Novena en Honor a la Virgen del Huerto a la luz de su Historia

Primer día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Primer Día: María, la llena de alegría, de gracia y de misericordia

Evangelio de san Lucas:

Alégrate María, la llena de gracia;… Mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios mi salva¬dor”.

Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 


 La gracia es la simpatía que Dios tiene con nosotros. La Virgen es proclamada la más alegre y simpática entre las mujeres. Por ser la llena de gracia, está rebosante de Dios, es la fuente de nuestra alegría, de nuestra esperanza, en los momentos de soledad, de depresión, de enfermedad o de dolor. Por ello cuando pareciera que la oscuridad nos encierra, miremos su rostro e invoquemos su corazón misericordioso, tal como lo hizo Turquina, una señora de la zona de Rupinaro, llamada María, de la familia de los 'Guercio', que invocó su protección para verse liberada, ella y su familia, de una pestilencia, que azotaba la zona, entre fines de 1400 e inicios del 1500.  Como signo de reconocimiento por haber sido preservada del cólera, y para ayudar a otros a confiar en la Virgen Ma¬ría, hizo pintar sobre el muro de un huerto, para público recuerdo, una imagen de María. El pintor local encargado de realizar la obra fue Benedetto Borzzone. Esta imagen, que permaneció abandonada por más de cien años, fue puesta en evidencia por una aparición de María Santísima del Huerto, la mañana del 2 de julio de 1610, a un joven de Rupinaro, Sebastián Descalzo, que iba a su trabajo, mientras rezaba. 

Oración:

Madre del Huerto, ya que Dios te ha llenado de alegría y simpatía, te pedimos que nos hagas partícipes de tu gozo y de tu gracia; que nos hagas amables con los demás, que cuando la tristeza y el fracaso nos invaden, tu mirada mire a nuestro corazón y nos lo llene de fortaleza y esperanza, hasta que lleguemos a verte en el cielo, junto a tu Hijo Jesús, a quien tanto amamos.

Amén

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros. 

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén




Segundo día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Segundo Día: “María, la Servidora del Señor y la visita a su prima Isabel”

Leemos del Evangelio de san Lucas:

“He aquí la servidora del Señor que se haga en mi según tu palabra… Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros Y María partió sin demora o un pueblo de la montarlo de Judá.  Entró en la casa de Zacarías y saludo a Isabel”

Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 


Las palabras de la Virgen fueron decisivas de la historia de la humani¬dad. Este sí de María al querer de Dios, lo culminaría ella visitando a Isabel, su prima necesitaba de su ayuda. Con esta disponibilidad al servicio de Dios y a nosotros, Ella ofrece su corazón a quienes están sedientos y necesitados de cariño y de consuelo, como lo demostró en 1609, en la Ciudad de Chiávari.

Una mujer piadosa, llamada Jerónima Turrio, mientras se dirigía a su trabajo, se acercó a la imagen, que estaba pintada sobre el muro, para contemplarla y rezar por su familia. El lugar donde estaba pintado el cuadro, había sufrido los efectos del olvido y del abandono. Y ella decidió hacer limpiar el lugar y colocar una lámpara ante la imagen.  Días más tarde, Jerónima, tuvo una visión y reconoció que la imagen de María y del Niño que vio en esa aparición era como la que estaba pintada sobre el muro del huerto. Al amanecer fue a visitar la ermita, para confrontar su sueño con la imagen del muro. Tiempo después al enterarse que su hijo estaba enfermo, volvió al lugar de la pintura de la Virgen  del Huerto, para pedir su curación. Habiendo obtenido la gracia, prometió divulgar su devoción y llevó a otras personas a rezar y pedir favores.

Oración: 

Querida Madre del Huerto, ya que tu vida fue de entrega total a Dios, a su Palabra y a los demás, como lo demostraste visitando a tu prima Isabel, te pedimos que nos ayudes a tener nuestro corazón abierto a quienes tienen penas en el alma, y nuestras manos extendidas para quienes necesitan de nuestra ayuda.

