GIANELLI Y LA PROMOCIÓN HUMANA

Gianelli  y la Promoción Humana

 

Aspectos históricos

(Extraídos de la conferencia dada por Tomás Figallo en el encuentro de los Amigos de Gianelli en Cerreta, titulada “La actualización política y social de Gianelli )

Al nacimiento de Gianelli, el 12 de abril de 1789, la revolución francesa está a las puertas.

Cuando Pío VI muere prisionero en Francia, Gianelli tiene diez años.

El 14 de marzo de 1800 es elegido Papa, Pío VII. El 5 de julio de 1809 las tropas francesas ocupan Roma, transportan prisionero al Papa a Savona y el Estado de la Iglesia es anexado al Imperio.

En 1812, Gianelli es ordenado sacerdote. A los 23 años inicia su ministerio sacerdotal.

El 25 de mayo de 1814, después de un exilio de cinco años, Pío VII retorna a Roma como autoridad espiritual y soberano temporal. El Papa se dedica con gran empeño a la reorganización del aparato eclesiástico, a la redefinición de los confines diocesanos, al reordenamiento administrativo del Estado Pontificio y a la reconstitución de la Compañía de Jesús. Vuelve a florecer la vida religiosa y eclesial, pero al mismo tiempo surge, en el mundo católico, una pluralidad de lineamientos diferenciados. En esta realidad eclesial europea y en una Liguria donde se podía, a grosso modo, dividir al clero entre jansenistas y ligorianos, se encuentra Gianelli ejercitando su ministerio.

 

Algunas Ideas e Iniciativas de Gianelli  sobre Promoción Humana:

 

1.         Para el Seminario:

Gianelli tiene una elección clara, decidida y prioritaria: ¡evangelizar!  Su vida –su epistolario es el mejor testimonio- estará dedicado a la misión. Por esto no olvidará la importancia fundamental del misionero y la injusticia que se hará al pueblo cristiano si el sacerdote no tiene una formación integral o es incapaz.

 

Formación:

   Gianelli dedicará diez años de su vida al seminario de Génova, instituirá el Seminario en Chiávari y, como Obispo de Bobbio, vigilará, como pastor, por los futuros sacerdotes:

 

  ♫  Hablando sobre el currículo del Seminario, registra: “Faltan algunas escuelas esenciales, como la de Humanidades mayor y menor, la de Teología Moral, el canto eclesiástico, la Sagrada Liturgia... los elementos de la Historia tanto secular como eclesiástica, los de la Geografía y también los de la Lengua griega...” (Cartas pastorales,  p. 28).

 

♫   Al llamar al joven Magnasco como profesor de griego en el nuevo Seminario querido por él y realizado en Chiávari decía: “La pasión que yo tengo para que se estudie (el griego) es fruto más bien de mi ignorancia que de mi instrucción. Pero, dado que al enseñar... he visto siempre... cuánta necesidad de tener al menos un poco de conocimientos, me he ocupado, donde he podido, para que se estudie”. Y todavía: “La (lengua) francesa es ahora tan común y tan culta, que el ignorarla completamente, desdice demasiado. Hace falta saber al menos lo suficiente para poder gustar los más célebres Escritores. La alemana y la inglesa son ahora tan ilustres, que el entenderlas a este punto sería muy valioso”. (Preceptos retóricos).

 

Ayuda económica a los seminaristas

♫   “No puedo creer que, mientras tantos bobalicones y tantos vacilantes (por no decir mal dispuestos) y hasta los de afuera, gozan de los bienes de este seminario diocesano (informa al futuro Arzobispo de Génova, Mons. Salvador Magnasco), y de tan grande esperanza, deba ser abandonado... Yo no podría soportarlo sin un inmenso dolor... Me intereso por la justicia, por la virtud, por el bien de la Iglesia y del seminario (Carta n° 5: Al Arzobispo de Génova – 14 nov. 1823).

