenas accio-nes, no para ser vistos y alabados por otros, pero en secreto por el Padre, quien ve el corazón y nos recompensará.
Nuestra cultura del consumismo, concede gran importancia a lo que se ve desde afuera, y a menudo nos encontramos siendo influenciados por las acciones de las celebridades, aún cuando sabemos que mucho es artificial. Las palabras de Jesús implican un real desafío para nosotros, y arrojan una luz en nuestras acciones y opciones.
Se nos pide dar limosna, orar y ayunar en secreto. Jesús insiste en lo interior y no en lo exte-rior, Jesús nos llama de vuelta a la vida interior: a la oración personal, a la entrega personal, sin buscar la aprobación de los demás…

Jueves 20 de junio
Mateo 6,7-15  "Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.

El Padrenuestro es la oración modelo: nos la enseñó el Señor. Es la oración más sencilla para honrar a Dios y entrar en su Plan divino, pidiéndole lo que Él quiere darnos, que es siempre lo que más nos conviene.
Al orar el Padrenuestro queremos estar cerca de Dios, nuestro Padre, teniendo la mente y el corazón abiertos a Él.  Queremos santificar Su Nombre, honrando, alabando bendiciendo y agradeciendo su misericordia y su providencia. Queremos convertir esta tierra en su Reino, para que su Voluntad sea realizada plenamente aquí, como en el cielo.
Le pedimos el pan espiritual antes que el pan material de cada día, porque sabemos que “lo demás se nos dará por añadidura.” Reconocemos y agradecemos su perdón. Le pedimos que nos perdone y, que no nos deje caer en la peor de las tentaciones, que es la de no querer perdonar. Le pedimos que no nos ponga a prueba porque desconfiamos de nosotros mismos y reconocemos que somos capaces de traicionarlo.

Viernes 21 de junio   San Luis Gonzaga  (MO)
Mateo 6-19-23 No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, ... Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, … Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.

Desde el punto de vista cristiano, desde el punto de vista que el Señor hoy nos revela, no estamos aquí para disfrutar, lo que no quiere decir que disfrutar sea malo. El Señor ni siquiera se ocupa de ello. Estamos aquí para amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos. Solo amando estaremos acumulando tesoros donde no entra el ladrón, ni la polilla. Estos son los tesoros que cuentan y nos ganarán la Vida Eterna. Son los únicos que interesan. Los demás son efímeros y no valen nada comparados con los tesoros del Cielo.
En este  punto es importante tomar decisiones radicales y una de ellas es si vamos a servir a Dios o al dinero. Para qué preocuparnos por acumular riquezas, dice Jesús, si al final no po-dremos llevarnos nada. Si nos preocupamos más bien por buscar ‘el reino de Dios y su justi-cia’, podremos descubrir la verdadera riqueza de las cosas de la vida cotidiana.

Sábado 22 de junio
Mateo 6,24-34: Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.  No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflic-ción.
Esta es la invitación de la Palabra para este día, que pongamos primero lo primero y luego lo demás, no quiere decir “despreocuparse” de las cosas que nosotros todos los días debemos atender. Lo que está enseñándonos Jesús es que no debemos agobiarnos por éstas cosas, no preocuparnos por ellas porque hay un Padre que sabe muy bien que las necesitamos, esta es la raíz , tener casi la despreocupación con respecto a estas cosas ya que hay un Padre que cuida de nosotros!
Un Padre que ha hecho el cielo y la tierra y nos ama entrañablemente y que es capaz de sa-crificarse hasta el extremo por nosotros. Por eso la invitación de este Evangelio es preciosa, ojalá podamos llevarlo cada vez más a la práctica. No se agobien, no se preocupen por el mañana que a cada día le bastan sus disgustos, ustedes ocúpense del Reino de Dios y lo demás les será dado por añadidura.

Domingo 23 de junio   Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo (S)
Comienza la novena de la Virgen del Huerto
Lucas 9,11b-17  “… Los Doce se acercaron para decirle: «Despide a la gente para que se busquen alojamiento y comida … Jesús les contestó: «Denles ustedes mismos de comer.»

Nuevamente nos congrega esta solemnidad Cuerpo y Sangre de Cristo. Que para nosotros es un modelo a seguir, mirar y contemplar. La grandeza de Dios a través de esta presencia tan simple de Pan y Vino, que se convierte en Cuerpo y Sangre de Cristo.
Para nosotros descubrir a Dios cercano, un Dios que se hace alimento, es fundamental. Ya que, es la plenitud de nuestra vida cristiana; la que tiene que centrarse en la eucaristía.
La Eucaristía como modelo, como fuente, como culmen de nuestra vida. La Eucaristía que nos permite dejar entrar a Jesús, en nuestro corazón. Sobre todo, ser portadores de una pre-sencia plena, como la de Cristo.
Recordando las palabras del apóstol San Pablo, cuando dice: “nosotros somos una vasija de barro que llevamos un tesoro extraordinario”. Eso es lo que no tenemos que perder de vista. Por eso, la Iglesia nos invita, a contemplar, a descubrir la grandeza de la eucaristía.
Señor, que te cercas a nosotros con todo tu amor en cada Eucaristía, concédenos que la comunión haga crecer nuestros deseos de amar y aumente nuestra generosidad, para que podamos reconocer tu presencia en el hermano necesitado.