Amén 

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Tercer día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Tercer Día: “María, la Servidora del Señor y la visita a su prima Isabel”

Santa María Madre de Dios

Evangelio de san Lucas:

Los magos cuando vieron lo estrello se llenaron de alegría. Y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre. … María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. 


Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 


Cuando pensamos en la Virgen con el niño Jesús en sus brazos, también debemos imagínanos nosotros en los brazos de la Virgen. ¡Qué paz y qué alegría sentimos al acercar nuestro corazón al de la Madre para sentir sus latidos maternales de amparo y protección! María es una Madre siempre pronta a venir en socorro de sus hijos necesitados. Esto lo tenemos confirmado en la historia de la Virgen del Huerto. Esa imagen - que permaneció abandonada por más de cien años – y que fue puesta en evidencia por una aparición, la mañana del 2 de julio de 1610. 

El hecho le ocurre a la mañana temprano a un joven - Sebastián Descalzo de Rupinaro - que iba a su trabajo rezando. Mientras iba pasando cerca del muro del huerto del Capitán, vio una majestuosa figura de mujer vestida de celeste que se dirigía hacia donde estaba la imagen, se detuvo un instante, y desapareció como absorbida por ella. En la aparición figuraba solamente la Virgen María, sin el Niño. Confirmada la aparición del 2 de julio de 1610 por los numerosos milagros que desde entonces se produjeron, se pone manos a la obra para la erección del gran santuario que llegó a su culminación en el año 1633. 

El 8 de septiembre de 1634, la milagrosa Imagen fue entronizada después de una solemne procesión, sobre el trono del altar del nuevo templo.

Oración:

Querida María del Huerto que eres tanto la madre de Jesús a quien amamos, como nuestra, te pedimos con todos los cristia¬nos de todos los tiempos: Santa María, Madre de Dios ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

Amén 

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Cuarto día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Cuarto Día: María, la que se hizo toda para todos.

Evangelio de san Lucas:

En adelante me llamarán Feliz todas las generaciones porque el Todopoderosos ha hecho cosas grandes en mí. Su nombre es santo y su misericordia se extiende de generación en generación. 


Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 

La Virgen no sólo guardaba en su memoria sino en el corazón lo que Jesús hacía y decía desde su niñez hasta su edad adulta. La Virgen tenía el corazón lleno de gracia y alegría, su corazón rebalsaba de evangelio. Por ello pudo cantar: “mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador”. La devoción a la Virgen del Huerto, tuvo un apóstol apasionado: San Antonio María Gianelli que fue llamado el glorificador de Nuestra Señora del Huerto. Celebró sus glorias con su elocuencia: sobre todo contribuyó a su culto con la santidad de su vida y con el celo de sus obras. 

El nombre de Gianelli está íntimamente unido a la historia del culto de Nuestra Señora del Huerto y a su difusión en el mundo, a través de la fundación de la Congregación de las Hermanas del Huerto. 

Estudiando la Vida y los escritos de Gianelli, se puede decir que la devoción a María Santísima siempre encendida en él, había encontrado la expresión más ferviente y más perfecta en el culto filial a Nuestra Señora del Huerto. En los momentos más difíciles de la vida de su pueblo, Gianelli supo hacer de esta devoción el punto de apoyo de su obra, de pastor y de padre. Hecho todo para todos, cantó las glorias de María del Huerto, con palabras inspiradas y con amor de hijo.

Oración: 

Querida Madre del Huerto,  llena nuestro corazón del amor y del conocimiento de tu Hijo Jesús, y que, como San Antonio Gianelli y como todos nuestros santos patronos, lo conozcamos y hagamos conocer, que lo ame¬mos y lo hagamos amar, que lo sirvamos y lo hagamos servir, que lo alabemos y lo hagamos alabar por todas las criaturas.

Amén. 

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Quinto día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Quinto Día: María, mujer creyente

Evangelio de Lucas:

“Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado por parte del Señor”


Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 

Sin la fe es imposible agradar a Dios y la fe es la raíz de nuestra justificación. A. Gianelli dice al pueblo de Chiávari; “…les hablaré como a personas que creen, pero que deben perfeccionar la fe y hacerla crecer.  