 

♫  En la misión popular de Bargone, en el interior de Casarza ligure (mayo de 1835), “con la perspicacia espiritual que está sólo en los santos, intuyó en el primer encuentro” que Agustín Ruscelli era una vocación a cultivar y con toda la generosidad prometió “asumir bajo su propia  protección al jovencito”. En el año 1837, ya Obispo de Bobbio, tomó medidas para encontrar, a su nuevo protegido, una nueva y mejor colocación en Génova, en el Conservatorio de las Hijas de San José, de las que había sido Director, para que pudiese continuar frecuentando el Seminario (cfr Beato Agostino Ruscelli, Sr. M. Matilde Dell’Amore, Génova 1995).

Había visto bien Gianelli: el 10 de junio de 2001 (50º de su canonización) el Para Juan Pablo II proclama Santo al Padre Agustín Ruscelli, Fundador de las Hermanas de la Inmaculada.

 

2.                   Defensa de los pobres y de los trabajadores:

 

♫   Iniciamos con una frase de la carta escrita por Gianelli en los últimos días de su vida. Recomienda la colocación de una niña de siete años de edad, huérfana de padre y abandonada por la madre: “... se que su corazón no tiene necesidad de estímulo cuando se trata de caridad y de proteger sobre todo a la infancia.” (Carta n° 1195: A Mons. Giovanni Negri, Obispo de Tortona – mayo de 1846). 

 

♫   La intervención de Gianelli en favor de Cerreta y de Val de Vara tuvo lugar en momentos verdaderamente dramáticos, como nos cuenta Suor Natividad Tarquini:

Azotaba la carestía del 1816-17. Según nos han transmitido las memorias de los contemporáneos, parece que fue la más grave de los últimos cincuenta años. Ante la falta de fuentes o memorias directas de Val di Vara, se puede tener una idea de tal desastre, de lo que Angelo Delia Cella, en sus Memorias escribía de Chiávari y sus alrededores. Era tan grande el hambre que empujaba a las naves de Chiávari hasta Odessa en el Mar Negro en busca de grano.

...Gianelli, que proveía desde siempre a tantos pobres en Génova, asumió desde adentro el sufrimiento de su gente y quiso dar su contribución. Buscó la colaboración de algunas señoras (de caridad y de la misericordia) que conocía bien, escribió a Don Santiago y se apresuró a enviar “ayudas copiosas en maíz, arroz y porotos”, destinados no solamente a Cerreta, sino también a los pueblos vecinos. Estas ayudas partían desde Génova, por mar, hasta Sestri Levante. Aquí, Santiago Antonio Gianelli, padre de nuestro Santo, se ocupaba de enviar personas con mulas, porque no había un camino para carros. Antes de tomar el camino de retorno, aquellas personas se encargaban de hacer moler el maíz en Sestri.

...En Cerreta la casa de los Gianelli no cerró nunca las puertas. Compartió hasta el último puñado de maíz, porque ésta era la voluntad de Don Antonio en Génova, y ésta era la sabiduría cristiana de Mantognin de Cerreta.

¿Cómo se hacía la distribución? Don Antonio por cada carga que llegaba de Génova preparaba cartas para los párrocos de Carro, Castello, Ziona, Mattarana, Carrodano Superiore, Corrodano Inferiore y quizás algún otro pueblo, porque don Santiago en la relación citada agrega un elocuente “etc.”. En estas cartas Gianelli advertía a los párrocos “de mandar a casa de los Gianelli a sus pobres” en determinados días: había establecido una rotación de turnos para que la distribución fuese más ordenada.

Esta ayuda a los pobres de Val di Vara por parte de Gianelli continuó como subvención ordinaria aún después de los años de carestía, sobre todo en los meses de abril y mayo, cuando comenzaban a escasear las reservas invernales y no estaba todavía lista la nueva cosecha.

