Familia Gianellina

MES DEL ROSARIO

Octubre, mes del Rosario     

 

            En el mes de octubre los cristianos invocamos a María con el nombre de NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO y le ofrecemos a esta Madre el mejor ramo de rosas: CINCUENTA AVE MARÍAS, todos los días.

 

Recitar el Rosario, escribió Juan Pablo II, “es en realidad contemplar con María el rostro de Cristo”.

La vida de la Virgen María fue una peregrinación de fe. Inició este camino en Nazaret y alcanzó su final en la Asunción a los cielos. Comenzó en lo escondido y concluyó en el esplendor de su Coronación, como Reina y Señora de todo lo creado. Desde la fe acogió el mensaje del Ángel y, como humilde esclava, aceptó la Palabra de Dios, “Hágase en mi según tu Palabra”, esta fe la acompañó a los largo de toda su peregrinación terrena. Desde esa luz de la fe contemplaba María los acontecimientos de la vida de su Hijo. Observaba y meditaba en su corazón las palabras del Señor. Nunca perdió de vista aquella maravillosa experiencia suya de Nazaret, la luz de la Anunciación debió iluminar siempre la oscuridad de su peregrinación de fe.

 

            En el rezo del Rosario nosotros acompañamos a María en esa su peregrinación de fe; participamos con ella en ese recorrido. Y lo hacemos también desde la luz que recibimos desde las palabras del ángel: “Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor está contigo” y también con las que le dirigió su prima Isabel: “Bendita tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”.

            Mientras desgranamos las cuentas del Rosario y repetimos estas palabras del saludo del Ángel a María, pasan ante nuestra mirada los misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y de luz de la vida del Señor. Iluminados por el misterio de Cristo, nuestros gozos y dolores cotidianos, adquieren un peso de luz y de gloria, al sumergirse e incorporarse en el misterio mismo de la Encarnación, Muerte y Resurrección del Señor.

 

            El rosario es oración a María, pero también con María. Ella se hace presente en nuestra vida con esta sencilla y profunda oración del Rosario. Una oración tan fácil y a mismo tiempo tan rica que merece la pena conservarla y recuperarla donde sea necesario, por la comunidad cristiana, la familia y todo cristiano.

            Que no falte esta oración en ninguna Comunidad gianellina Enseñen a los niños y a los jóvenes. Si se les ayuda y se favorece su comprensión y valoración son capaces de sorprendernos, recitando, con el entusiasmo propio de su edad, esta oración tan llena de contenidos.

            Para muchos enfermos y ancianos, es la oración preferida, a veces única. Es la oración probablemente más eficaz, junto con la Eucaristía, en nuestra Iglesia. Es el encuentro diario más auténtico con nuestra Madre del Cielo.

 

            No olvidemos el Rosario. Tengámoslo siempre a nuestro alcance.                                  

           

MISTERIOS DEL SANTO ROSARIO

 

            Durante la oración del Santo Rosario se meditan los misterios de nuestra fe.  En cada rosario meditamos 5 misterios seguidos cada uno por un Padre Nuestro y diez Avemarías.

 

Los Misterios Gozosos     (lunes y sábados)

 

1- La Anunciación.  (Lucas 1, 30-32, 38)

“El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios, vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. El será grande y será llamado Hijo del Altísimo (...). Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tú palabra.” 

2- La Visitación (de María a su prima Santa Isabel). (Lucas 1, 39-43)

“En aquellos días, se levanto María y se fue con prontitud a la  región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: bendita tú entre  las mujeres y bendito el fruto de tu vientre; y ¿de donde a mí que la madre de mi Señor venga a visitarme?”

 

3- El Nacimiento de Jesús  (Lucas 2, 6-11)

“Y sucedió que, mientras ellos estaban allí se cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento. Había en la misma comarca algunos pastores (...) se les presentó el Ángel del Señor, (...)y les dijo: no temáis, pues os anuncio una gran alegría, (...) os ha nacido (...) un salvador.”

 

4- La Presentación  (Lc 2, 22-25, 34-35)

“Llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. (...) Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón que esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. (...)Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción- ¡y a ti misma una espada te traspasará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos  corazones.”

 

5- El Niño Perdido y Hallado en el Templo (Lc 2, 41-47)

“Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. (...) Subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres(...). Se volvieron a Jerusalén en su busca(...). Al cabo de tres días, le

encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; estupefactos por su inteligencia y sus respuestas.”

 

Los Misterios Luminosos (jueves)

 

1- Su bautismo en el Jordán  (Mt 3, 13, 16-17)

“Entonces aparece Jesús, que viene de Galilea al Jordán donde Juan, para ser bautizado por él (...). Salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: Este es                             mi Hijo amado, en quien yo me complazco.”

