PENSAMIENTOS 15 º SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

15 º SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO


Lunes, 16 de julio    NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN

 

Texto del Evangelio (Mt 12,46-50): “ … todo el que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

 

Hoy recordamos a la Virgen bajo la popular advocación del Carmen. La Sagrada Escritura celebra la belleza de la montaña del Carmelo donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe. En el fragmento evangélico de esta jornada, Jesús —el Señor— elogia indirectamente la pureza de la fe de su Madre Santísima la cual, de manera perfecta, cumplió la voluntad del Padre del cielo (cf. Mt 12,50), tanto que Ella ha llegado a ser para todas las generaciones de discípulos el modelo más perfecto de cómo escuchar y vivir fructuosamente la Palabra divina.

Esta Palabra no puede permanecer escondida, sino que ha de resplandecer e iluminar a todo el mundo. Por esto, los cristianos hemos de ser una suerte de “portalámparas” del Evangelio a través del cumplimiento fiel y asiduo de la voluntad del Padre celestial, tal como diariamente nos lo enseña a hacer nuestra Madre Santísima, quien, de modo semejante a nosotros, también tuvo que «peregrinar por los caminos de la fe» (Concilio Vaticano II).

A propósito de la fe de María y de su docilidad en el cumplimiento de la voluntad del Padre, el beato Pablo VI, en una alocución de mayo de 1967, manifestó que María «tenía la fe que suponía no la evidencia directa del conocimiento, sino la aceptación de la verdad por la Palabra de Dios que la revela». En el Reino de Dios, que Jesús ha inaugurado, el motivo de gloria o de pertenencia, no se ha de poner en el parentesco según la sangre, ya que se trata de un reino espiritual donde las relaciones de parentesco con Jesús se forjan a partir de la obediencia a su Palabra, lo cual ha de conducirnos a amar y servir a los hermanos.

¡Que Ella, María, nos confirme en nuestra vocación cristiana y nos aumente el gusto para saborear las cosas espirituales y, que bajo su guía y protección, podamos ascender a las cimas más elevadas de la montaña que es Cristo, su Hijo!

 

Martes, 17 de julio

Mateo 11,20-24    Hoy en el Evangelio nos encontramos con una queja de Jesús, que recrimina su incredulidad a dos ciudades, donde había realizado  muchos milagros “¡Ay de ti, Corazaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se abrían convertido”.

 

Estas palabras son una invitación a la conversión. Dios le hablaba a estas ciudades a través de los milagros y los signos de Jesús, pero estas ciudades o las personas que vivían en estos lugares, no pudieron descubrir el significado de estos milagros; se quedaron en lo espectacular.  También a nosotros el Señor nos habla a través de lo que nos pasa. Todo lo que nos va pasando en la vida, en nuestros entornos, en nuestros contextos, son palabras que Dios nos dice, son signos que Dios nos da para acercarnos a Él.  En ese sentido, la fe es un modo de comprender la vida. La fe es un modo de mirar los acontecimientos de una forma nueva, para que nos acerquen al Señor.  Hoy podemos preguntarnos si frente a todo lo que hemos recibido del Señor, reaccionamos con una verdadera conversión.

Haz, Señor, que esta queja tuya, sea para nosotros una invitación, una fuerte motivación para acercarnos cada día más a ti y para no perder la oportunidad de leer, de descubrir en todo lo que nos pasa en la vida,  tu  mano cariñosa que nos guia.

 

Miércoles 18 de julio

Mateo 11,25-27 "Te doy gracias, Padre porque ocultaste estas cosas a los sabios y prudentes … y las revelaste a los pequeños"

 

Jesús abre su corazón y de lo más íntimo le brota el gozo y la alabanza. Alaba al Padre, no por su poder o por la grandiosidad de la naturaleza, sino porque se manifiesta a las personas sencillas de su pueblo, Jesús se alegra contemplando como los pequeños reciben la buena noticia  y captan el amor de Dios.  En su corazón tienen un lugar especial, los simples, los despreciado, pero que albergan, sin erudición, un tesoro divino de sabiduría. Jesús se goza porque es su Padre amado el que muestra a los sencillos las cosas que permanecen ocultas para los sabios del mundo. Él tiene una relación única con el Padre, sólo Él lo conoce íntimamente. Por eso sólo Él nos puede revelar al Padre, para que nosotros podamos gozar conociendo su verdadero rostro.