"La necesidad… sugirió...”.   Es la atención al hombre, la solidaridad humana, la filantropía, la caridad cristiana. ¿Surge la necesidad? Mente y corazón buscan y dan respuesta.

En Gianelli la fe interpela incansablemente la acción política (entendida aquí en sentido amplio como atención al otro e intervención en las urgencias) y la acción política interpela a la fe, la despierta y la fortalece, en cierto sentido, la materia de la que debe nutrirse. ¡Fe operativa! Fe que se concretiza, respuesta, dada con amor, con inteligencia y profesionalidad. Gianelli pone el corazón y la mente en todo lo que hace por sus hermanos. Esto leemos en su solicitud por la gente de su tierra y por todos los pobres encontrados en su vida. No basta sufrir... Es necesario saber ayudar y ofrecer.

...Y he aquí la gran capacidad organizativa, el comprometer a los laicos, los párrocos, su familia. Donde él no podía llegar personalmente sabía hacer llegar a los otros. Era un artista de la colaboración. ¿La confianza en su padre? Era motivada. Hablando de sus padres solía decir que así como su madre lo superaba en la agudeza de ingenio, así su padre lo superaba en el ejercicio de la caridad. ¡Mantognin de Cerreta! Era un hombre incapaz de fraude. La persona justa en el puesto justo” (Opuscolo “Antonio Gianelli una voce in Val di Vara, p. 4 ss).

 

♫  En una carta suya expone la situación a la cual han sido reducidos los pequeños propietarios de bosques de castaña y expresa un lindo concepto sobre la autoridad civil: “Iglesia pequeña y pobrísima... El pueblo, más allá de ser pobre habitualmente, se encuentra desde hace muchos años agravado por los impuestos territoriales... a tal punto que no puede resistir absolutamente. Hay algunos que no recogen lo suficiente para pagarlos. Quien pagaba alguna vez seis o siete francos, ahora paga más de cuarenta. Muchos vienen para recoger la cosecha, venderla y pagar, luego van en seguida a Lombardía, sin tener que comer. Me dicen que esto sucede por la impericia de cierto perito piacentino que valoró los bosques de castañas como terrenos de primera clase! ¿Qué quiero decir ahora con esto? Que si Vuestra Excelencia pudiese al menos sospechar este error, podría manifestarlo a Su Majestad que, no queriéndolos ciertamente oprimir, sino más bien amando como madre a sus queridos pueblos, estoy seguro que se apresuraría a aliviarlos y compensarlos”. (Carta n° 394: Al presidente de Interno en Parma – nov./1839).

 

♫  Y su intervención en favor de los tejedores de Chiávari: “Mis chiavareses se encuentran embarazados por un bloqueo que tendrán sus telas (la industria es el principal recurso del pueblo) y eso por las máquinas inventadas últimamente sobre el hilado y tejido del lino y piensan recurrir al Ministro de las Finanzas para obtener una fuerte imposición sobre aquellas industrias textiles del exterior... (cierto que todo este valle y montañas trabajan nuestras telas y me dicen también que parte de la Diócesis de Bobbio; y no tenemos otro ramo de industria)... Yo le ruego tanto por estos, como por aquellos míos” (Carta n° 272: Al Arzobispo de Génova – 22 de marzo de 1838).

 

♫   También las advertencias, dejadas a sus sucesores de la Iglesia Parroquial e insigne Collegiata de Chiávari la tarde del 03/7/1839, son un testimonio de su sensibilidad ante la pobreza, de su espíritu práctico, de su capacidad organizativa. La Quinta y Sexta Advertencia lo son, en particular:

- “Los pobres son muchos... Los jóvenes... crecen en la ignorancia y en los vicios, que aprenden con frecuencia de los padres. Tres son los remedios más eficaces... la Congregación de San Rafael y de Sta. Dorotea, la confesión y la limosna...