 

2- Su autorrevelación en las bodas del Caná (Jn 2,1-5)

“Se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: No tienen vino. Jesús le responde: ¿Qué tengo yo                             contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora. Dice su madre a los                             sirvientes: Haced lo que él os diga.”

 

3- Su Anuncio del Reino de Dios, invitando a la conversión (Mc 1, 15, 21; 2,3-11; Lc 7, 47-48)

“Marchó Jesús a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en la Buena Nueva (...). [Luego] llegan a Cafarnaúm (...) y le vienen a traer a un paralítico. (...) Al no poder presentárselo a causa de la multitud, abrieron el techo (...) y a través de la abertura que hicieron, descolgaron la camilla  te son perdonados (...), a ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.”

 

4- Su Transfiguración (Mt 17, 1-3, 5)

 “Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los lleva aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. En esto, se les aparecieron Moisés y Elías que conversaban con él. (...) [Y] una nube luminosa los cubrió con su    sombra y de la nube salía una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle."

 

5- Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.  (Jn, 13, 1; Mt 26, 26-29)

“Sabiendo Jesús, que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”. Y “mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: Tomad, comed,  éste es mi cuerpo. Tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio                             diciendo: bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza,    que es derramada por muchos para perdón de los pecados” .

 

Los Misterios Dolorosos   (martes y viernes)

1- La Agonía en el Huerto   (Lc 22, 39-46)

“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Y sumido                     en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas   de sangre que caían en tierra” (Mt 26, 36-37; Lc 22, 41-44).

 

2- La Flagelación de Nuestro Señor Jesucristo (Jn 18, 33, 19;1)

(Pilato) “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito en él (...). ¿Queréis, pues, que os ponga en libertad al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! (...) Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle” .

 

3- La Coronación de Espinas   (Mt 27, 29-30)

Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza.”

 

4- Jesucristo, la cruz a cuestas y camino al Calvario.   (Mt, 27, 31; Jn 19, 17; Mc 15, 21)

“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle”. “Y él cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, (...) a que llevara su cruz.”

 

5- La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor  (Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19, 33-35)

“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona (...). Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado   con una lanza y al instante salió sangre y agua.”

 

Los Misterios Gloriosos   (miércoles y domingo)

1- La Resurrección del Señor   (Mt 28, 5-6)

“El Ángel se dirigió a las mujeres y les dijo: Vosotras no temáis, pues sé que buscáis a Jesús, el Crucificado; no está aquí, ha resucitado, como lo había dicho. Venid, ved el lugar donde estaba. Y ahora id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos”

 

2- La Ascensión  (Lc 24, 50-51; Mc 16, 20)

Jesús “los sacó hasta cerca de Betania y, alzando sus manos, los bendijo. Y sucedió que, mientras los bendecía se separó de ellos y fue llevado al cielo.” Después “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban.”

 

3- La Venida del Espíritu Santo en Pentecostés  (Hch 1, 14; 2, 1-4)

“Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos. (...) Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido (...) que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego   que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el  Espíritu les concedía expresarse” 

 

 4- La Asunción de la Virgen Santísima   (Ct 2, 10-11, 14)

“¡Levántate, amada mía, hermosa mía, y vente! Porque, mira, ha pasado ya el invierno, han cesado las lluvias y se han ido. (...) Muéstrame tu semblante, déjame oír tu voz; porque tu voz es dulce, y bello tu semblante.”

  

5 -La Coronación de la Virgen Santísima como Reina de Cielos y Tierra. (Sal. 45, 14-15; Ap 11, 19;12, 1)

“Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en oro recamados; con sus brocados es llevada ante el rey.” Y “una gran señal apareció en el cielo; una mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.”

 

Gianelli dice del Rosario

 

!!“El Rosario!!, Yo les decía que era útil; ahora estoy por decir que es necesario”

“Yo les digo que el Rosario, bien rezado y meditado es la oración más oportuna para revitalizar el fervor, tanto por los grandes misterios que encierra, como por las oraciones con que tales misterios se acompañan. Misterios y oraciones tales que no es posible reflexionar sobre ellos y pensarlos, sin sentirse contagiados”(Antonio Gianelli en María Mujer Maravillosa, p. 292)

 

El Rosario Misionero

 

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                El Rosario Misionero es una forma de oración en la cual, por intercesión de María, se pide al Padre por las intenciones y necesidades de todo el mundo. Es una oración mariana universal y misionera. En cada uno de los misterios, representados por un color, se pone como intención a uno de los cinco continentes. De esta manera, al terminar de rezarlo, se habrá abrazado con la oración a los hombres y mujeres de todo el mundo.