(…) en este tiempo en que todos hablan de religión y de fe, (…) Es necesario decir ¡cuán importante es custodiar la fe en su integridad y pureza!; el peligro de contaminarla se convierte en un riesgo para perderla. Es necesario ser fieles a la Iglesia Católica, que en las cosas de la fe es nuestra Madre y Maestra.

La fe de ustedes ¿es pura, viva, sincera, operativa? ¿Son de aquellos de los que la Escritura dice: “mi justo vive de la fe”? ¿Qué les dice su corazón?   Esta es la fe que María pide. Una fe que guie cada una de nuestras acciones y cada uno de nuestras pensamientos; una fe que en nosotros sea evidente, de manera que los demás puedan decir: así se vive la fe! 

Pensemos: Si la mujer que hizo pintar la imagen de María del Huerto, no hubiese tenido esa fe viva, que la llevó a considerar a María, como aquella que podía liberarla de la peste, por lo que la hizo pintar, teniendo en su mano, la mano bendiciente del Hijo y lo guía a proteger a los que recurren a ella, ¿tendríamos este tesoro de fe y de arte?

Si no la hubiese honrado aquella otra mujer y hubiese dejado destruir la pintura del muro de aquel huerto, ¿la tendríamos hoy nosotros?

Si el Descalzo no hubiese creído en la visión y no lo hubiera publicado y predicado,     ¿sabríamos nosotros del amor de esta Madre? Felices ustedes que tuvieron fe…

Tenemos un deber de gratitud por los bienes recibidos…  Tenemos la posibilidad de pedir nuevas ayudas de las que podemos tener necesidad. Por esto digamos con el corazón esta 

Oración:

“María, Tú que eres nuestra Madre, Tú que nos nutres y nos haces crecer, dándonos los frutos de tu Huerto y haciéndonos beber de la fuente de tu gracia, haz que esta devoción nos haga merecedores del paraíso,  del cielo, para estar contigo para  siempre”

Amén

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

Sexto día de la Novena a la Virgen del Huerto

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Sexto Día: "Ea, pues, Señora y Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos” 

De la liturgia: 

Hay una plegaria o antífona en la liturgia mariana que es un grito desgarrador en la noche de la orfandad. Millares y millones de labios la han rezado y la han cantado, y aún la han de re- zar y cantar. En verdad, para identificarse con tantos "hijos de Eva", esta plegaria algo de divino y humano debe esconder. En ella, invocamos a María como "Reina y Ma¬dre de Misericordia". 

A María sólo le interesa un atributo: su grandeza y su debilidad es la misericordia. Porque ella es, al mismo tiempo, Reina de Miseri¬cordia y Madre de Misericordia. A María le gusta más ser Madre de misericordia. Es muy sencillo justificarlo: Jesucristo, como imagen perfecta del Padre es la misericordia en persona; María es la Madre de Jesucristo, lue¬go María es Madre de Misericordia. 

"Ea, pues, Abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, cumple con tu oficio, ejercita tu misericordia... Nuestra Señora tiene de tal manera vueltos los ojos a los pecadores, que los mira constantemente dondequiera se encuentren y de todos se compadece y se preocupa. Antonio Gianelli anima siempre a sus parroquianos a confiar en la Reina y Madre de misericordia. En una oportunidad les dice:

 “Creamos y confiémonos a la Divina Misericordia y a aquélla que es Madre y Reina de misericordia"  “La real autoridad de María, en el reino de las divinas misericordias, extiende a todos sus cuidados y nadie se ve privado de los benéficos influjos de su maternal providencia. … está sentada en el cielo como Madre de Misericordia… Dichosos nosotros que gozamos de su predilección”.  "María es una tierna y amorosísima Madre… Ella busca y quiere siempre nuestro bien…"   "Ella es una Madre que tiene un tierno corazón y una suma piedad y sumo poder porque puede cuanto quiere ante Dios. Él puso todas las gracias en sus manos".