Por lo que respecta a la tercera, o sea la limosna, no importa tanto el darla, como el saberla dar. Si se la da con indiferencia o ambiguamente a quien se presenta, será poco útil... Yo había adoptado de darla a los jefes de familia, y más bien, a las mujeres que a los hombres, porque generalmente, estos son viciosos y dedicados al boliche y cuidan poco a la familia. No quise darla nunca a los chicos por muchas razones, sobre todo para que no se acostumbraran a pedir limosnas, o a ser ociosos, descarados, etc. Los hacía presentar uno a uno y aprovechaba mientras tanto para darles alguna enseñanza y decirles alguna cosa oportuna.

La entregaba (la limosna) en algunos tiempos fijos... y me esforzaba por proporcionarla según el número y las necesidades de la familia...

 

- Él no estará nunca en estado de conocer al pueblo y mucho menos los pobres, y no sabrá por eso como comportarse ni como distribuir con discreción la limosna, si no será cuidadoso de hacer por sí mismo todos los años el estado de las almas yendo él mismo por todas partes para la bendición de las casas...

Yo lo había dispuesto (el registro) de modo que aparecía siempre el apellido arriba de cada familia, el nombre del padre de todos, el nombre de la mujer o de la viuda, agregaba también el apellido paterno y el lugar de su nacimiento... tenía también la costumbre de poner por signo una P a las familias muy pobres y una p a aquellas que también lo eran, pero un poco menos...    

 

¡Qué ejemplo para nosotros! Gracias a San Antonio Gianelli!

 

3. NUESTRO PADRE FUNDADOR E LA PROMOCION HUMANA

Art.197 - 28 septiembre 2004

 

          Esta lección, indicada en el Boletín de septiembre-octubre, es un homenaje filial a Gianelli, en su fiesta litúrgica. Los hechos y testimonios no son inéditos, pero son siempre conmovedores por la humanidad, el espíritu organizativo y el celo misionero de nuestro Padre Fundador. Él nos obtenga la gracia de aprender a hacer bien el bien, como deseaba a sus Hijas de entonces y de hoy.

ASPECTOS HISTÓRICOS
                        (Extraídos de la conferencia dada por Tomás Figallo en el encuentro de los Amigos de Gianelli en Cerreta, titulada “La actualización política y social de Gianelli )

Al nacimiento de Gianelli, el 12 de abril de 1789, la revolución francesa está a las puertas.
Cuando Pío VI muere prisionero en Francia, Gianelli tiene diez años.
El 14 de marzo de 1800 es elegido Papa, Pío VII. El 5 de julio de 1809 las tropas francesas ocupan Roma, transportan prisionero al Papa a Savona y el Estado de la Iglesia es anexado al Imperio.
En 1812, Gianelli es ordenado sacerdote. A los 23 años inicia su ministerio sacerdotal.
El 25 de mayo de 1814, después de un exilio de cinco años, Pío VII retorna a Roma como autoridad espiritual y soberano temporal. El Papa se dedica con gran empeño a la reorganización del aparato eclesiástico, a la redefinición de los confines diocesanos, al reordenamiento administrativo del Estado Pontificio y a la reconstitución de la Compañía de Jesús. Vuelve a florecer la vida religiosa y eclesial, pero al mismo tiempo surge, en el mundo católico, una pluralidad de lineamientos diferenciados. En esta realidad eclesial europea y en una Liguria donde se podía, a grosso modo, dividir al clero entre jansenistas y ligoristas, se encuentra Gianelli ejercitando su ministerio.

ALGUNAS IDEAS E INICIATIVAS DE GIANELLI SOBRE PROMOCIÓN HUMANA:

1. Para el Seminario:
           Nuestro Padre tiene una elección clara, decidida y prioritaria: ¡evangelizar! Su vida –su epistolario es el mejor testimonio- estará dedicada a la misión. Por esto no olvidará la importancia fundamental del misionero y la injusticia que se hará al pueblo cristiano si el sacerdote no tiene una formación integral o es incapaz.

