GUION DE MISA - SOLEMNIDAD DE CRISTO REY 21/11

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY  21/11


Queridos hermanos,  hoy celebramos  la solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.  Es nuestra proclamación de Jesús como Mesías del Reino Universal y eterno de Dios, quien  vendrá al final de nuestras vidas para examinarnos en el amor, en el  servicio integral al prójimo.
El Señor del universo nos hace fijar hoy nuestra mirada en Jesucristo no como rey temporal, sino como Rey espiritual, Rey de vida, que viene a reinar en el corazón de todos los hombres. Y Él nos llama a todos sus seguidores para anunciar su Reino, dando a conocer a todos nuestros hermanos que Él es nuestro Salvador.  Celebremos a Cristo Rey con la alegría que una fiesta tan grande merece. De pie, cantemos..

MONICIONES A LAS LECTURAS
 
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS

La realeza de Jesucristo es el tema central en las lecturas de este domingo. El profeta Daniel, tras asistir a la caída de los imperios, observa que Dios entrega el poder universal a un personaje divino y humano al mismo tiempo al que denomina Hijo de hombre. La comunidad  de  San Juan reconoce en este personaje a Jesús, el “soberano de los reyes de la tierra”, el “testigo fidedigno”, que confiesa su realeza ante Pilato.

OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA (Dn 7, 13-14)  

El profeta Daniel presiente la llegada del día anhelado, en el que el grupo  fiel a Dios, será exaltado y glorificado por siempre. Escuchemos

SEGUNDA LECTURA (Apocalipsis 1, 5-8)
El apóstol Juan nos habla de Jesucristo glorioso, principio y fin, que con  su entrega ha hecho de nosotros, un pueblo real.   Escuchemos.
EVANGELIO (Juan 18, 33b-37)
Jesús nos dice claramente, en su Evangelio, que Él es el  Mesías del Reino universal y eterno de Dios. Preparémonos la escucha de esta palabra, cantando el aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Respondemos a cada petición: "QUE VENGA A NOSOTROS TU REINO, SEÑOR"

     Por la Iglesia, para que en todo lugar tenga el coraje de anunciar y difundir el Reino de Dios a través del poder de la mansedumbre, de la misericordia y del amor. Oremos.
     Por los ministros del Evangelio, para que en su anuncio del Reino de los Cielos sepan dirigir los pasos del hombre hacia la patria futura. Oremos.
     Por la paz entre los pueblos y en nuestros corazones, para que el Señor nos abra a gestos concretos y cotidianos de paz, con los que podamos construir caminos  de reconciliación. Oremos
     Por quienes gobiernan las naciones, especialmente por los de nuestro país, para que Cristo, Rey del Universo, les conceda al poder de ejercer el dominio en beneficio de todos, especialmente de los más necesitados. Oremos.
     Por los que sufren, especialmente por los que han perdido todo a causa de las guerras, para que un reino nuevo comience a florecer y les traiga progreso y prosperidad. Oremos.
     Por nosotros, para que dirijamos nuestra mirada hacia el fin de los tiempos y nos preparemos con esperanza y fe para llegar un día a gozar de la patria futura. Oremos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Con alegría presentemos hoy los dones de Pan y Vino, para que Cristo, Rey del Universo, los transforme en su cuerpo y su sangre, que nos dará vida eterna.

COMUNIÓN
Al acercarnos  comulgar recordemos las palabras de Jesús: “Vengan benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino”. Su Cuerpo es ya un anticipo de esta invitación.
Nos acercamos a comulgar cantando

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:
Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado,
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.

DESPEDIDA

Con la alegría de haber participado de esta gran solemnidad y dispuestos a permitirle a Jesús que sea realmente el Rey de nuestra vida, nos retiramos a nuestros hogares, cantando….