Ayúdanos, Señor, para que nos liberemos de nuestra autosuficiencia, para que podamos recibir la verdadera sabiduría y confiar siempre en tu amor y en tu poder.

 

Jueves, 19 de julio

Mateo 11,28-30  "Vengan  a mí todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré" .

 

Jesús nos invita a todos con ternura y compasión. Pero su invitación se dirige, sobre todo, a los cansados y agobiados, a los que ya no saben qué hacer con el peso de sus vidas, a los que no pueden encontrarle el sabor a la existencia… y Jesús ofrece descanso, ofrece alivio al agobiado. Pero nos indica dos caminos: uno es el de tomar con Él, el peso y compartirlo con Él, descubriendo la presencia de su amor, en medio de nuestros cansancios. El otro camino es el de contemplarlo a Él cargando su cruz sin lamentarse, ofreciendo su vida hasta el fin.

Dejémonos invadir por la paz de la acogida incondicional de Jesús. Él es maestro, pero no domina. Es amigo y compañero. No nos abandona en las crisis. En su corazón hay sitio para todos. Hay amor para todos.

Jesús, dame la gracia de unirme a ti en el dolor y en el cansancio; concédeme  la gracia de buscar alivio en tu presencia, sintiendo como mis angustias se unen a tu pasión.

 

Viernes, 20 de julio

Mateo 12,1-8 “Quiero misericordia y no sacrificio”

 

En los  Evangelios leemos que las leyes están al servicio del bien del hombre, y si no cumplen esa función pierden su sentido: “El sábado, dice Jesús- está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado”. Y Jesús, en este caso,  acude a la Palabra de Dios para defender a sus discípulos. De hecho los sacerdotes ofrecen sacrificios el día sábado y no quebrantan el descanso sagrado. Jesús nos muestra hoy que ninguna norma es absoluta. En realidad lo único absoluto es Jesús: yo soy el camino, la verdad y la vida… nos decía el Señor.  La única ley absoluta es la del amor, enseñada y vivida por Jesús. Por ello a los que criticaban a los discípulos por haber arrancando unas espigas para saciar su hambre, Jesús les recuerda un mandato bíblico más importante, que ellos no estaban cumpliendo: “Quiero misericordia y no sacrificios”. Dios es un icono siempre abierto por donde se asoma la misericordia. Al encuentro de toda debilidad sale la misericordia entrañable de nuestro Dios.  Dediquemos  hoy algo de nuestro tiempo para contemplar el Corazón abierto de Dios y aprenderemos los caminos de la misericordia.

 

Sábado 21 de julio

Mateo 12,14-21"Al enterarse de lo que los fariseos tramaban contra Él, se retiró de allí. Muchos lo siguieron y Él los curó a todos…"

 

 En este relato de Mateo, Jesús aparece haciendo el bien, pero evitando aparentar. Jesús se retira, abandona las ciudades del lago y se oculta. Escapa del poder y de la gloria mundana. Sólo se ocupa de hacer el bien. Jesús es un servidor manso y generoso a quien Dios mira deleitándose, mientras otros buscan destruirlo y los fariseos traman su sacrificio. Quieren matar la esperanza. El Padre se posiciona y nos señala a Jesús como fuente de vida, de esperanza y de futuro. Mirémoslo: no actúa con las armas ni con la fuerza, sino con suavidad y mansedumbre. Si queremos imitar a Jesús, recibamos este llamado a la humildad, a la sencillez, a la paciencia, aceptando también con serenidad las persecuciones que nos toque sufrir.

 

Domingo 22 de julio    (16º durante el año)

Marcos 6,30-34: “…Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”.

 

Marcos relata que los apóstoles volvieron para reunirse con Jesús, porque saben que recibieron de Él su misión, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Jesús se da cuenta que lo que más necesitan en ese momento es un poco de descanso junto a Él, para reponer fuerzas y revisar su actuación. Ese es el plan que les propone. Solo que las necesidades de los pobres, son más urgentes que el descanso de los misioneros.

La actitud de Jesús con la muchedumbre de la que se compadece y con la que se queda largo rato, debería inspirar en nosotros el aprender a postergar muchas de nuestras ansiedades para socorrer necesidades ajenas, a la manera de Jesús.