Formación:
          ♫ Gianelli dedicará diez años de su vida al seminario de Génova, instituirá el Seminario en Chiávari y, como Obispo de Bobbio, vigilará, como pastor, por los futuros sacerdotes. Es exigente en el examen de los candidatos. Escribe: “Pienso que la nueva Congregación (los Oblatos)... cortará el camino a muchos fraudes y estafas. El punto está en que cada uno sea riguroso en el hacer su parte... Sería necesaria mayor exactitud en los exámenes de todas las escuelas... En los pocos (examinados) destinados a mí he encontrado dos jóvenes de veinticinco años, uno de los cuales venía por la filosofía y el otro por la teología. No sabían nada, no entendían nada y no sabían ni siquiera leer... ¿Qué hacer?”

         ♫ “Faltan algunas escuelas esenciales, como la de Humanidades mayor y menor, la de Teología Moral, el canto eclesiástico, la Sagrada Liturgia... los elementos de la Historia tanto secular como eclesiástica, los de la Geografía y también los de la Lengua griega...” (Cartas pastorales, p. 28).

        ♫ Al llamar al joven Magnasco como profesor de griego en el nuevo Seminario querido por él y realizado en Chiávari decía: “La pasión que yo tengo para que se estudie (el griego) es fruto más bien de mi ignorancia que de mi instrucción. Pero, dado que al enseñar... he visto siempre... cuánto es necesario tener al menos un poco de conocimientos, me he ocupado, donde he podido, para que se estudie”. Y todavía: “La (lengua) francesa es ahora tan común y tan culta, que el ignorarla completamente, desdice demasiado. Hace falta saber al menos lo suficiente para poder gustar los más célebres Escritores. La alemana y la inglesa son ahora tan ilustres, que el entenderlas a este punto sería muy valioso”. (Preceptos retóricos).

Ayuda económica a los seminaristas:
        ♫ “No puedo creer que, mientras tantos bobalicones y tantos vacilantes (por no decir mal dispuestos) y hasta los extranjeros, gozan de los bienes de este seminario diocesano (informa al futuro Arzobispo de Génova, Mons. Salvador Magnasco), y de tan grande esperanza, deba ser abandonado... Yo no podría soportarlo sin un inmenso dolor... Me intereso por la justicia, por la virtud, por el bien de la Iglesia y del seminario" (Carta n° 5: Al Arzobispo de Génova – 14 nov. 1823).

        ♫ En la misión popular de Bargone, en el interior de Casarza ligure (mayo de 1835), “con la perspicacia espiritual que está sólo en los santos, intuyó en el primer encuentro” que Agustín Ruscelli era una vocación a cultivar y con toda la generosidad prometió “asumir bajo su propia protección al jovencito”. En el año 1837, ya Obispo de Bobbio, tomó medidas para encontrar, a su nuevo protegido, una nueva y mejor colocación en Génova, en el Conservatorio de las Hijas de San José, de las que había sido Director, para que pudiese continuar frecuentando el Seminario (cfr Beato Agostino Ruscelli, Sr. M. Matilde Dell’Amore, Génova 1995).    
        Había visto bien Gianelli: el 10 de junio de 2001 (50º de su canonización) el Para Juan Pablo II proclama Santo al Padre Agustín Ruscelli, Fundador de las Hermanas de la Inmaculada.

2. Defensa de los pobres y de los trabajadores:
        ♫ Iniciamos con una frase de la carta escrita por Gianelli en los últimos días de su vida. Recomienda la colocación de una niña de siete años de edad, huérfana de padre y abandonada por la madre: “... se que su corazón no tiene necesidad de estímulo cuando se trata de caridad y de proteger sobre todo a la infancia.” (Carta n° 1195: A Mons. Giovanni Negri, Obispo de Tortona – mayo de 1846).