Oración:

María, vida, dulzura y esperanza nuestra:

Tu bondad es tan grande que eres llamada Refugio de pecadores y Dios 

nada podrá negarte. Madre nuestra, intercede por nosotros.

Amén. 

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén


Séptimo día  de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Séptimo Día: Madre nuestra muéstranos tus ojos misericordiosos

Evangelio de San Lucas:

“Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque el que es poderoso ha hecho cosas grandes en mí… y su misericordia se extiende generación en generación”


Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 


En la Salve, encontramos una invocación her¬mosa: "… vuelve a no¬sotros, muéstranos esos tus ojos misericordiosos!".  ‘¿Cómo son los ojos de la Virgen?'.  Son “misericordiosos”, porque son ojos de madre, como son los ojos de todas las madres, pero en grado preeminente. Son ojos siempre abiertos, siempre atentos a nuestras necesidades: en las Bodas de Caná, vio lo que nadie veía.  

Ojos de María!: dos lagos de misericordia, para iluminar todas las tinieblas y curar todas las heri¬das. Tú que nos ves, María. Tú que nos conoces bien, dinos: ¿Cómo son nuestros ojos? ¿Son como los tuyos? ¿Se parecen a los de Dios? ¿Tenemos ojos de misericordia como tu Hijo Jesús nos reco¬mendó: ‘Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso’? 

S. Antonio Gianelli, según sus biógrafos, era un enamorado de María. Por eso, lleno de confianza en su intercesión, anima al pueblo a acudir a ella diciendo:

"No se acude en vano a la Madre de la Piedad y no usa con no¬sotros piedad, sin que al mismo tiempo, nos haga sentir su socor¬ro. No debemos maravillarnos de ello porque María, que es nuestra Madre y que por lo mismo ejerce con nosotros su miseri¬cordia, es al mismo tiempo Madre de Dios, por lo que puede ayudarnos con su socorro." 

Oración:

Santa María de los ojos misericordiosos, danos tus mismos ojos para ver, 

sentir y ser siempre misericordiosos al estilo de Dios"

Amén

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Octavo día de la Novena a la Virgen del Huerto

Por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Octavo Día: María, muéstranos tus oídos misericordiosos

Evangelio de Lucas: 

“Su Madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón…”


Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 

María estuvo atenta, vigilante, para escuchar el men¬saje del Señor. Oído fino el de María como el de ningún músico para captar las melodías que provenían del infinito, de Dios. 

Pero también oído de diapasón, para oír los gemidos doloridos de sus hijos. Cuántas veces volvemos a casa con la sensación de que no hemos sida escuchados! Pero nuestro diálogo con la misericordiosa María jamás cae en el vacío. No bien sale de los labios, del corazón herido, la petición del cautivo, ya ella la escucha. Ella escucha todo balbuceo; los gemidos del pobre y del desvalido tienen en sus oídos una repercusión particular. Su misericordia tiene eco particular para ellos. No solamente los oye, sino que, además, los escucha "misericordiosamente" con gran cariño. Como la mamá que presta especial atención al hijo disminuido. 

Por eso, a María le han contado y ha oído con preocupación que algo no marcha bien en la Tierra: hay angustias, hay miedos, hay desorientación, y ella misma ha querido verificarlo personalmente apareciendo en Chiávari, en Lourdes, en Fátima, en San Nicolás y tantos otros lugares de la tierra. Y al contemplarla benigna y misericordiosa, el clamor de millones ha resonado en sus piadosos oídos. Oídos de madre que siempre escuchan. "María se hizo toda para todos y a todos abre el seno de su misericordia para que todos reciban de su plenitud”. 

S.A. Gianelli, convencido de la protección de María, ayuda a sus parroquianos a acudir a ella en sus aflicciones y necesidades: "La piedad y la misericordia que nos brinda María la vemos en el cuidado amoroso con que Ella nos cuida y en la protección amorosa que nos brinda. La piedad de María corredentora del género humano, según la idea de la divina misericordia, no puede menos que extenderse a todos los seres humanos y extender a todos y todas sus maternales cuidados y su piedad y socorro".

