3º DOMINGO DE ADVIENTO ‘A’ 15/12
Celebramos hoy el domingo tercero de Adviento, denominado "Gaudete", por la primera pala-bra de la antífona de entrada de este día: "alégrense", y que es precisamente la invitación anticipada a la alegría y que traduce perfectamente el espíritu tan especial que anima a todo este domingo: "el Señor está a punto de venir en el misterio de la santa Navidad y esto nos llena de gozo."
El encuentro con el Señor es la causa de nuestra alegría; encuentro que produce en nosotros una verdadera transformación, fuente de esperanza. Y Jesús nos muestra con sus obras, que Él es realmente el Mesías, el enviado de Dios. Y Él espera que también nosotros, por medio de nuestras obras, demostremos que verdaderamente somos sus discípulos.
Con esperanza y con el gozo del que nos llena Dios este día, comencemos la Santa Misa, de pie, cantando el canto de entrada…
PARA ENCENDER EL TERCER CIRIO DE LA CORONA DE ADVIENTO
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noti-cia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero! Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.
Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos, Señor, la tercer vela, cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor. Amén
MONICIONES PARA LAS LECTURAS
OPCIÓN 1: MONICIÓN PARA TODAS LAS LECTURAS
Hoy, el salmista nos invita a alabar con alegría y júbilo a un Dios que es fiel a su Palabra. Esta fidelidad se concreta en su predilección por los desfavorecidos y oprimidos. Es éste el rostro divino que revela Jesús con sus acciones, muy en consonancia con la tradición profética que nos muestra Isaías. La gloria y el esplendor de Dios se manifiestan mediante acciones inaudi-tas. Ante ese Dios que viene, vale la pena ser perseverantes, como nos exhorta Santiago, y disponerse a acogerlo en estas próximas fiestas de Navidad. Escuchemos con mucha atención.
OPCIÓN 2: MONICIÓN PARA CADA UNA DE LAS LECTURAS
PRIMERA LECTURA (Isaías 35, 1-6a. 10)
Escuchemos hoy la llamada que les hace el Profeta a los israelitas deportados para animarlos al retor-no: una llamada al camino de esperanza; una llamada que es también hoy para cada uno de nosotros.
Escuchemos
SEGUNDA LECTURA (Santiago 5, 7-10)
Santiago nos invita, a esperar con paciencia la llegada del Señor, en su segunda venida, y nos recomienda preocuparnos más por hacer el bien.
EVANGELIO (Mateo 11, 2-11)
Hoy se nos plantea una pregunta: ¿Eres Tú el que debe venir…? Jesús responde con las obras. Nuestra respuesta será tomar partido por Jesús, pero de forma concreta. De pie canta-mos el aleluya
ORACIÓN DE LOS FIELES
Contestaremos a cada petición: MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA.
Que tu Iglesia, protegida por la intercesión de san Juan el Bautista, siga fiel a tu Evan-gelio de Alegría y reconozca los signos con la que la llamas a la salvación. Oremos.
Que nuestro país acoja, en este tiempo de alegría, tu divina presencia y tu Buena Nueva para que encuentre el ti el motivo de su regocijo. Oremos.
Que los hermanos de nuestra comunidad que están enfermos se sientan reconfortados al contemplar tu próxima venida y encuentren en nuestra acogida, motivos de espe-ranza cierta. Oremos.
Que nuestros hermanos en la fe que padecen la persecución y la infamia a causa de su bautismo, se sientan reconfortados por tu presencia y que tu misericordia los sostenga en fidelidad a ti. Oremos.
Que nuestra comunidad (parroquia), se disponga con gozo a la celebración de tu Navi-dad y, atenta a la Palabra de vida, unida a la voz de sus pastores, progrese en la san-tidad. Oremos.
Que los que participamos de esta Santa Misa, vivamos siempre preparados para el día de la manifestación gloriosa de Jesús. Oremos.
PRESENTACION DE LAS OFRENDAS
Junto al pan y el vino presentemos a nuestro Padre un propósito sincero: convertir nuestras vidas para que esta Navidad signifique un real nacimiento de su Hijo en nuestro corazón. Hagamos nuestra ofrenda, cantando.
COMUNIÓN Escuchamos hoy a Jesús realiza la transformación total del hombre: sana los enfermos, resucita a los muertos y fortalece a los débiles. Sintiendo que éstas son nuestras condiciones, acerquémonos a recibirlo para que él sea la fortaleza que nuestra fe y esperanza necesitan. Cantamos
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
FINAL Nuestra celebración ha terminado, pero no puede acabar nuestra alegría. Comparta-mos la alegría de haber escuchado y recibido al Señor, a quien esperamos nacido entre no-sotros en muy breve tiempo. Despidámonos cantando...