        ♫ La intervención de Gianelli en favor de Cerreta y de Val de Vara tuvo lugar en momentos verdaderamente dramáticos, como nos cuenta Suor Natividad Tarquini:
        Azotaba la carestía del 1816-17. Según nos han transmitido las memorias de los contemporáneos, parece que fue la más grave de los últimos cincuenta años. Ante la falta de fuentes o memorias directas de Val di Vara, se puede tener una idea de tal desastre, de lo que Angelo Delia Cella, en sus Memorias escribía de Chiávari y sus alrededores. Era tan grande el hambre que empujaba a las naves de Chiávari hasta Odessa en el Mar Negro en busca de grano. Los pobres, los hambrientos, que llegaron a Chiávari desde los valles vecinos, vagaban por los alrededores de los arrabales en busca de ayuda; sus gritos fastidiaban a los otros pobres, que preferían sufrir en el silencio su propio dolor. Autoridades y simples ciudadanos ponían a disposición todo lo que les era posible para hacer llegar víveres. A esta masa de gente que llegaba desde el interior de Chiávari, se les dio hospitalidad sólo hasta la primavera del 1817, cuando los víveres comenzaron a escasear. El 6 de mayo, , los pobres de las otras comunas, luego de recibir una discreta ración de pan, fueron todos despedidos.
         La carestía dejó sus huellas: azotó la peste . La mortalidad era tan elevada, dicen las memorias, que no se usaba más la antigua piadosa costumbre de tocar para la agonía. Esto sucedía en Chiávari y en las zonas vecinas. En el resto del interior lígure el drama debía ser mucho más pesado, porque la carestía encontraba una situación de pobreza endémica. En Val di Vara como en otras partes, en Cerreta como en todo el valle.  
        Gianelli, que proveía desde siempre a tantos pobres en Génova, asumió desde adentro el sufrimiento de su gente y quiso dar su contribución. Buscó la colaboración de algunas señoras (de caridad y de la misericordia) que conocía bien, escribió a Don Santiago y se apresuró a enviar “ayudas copiosas en maíz, arroz y porotos”, destinados no solamente a Cerreta, sino también a los pueblos vecinos. Estas ayudas partían desde Génova, por mar, hasta Sestri Levante. Aquí, Santiago Antonio Gianelli, padre de nuestro Santo, se ocupaba de enviar personas con mulas, porque no había un camino para carros. Antes de tomar el camino de retorno, aquellas personas se encargaban de hacer moler el maíz en Sestri.
         Para Chiávari estaba Odessa y habían fondos de una Comuna rica y de ciudadanos pudientes. Para esta parte de la pobre Val del Vara estaba la solidaridad de su gente; estaba sobre todo el corazón de Gianelli y de sus familiares; ¿la diferencia? Chiávari a un cierto punto cerró las puertas. En Cerreta la casa de los Gianelli no las cerró nunca.
         Compartió hasta el último puñado de maíz, porque ésta era la voluntad de Don Antonio en Génova, y ésta era la sabiduría cristiana de Mantognin de Cerreta.
         ¿Cómo se hacía la distribución? Don Antonio por cada carga que llegaba de Génova preparaba cartas para los párrocos de Carro, Castello, Ziona, Mattarana, Carrodano Superiore, Corrodano Inferiore y quizás algún otro pueblo, porque don Santiago en la relación citada agrega un elocuente “etc.”. En estas cartas Gianelli advertía a los párrocos “de mandar a casa de los Gianelli a sus pobres” en determinados días: había establecido una rotación de turnos para que la distribución fuese más ordenada.
         “Estos pobres –anota todavía Don Santiago- venían en grandes o pequeños grupos, y todos en aquellos dos años bendecían la caridad de nuestro Antonio y de la familia Gianelli”.
          Esta ayuda a los pobres de Val di Vara por parte de Gianelli continuó como subvención ordinaria aún después de los años de carestía, sobre todo en los meses de abril y mayo, cuando comenzaban a escasear las reservas invernales y no estaba todavía lista la nueva cosecha.
          Ultima anotación de Don Santiago: “Siendo gravísima la carestía del 1816-1817, los habitantes de Cerreta empeñaron en Génova su bellísima lámpara de plata y uno de los cálices igualmente de plata, más allá de las ayudas de la Señora de Rebisso. Estos no hubieran sido suficientes si no hubiese asistido en modo tan grande y abundante nuestro Don Antonio...”

          "La necesidad… sugirió...”. Es la atención al hombre, la solidaridad humana, la filantropía, la caridad cristiana. ¿Surge la necesidad? Mente y corazón buscan y dan respuesta.
           En Gianelli la fe interpela incansablemente la acción política (entendida aquí en sentido amplio como atención al otro e intervención en las urgencias) y la acción política interpela a la fe, la despierta y la fortalece, en cierto sentido, la materia de la que debe nutrirse.
          ¡Fe operativa! Fe que se concretiza, respuesta, dada con amor, con inteligencia y profesionalidad. Gianelli pone el corazón y la mente en todo lo que hace por sus hermanos. Esto leemos en su solicitud por la gente de su tierra y por todos los pobres encontrados en su vida. No basta sufrir... Es necesario saber ayudar, saber ofrecer, como sugería a su sucesor en la parroquia de Chiávari.
           Y he aquí la gran capacidad organizativa, el comprometer a los laicos, los párrocos, su familia. Donde él no podía llegar personalmente sabía hacer llegar a los otros. Era un artista de la colaboración. ¿La confianza en su padre? Era motivada. Hablando de sus padres solía decir que así como su madre lo superaba en la agudeza de ingenio, así su padre lo superaba en el ejercicio de la caridad. ¡Mantognin de Cerreta! Era un hombre incapaz de fraude. La persona justa en el puesto justo (Opuscolo “Antonio Gianelli una voce in Val di Vara" p. 4 ss).

          ♫ En una carta suya expone la situación a la cual han sido reducidos los pequeños propietarios de bosques de castaña y expresa un bellísimo concepto sobre la autoridad civil: “Iglesia pequeña y pobrísima... El pueblo, más allá de ser pobre habitualmente, se encuentra desde hace muchos años agravado por los impuestos territoriales... a tal punto que no puede resistir absolutamente. Hay algunos que no recogen lo suficiente para pagarlos. Quien pagaba alguna vez seis o siete francos, ahora paga más de cuarenta. Muchos vienen para recoger la cosecha, venderla y pagar, luego van en seguida a Lombardía, sin tener que comer. Me dicen que esto sucede por la impericia de cierto perito piacentino que valoró los bosques de castañas como terrenos de primera clase! ¿Qué quiero decir ahora con esto? Que si Vuestra Excelencia pudiese al menos sospechar este error, podría manifestarlo a Su Majestad que, no queriéndolos ciertamente oprimir, sino más bien amando como madre a sus queridos pueblos, estoy seguro que se apresuraría a aliviarlos y compensarlos”. (Carta n° 394: Al presidente de Interno en Parma – nov./1839).

         ♫ Y su intervención en favor de los tejedores de Chiávari: “Mis chiavareses se encuentran embarazados por un bloqueo que tendrán sus telas (la industria es el principal recurso del pueblo) y eso por las máquinas inventadas últimamente sobre el hilado y tejido del lino y piensan recurrir al Ministro de las Finanzas para obtener una fuerte imposición sobre aquellas industrias textiles del exterior... (cierto que todo este valle y montañas trabajan nuestras telas y me dicen también que parte de la Diócesis de Bobbio; y no tenemos otro ramo de industria)... Yo le ruego tanto por estos, como por aquellos míos”: (Carta n° 272: Al Arzobispo de Génova – 22 de marzo de 1838).