Oración:

Madre del amor hermoso: Virgen clemente. Hoy acudimos a Ti porque hemos puesto nuestra esperanza en tu amor de Reina y Madre de misericordia. Queremos crecer en la fe haciendo la Voluntad de Dios.

Amén. 

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén



Noveno día de la Novena a la Virgen del Huerto

por la señal de la Santa Cruz… 

Oración Inicial

Bendita seas, Madre del Huerto,

por haber manifestado tu esplendor y belleza

en el muro de un Huerto de Chiávari,

desde donde dispensas tus favores, tanto espirituales como materiales.  

Acudimos a ti, con la más ilimitada confianza, para implorar tu maternal intercesión.

Ayúdanos a que nuestra petición nos sea concedida... (formular la petición)

Madre del Huerto que tuviste tanta influencia con tu Hijo, ruega e intercede por nosotros para obtener las gracias que pedimos, si esa es la voluntad de Dios.

Amén.

Noveno Día: María, muéstranos tu amor misericordioso

Evangelio de Juan 

“Jesús al ver a su madre y junto a Ella el discípulo a quien tanto amaba, dijo a su madre: Mujer ahí tienes tu hijo. Después dijo al Discípulo: ahí tienes a tu Madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa”

Reflexión a la luz de la Historia de la Virgen 


El corazón de María es sencillamente un corazón de madre. Con eso está dicho todo o casi todo. Porque a una Madre especial, le corresponde un corazón especial 

Si pudiéramos reunir en un océano la ternura, la bondad, la compasión y la misericordia del corazón de todas las madres que han existido, existen y existirán, no igualaría el océano sin fondo que es el Corazón de María. En ella, se concentra la misericordia de todas las madres. El Corazón de María fue hecho a la medida de Dios. Para María no hay situaciones límite, ni casos desesperados, ni personas insalvables o irrecuperables. Quizás, el momento en que María más derrochó misericordia fue el día de la Pasión. Allí estaba ella de pie, con el valor íntegro, ofreciendo generosamente, el sacrificio de su Hijo. Ese día la misericordia del Hijo y de la Madre se confundieron en un mismo sacrificio: "Ahí tienes a tu hijo; ahí tienes a tu Madre", las entrañas de María, como un mar sin riberas, desbordaron en y de misericordia. 

Finalmente, el día de Pentecostés, rodeada de la primera Iglesia, el Espíritu Santo rebalsó de misericordia en el corazón de María y, desde entonces, no ha cesado, ni cesará jamás, de derramarla sobre los hijos de la Iglesia. 

S.A. Gianelli proclamaba que: María ‘está demasiado modelada sobre el Corazón de Dios, ella es la imagen verdadera de la divina bondad. Ella quiere, sin la imponencia de la majestad, sin lo terrible de la justicia. Es toda bondad, toda amor, ella es toda suavidad, y no conoce rudeza, es una Madre amasada de misericordia, y es suficiente ser miserables para ser por ella socorridos, salvados, liberados; salvados también en el cuerpo, pero más en el espíritu”. 

Oración:

Madre de la ternura: recibe en esté día nuestra alabanza y gratitud por todas las veces que escuchas nuestras oraciones. Tú eres guía, fortaleza y apoyo nuestro.  En ti ponemos toda nuestra confianza.

Amen  

Oración final: Acordaos 

Acuérdate, Oh piadosísima Virgen María y dulcísima Madre,

María Santísima del Huerto, que jamás se oyó decir que ninguno

de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección

y reclamando tu auxilio, haya quedado sin consuelo.

Animado con esta confianza, a Vos también acudo,

Oh María Santísima del Huerto, y gimiendo bajo el peso de mis pecados,

me postro humildemente en presencia de tu imagen,

por cuyo medio tanto deseas favorecernos.

No desprecies mis súplicas, Oh Madre mía, antes bien escúchalas

y acógelas favorablemente. Amén

Letanías

Nuestra Señora del Huerto, ruega por nosotros. 

San Antonio Gianelli, ruega por nosotros.

Beata María Crescencia, ruega por nosotros. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén