Familia Gianellina

MES DE MARIA: PENSAMIENTOS DE SAN ANTONIO GIANELLI

   PENSAMIENTOS   DE SAN ANTONIO GIANELLI
                     
NOVIEMBRE

7. “MARÍA MEDIADORA DE TODAS LAS GRACIAS”   Ella es Madre de Dios y pode-rosísima ante Dios, hasta el punto que puede todo lo que quiere…, por tanto, todos debemos profesarle la devoción más sincera, más tierna y verdaderamente filial (C.P.pág.161) 

8. Mi querida Madre María, soportadme, sostenedme y dejadme ir, más aún; atraedme en pos de vuestros pasos.    (E.l-Carta 26 a la Madre Catalina Podestá, 29/II/1836)

9. Si María se goza de que la celebremos “INMACULADA”, se goza sobre todo y se complace en que aprendamos de Ella a huir del pecado…    (C.P.pág.160).

10. Sabemos por el Evangelio que, aún sin haber sido invocada, María socorre y atiende las necesidades, incluso temporales de sus devotos. ¿Qué no hará si se le ruega, cuando aún sin ruego vuela tan pronta a prestar socorro?...  (C.P.pág.162)

11. María se adelanta a nuestros ruegos, y se anticipa a las causas de los necesita-dos, porque la sola noticia de nuestras miserias le llega tan hondo que no puede oírlas sin socorrerlas.   (Id).

12. Será mucho más fácil… que se derrumbe el mundo que el que María deje de so-correr a quien seriamente la invoca.   (C.P.pág.163).
      
13. Nunca se llega a encontrar a Cristo sino por María y por medio de María  y en va-no lo busca el que no lo busca con Ella.   (C.P.pág.164).

14. Quien pide gracia sin María, trata de volar sin alas… (C.P.pág.163).     
      
15. Es voluntad segura de Dios que lo debemos recibir todo por medio de “María”.   (C.P.pág.163).

16. No desconfíes pecador… aunque hubiereis cometido todos los pecados. Ven a María y no temas. Ella te conducirá a Jesús.  (Id).

17. ES BEATIFICADA LA HNA. MARÍA CRESCENCIA PEREZ “MENSAJERA DE DIOS Y SERVIDORA DE SU PUEBLO”

17. Con sólo pensar en María, incluso con sólo recordarla, ¿no os parece que el co-razón os lleva a Ella?... ¿Quién puede no amarla? Amadla, pues, obsequiadla cons-tantemente y estaréis salvados.   (C.P.pág.165).

18. Aunque seáis pecadores, o incluso grandísimos pecadores… si os hacéis devotos de María, no podéis condenaros.     (Id).

19. Que todos seáis devotos de María, que… nunca se os aparte de los labios, nunca se os aparte del corazón. Nunca de los labios, porque yo querría que siempre lo abrie-rais para alabarla o llamarla en vuestra ayuda; nunca del corazón, porque, después de a Dios yo querría que la amarais  todo lo que se puede amar a la más amable de las creaturas.     (C.P.pág.166).

20. Yo querría que dedicarais  vuestros corazones y vuestras personas a María; que le encomendarais vuestras casas, vuestras familias, vuestros haberes y todo lo que de más importante o de más querido tenéis en el mundo; pero sobre todo que le confiarais  con la mayor solicitud y ansiedad, la salvación de nuestras almas   (Id).

21. “PRESENTACIÓN DE LA SANTISIMA VIRGEN”  
El señor os bendiga a todas y María os ayude a haceros santas.   (E.l- Carta 42 a las Hijas del Hospicio de Chiávari).

22. Yo querría que no pasara ni un día ni una hora en que no os acordarais de María y desde lo más limpio del corazón no le enviarais una oración, un saludo, un afecto. 
          
23. Yo querría que la llevarais personalmente con vosotros  mismos y que fuera  vuestro más precioso ornamento o al menos lo más querido… sus escapularios, sus medallas, sus rosarios…  (Id).  

24. … para honrar a María basta tener un corazón y cuanto más ferviente sea el co-razón ¡tanto más acepta a María, será la alabanza!       (Homilía 6/V/1841).

25. Procurad no desalentaros, ni abatiros si halláis que habéis faltado, antes recurrid
al punto a María para que tenga piedad de vosotras y ruegue a su querido Hijo que os perdone y os restablezca en su Gracia y misericordia, prometiéndole, que os confe-saréis y que con su ayuda os enmendareis…  (E.l- Carta 42 a las Hijas del Hospicio de Chiávari).

26. Es preciso que todos los días hagáis el propósito de querer imitar a vuestra queri-da Madre María en una virtud particular… Y no habéis de tener esto por cosas impo-sibles, ni muy difíciles, ya que todo es posible, más aún, fácil con la ayuda de Dios, la cual no falta nunca a quien la pide con humildad y fe pura.  (Id).

27. “NUESTRA SEÑORA DE LA MEDALLA MILAGROSA”                       
Tenéis que procurar vivir de tal modo y con tal modestia y humildad que se os note que estáis haciendo de verdad el “MES DE MARÍA”. Sería de desear que también en el porte exterior parecierais, si así puedo decir, otras tantas Virgencitas… Ánimo y hacedlo bien este año, pues no sabemos si vamos a vivir aún el año próximo… (E.l- Carta 42 a las Hijas del Hospicio de Chiávari).

28. Ella está tan dispuesta a beneficiarnos que, como si estuviera impaciente por con-cedernos sus gracias, Ella misma va en busca… de quien con devoción y reverencia quiera rogarle, y una vez encontrados, los abraza y los alimenta y los ama como a otros tantos hijos suyos (C.P.pág.162).
   
29. Nosotros detestando el pecado… tributamos a María el homenaje más bello y da-mos la más grata acción de gracias a Dios que nos la ha dado por Madre. (C.P.pág.161).
       
30. Queridos míos… Nuestro Salvador nos ha dado a María por Protectora y Abogada, más aún por Madre, a su misma Madre Santísima… por tanto todos debemos pro-fesarle la devoción más sincera, más tierna y verdaderamente filial. (C.P.pág.161).                                                                                     

DICIEMBRE

1.-"María acogió en lo íntimo de su corazón el gran misterio y se ofreció a sí misma para que se cumplieran los proyectos del Padre.."

2. Postrémonos ante María y digamos con toda nuestra devoción y piedad: Ave María, Oh gran Virgen, rica, llena, colmada de todas las gracias. Ave María…”

3. Oh, si supierais lo importante que es a devoción a la Virgen María,  no la cambiar-íais por todo el oro del mundo.        (E.2- Carta 276 a los Jóvenes Congregados, 1/XI/1843)

4. Os dejo  en los brazos de la Virgen. Yo le pido que os acoja y os pido que no la abandonéis; estoy seguro que será para vosotros más que Madre.  (Id)

5. … Y en cuanto a María Santísima, recurrirán a Ella como  verdaderas hijas, y todo lo esperarán de Dios mediante su intercesión.   (Art. I: “GRAN CONFIANZA EN DIOS”)

6. … vosotros, justos o pecadores, y aunque seais los mayores pecadores del mundo, María seguramente os acepta, María os salva con tal que recurráis a Ella y seáis fieles en obsequiarla.  (C.P.pág.165)    

7. Si María se empeña en obtenernos alguna gracia, ésta nos será donada seguramente. Ella es capaz de cambiar o al menos modificar los decretos divinos".

8.   “DÍA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN”                                                  
María se goza   que la celebremos INMACULADA, pero se goza sobre todo y se com-place en que aprendamos de ELLA  a huir del pecado.    (C.P.pág.160)

MARÍA INMACULADA

En ella se realizan las promesas de nuestra salvación; en Ella se refleja la belleza primera con la que Dios concibió a la humanidad.
En Ella se restablece el coloquio de los Ángeles con el hombre inocente; en Ella re-aparece la integridad virginal que el mundo admira y que no tiene.
En Ella se cumple el misterio soberano de la Encarnación que glorifica a Dios y trae la paz a la tierra.
En Ella, el silencio profundo del alma perfecta y abierta hacia el infinito, se transforma en amor, en palabra, en vida, se hace Cristo.
En Ella, toda piedad, gentileza, soberanía y poesía es viva; en Ella el dolor se hace tan acerbo que ningún otro corazón de madre puede igualarlo.
En Ella, tanto la fe como la esperanza, la fortaleza y la bondad, la humildad y la gracia con esa estela de realismo y misterio tienen expresiones sobrehumanas.
En Ella cual cirio encendido, se irradia a Cristo y su Espíritu.

SIEMPRE QUE DIGO MADRE

Siempre que digo madre, voy diciendo tu nombre;
siempre que pido ayuda, te estoy llamando a ti;
siempre que siento gozo es que en ti estoy pensando;
con tu nombre en los labios me acostumbro a dormir.

Siempre que digo MADRE es que digo María;
siempre que digo MADRE voy cantando tu amor.
Digo tu nombre y nombro a mi mejor amiga:
MARIA MADRE MIA Y MADRE DEL SEÑOR.

Siempre que yo te canto es mi canto esperanza;
siempre que yo te rezo es himno mi oración;
siempre que yo te hablo es mi voz alabanza,
y tu nombre yo llevo siempre en mi corazón.

Siempre que tengo dudas en ti encuentro certeza;
Siempre que tengo miedo eres tú mi valor;
siempre en mis desaliento eres tú mi confianza
y tu nombre yo invoco como ayuda y favor.
(J. Madurga)