        ♫ También las advertencias, dejadas a sus sucesores de la Iglesia Parroquial e insigne Collegiata de Chiávari la tarde del 03/7/1839, son un testimonio de su sensibilidad ante la pobreza, de su espíritu práctico, de su capacidad organizativa. La Quinta y Sexta Advertencia lo son, en particular:

        5ª - “Los pobres son muchos, muy valientes, pero por suma desgracia, ignorantes y descuidadísimos en los deberes de religión... Los jóvenes... crecen en la ignorancia y en los vicios, que aprenden con frecuencia de los padres. Tres son los remedios más eficaces... la Congregación de San Rafael y de Sta. Dorotea, la confesión y la limosna... Por lo que respecta a la tercera, o sea la limosna no importa tanto el darla, como el saberla dar. Si se la da con indiferencia o ambiguamente a quien se presenta, será poco útil... Yo había adoptado de darla a los jefes de familia, y más bien, a las mujeres que a los hombres, porque generalmente, estos son viciosos y dedicados al boliche y cuidan poco a la familia. No quise darla nunca a los chicos por muchas razones, sobre todo para que no se acostumbraran a pedir limosnas, o a ser ociosos, descarados, etc. Los hacía presentar uno a uno y aprovechaba mientras tanto para darles alguna enseñanza y decirles alguna cosa oportuna. La entregaba (la limosna) en algunos tiempos fijos... y me esforzaba por proporcionarla según el número y las necesidades de la familia...

       6ª - Él no estará nunca en estado de conocer al pueblo y mucho menos los pobres, y no sabrá por eso como comportarse ni como distribuir con discreción la limosna, si no será cuidadoso de hacer por sí mismo todos los años el estado de las almas yendo él mismo por todas partes para la bendición de las casas... Yo lo había dispuesto (el registro) de modo que aparecía siempre el apellido arriba de cada familia, el nombre del padre de todos, el nombre de la mujer o de la viuda, agregaba también el apellido paterno y el lugar de su nacimiento... tenía también la costumbre de poner por signo una P a las familias muy pobres y una p a aquellas que también lo eran, pero un poco menos...

¡Qué ejemplo para nosotros! Para actualizar esta “lección”, sería interesante completar la ficha a seguir

 ¡Buen trabajo!... ¡y gracias a San Antonio Gianelli!

 

La mujer y la Promoción Humana

8 de marzo, Jornada de las Naciones Unidas por los Derechos de la Mujer, y Jornada Internacional de la Mujer trabajadora. Nuestra lección de promoción humana, sobre la mujer quiere ser una nueva toma de conciencia de nuestro rol fundamental de consagradas en el mundo y en la Iglesia, pero también del rol fundamental de todas las mujeres que somos llamadas a promover para que se puedan expresar con toda su genialidad femenina (MD 30).

* En el proyecto de Dios y en el modo de actuar de Jesús, la mujer tiene la misma dignidad del hombre (Alegato 1. La mujer en la Biblia).
* La mujer aparece como icono del rostro femenino y materno de la Iglesia, en el pensamiento del Papa Juan Pablo II, sobre todo en la Carta a las mujeres (LD) del 29 de junio de 1995 (Alegato 2). El Papa ha escrito también otras páginas muy iluminadoras sobre el argumento, por ejemplo en la exhortación post-sinodal sobre la vida consagrada (cfr. VC 57- 58) 
* Nuestro Padre Gianelli elevó su voz para proclamar la importancia de la mujer como artífice de desarrollo, no solo en el seno de la familia, sino en la entera sociedad (Alegato 3).
* Una mujer gianellina, Hna. Maurizia Pradovera – que ha preparado esta lección para nosotras y que agradecemos vivamente– nos ofrece dos subsidios que nos permiten ver algunas cuestiones actuales sobre la mujer en general y sobre la mujer consagrada: a) La pobreza en sentido femenino. b) La mujer consagrada (Alegato 4).