LECTIO DIVINA XVI T.O Ciclo B 22 de agosto

domingo XVI t.O. Ciclo B          22   de agosto

EL SEÑOR ES MI PASTOR

Conoce mi corazón y mis entrañas,

mis proyectos e ilusiones,

me guía por caminos de justicia,

me enseña los tesoros de la vida


y silba canciones de alegría,


por el amor de su nombre.

Aunque pase por cañadas oscuras

no tengo miedo a nada, pues él está junto a mí

protegiéndome de ideologías y huecas promesas,

de trampas y enemigos,

  Su vara y su cayado me dan seguridad, porque  El Señor es mi pastor.


ORACIÓN INICIAL

Ven, Señor, en nuestra ayuda 

para ser consuelo y fortaleza

de los que te necesitan.

Actúa y manifiéstate en nosotros.

Suscita personas llenas de ti

para que actúen en tu nombre.

Ven, Señor, ven y ten compasión de nosotros.

Hoy te necesitamos más que entonces.


o bien


INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO:

Ven Espíritu Santo,

Ven a nuestra vida, a nuestros corazones,

a nuestras conciencias.

Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad

para entender lo que el Padre quiere decirnos

a través de su Hijo Jesús, el Cristo.

Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida

y se haga vida en nosotros.  Amén

TEXTO BÍBLICO: Marcos 6, 30-34

Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dice: Vengan ustedes solos, a un paraje despoblado, a descansar un rato. Porque los que iban y venían eran tantos, que no les quedaba tiempo ni para comer. Así que se fueron solos en barca a un paraje despoblado. 6,33: Pero muchos los vieron marcharse y se dieron cuenta. De todos los poblados fueron corriendo a pie hasta allá y se les adelantaron. Al desembarcar, vio un gran gentío y sintió lástima, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas.


LECTURA ¿Qué dice el texto


 “Vengan ustedes solos, a un paraje despoblado, a descansar un rato”. Jesús marca en sus palabras la necesidad que tuvo de conceder el descanso a sus discípulos. Jesús es el Buen Pastor, que se ocupa de sus ovejas. Las palabras del Salmo 22, nos ayudan a ambientarnos en el pasaje del evangelio de hoy, y a sondear la invitación de Jesús a sus discípulos; “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas”.

“Porque los que iban y venían eran tantos, que no les quedaba tiempo ni para comer”. Los discípulos en su tarea apostólica están necesitados de un sano equilibrio entre el arrebato de las cosas cotidianas, y la necesidad de descansar junto al Señor. Descansar para recobrar las fuerzas perdidas, y así llevar adelante la misión una vez más.

“Se fueron en la Barca, pero muchos los vieron marcharse y fueron corriendo a pie hasta allá”. La muchedumbre corre al encuentro del Señor, quiere estar cerca de él, verlo, y escuchar sus palabras. Es interesante resaltar lo que ocurre con Jesús al descender de la barca; “ve y se conmueve”. Estos rasgos de Jesús, están impregnados de un gran ardor apostólico, y misionero. Jesús ve la realidad que lo rodea sin ser indiferente a ella. Pero no se queda ahí, sino que pasa por su corazón todo lo que ve, conmoviéndose. Esta es la misericordia de Jesús.

En este caso Jesús ve a la multitud, y se conmueve porque estaban como oveja sin pastor. Es una imagen muy apropiada para explicar la soledad de una multitud que no llega a ser propiamente una comunidad. Cuando una oveja está sin pastor, difícilmente encuentra el camino correcto para regresar, y se expone a muchos peligros que la acechan; ladrones, fieras, falta de alimento.

“Y se puso a enseñarles muchas cosas”. Jesús no solo ve y se conmueve, sino que responde, se pone inmediatamente en acción. Ante una muchedumbre hambrienta, desordenada, y sin rumbo, ahora encuentran en Jesús, su buen pastor que los congrega y los hace comunidad.


RECONSTRUIMOS EL TEXTO:

¿Qué hacen los Apóstoles al reunirse con Jesús?

¿A dónde los invita a ir el Señor? ¿Para qué?

¿Por qué dice la Palabra que no tenían tiempo ni para comer?

¿A dónde se dirigen entonces? ¿En qué medio lo hacen?

¿Qué ocurre con la multitud, al momento de la partida de Jesús y sus discípulos?

¿Qué le ocurre a Jesús al desembarcar, y encontrarse con la multitud?

¿Con que compara Jesús a la multitud? ¿Qué hace Jesús con ellos?


MEDITACIÓN ¿Qué me dice el Señor en el texto?

Meditamos con el Papa Francisco:

“El Evangelio de hoy nos dice que los Apóstoles, tras la experiencia de la misión, regresaron contentos pero también cansados. Y Jesús, lleno de comprensión, quiso darles un poco de alivio; y es así que los lleva a un lugar desierto, a un sitio apartado para que descansaran un poco. 

«Muchos los vieron marcharse y los reconocieron… y se les adelantaron». El evangelista nos ofrece una imagen de Jesús de especial intensidad, «fotografiando», por decirlo así, sus ojos y captando los sentimientos de su corazón, y dice así el evangelista: «Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas que no tienen pastor; y se puso a enseñarles muchas cosas». 

Retomemos los tres verbos de este fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los verbos del Pastor. El primero y el segundo, ver y tener compasión, están siempre asociados con la actitud de Jesús: su mirada, en efecto, no es la mirada de un sociólogo o de un reportero gráfico, porque Él mira siempre con «los ojos del corazón». 

Ver y tener compasión, configuran a Jesús como buen Pastor. Su compasión, no es solamente un sentimiento humano, sino que es la conmoción del Mesías en quien se hizo carne la ternura de Dios. Y de esta compasión nace el deseo de Jesús de alimentar a la multitud con el pan de su Palabra, es decir enseñar la Palabra de Dios a la gente. Jesús ve, Jesús tiene compasión, Jesús nos enseña. ¡Es hermoso esto! 

El odio, la envidia, la soberbia ensucian la vida. Vigilemos los sentimientos, nuestro corazón, porque ahí es de donde salen las intenciones buenas y malas: las que construyen y las que destruyen. No debemos tener miedo de la bondad, más aún, ni siquiera de la ternura. (Papa Francisco)


ORACIÓN ¿Qué le respondo al Señor que me habla en el texto?

Mi Señor quiero seguirte, Sé que debo detenerme e ir al silencio, a donde esté solo, donde solo Tú y yo podamos hablar, decirte todo lo que siento, escucharte y nutrirme de ti, de tu amor. Quiero seguir tu ejemplo, atender y enseñar al que lo necesita, y también aprender de ti y de todo aquel que me enseñe. Gracias por todo lo que me das, gracias porque estás conmigo en mis insignificancias y pequeñez, en mis fracasos y en mis logros. No me abandones nunca, porque te necesito en todo momento.


CONTEMPLACIÓN  ¿Cómo reflejo en mi vida lo que me dice Dios en el texto?

Jesús nos invita al retiro, al desierto, al silencio, al lugar donde estemos lejos de todas las cosas de este mundo que nos distraen. Es tanto el correr, que nos olvidamos de nosotros mismos y sobre todo del encuentro con Dios.


¿Cuánto tiempo te tomas para estar con Dios?

¿Te das cuenta que es necesario tener tiempo para encontrarte con Dios y esto facilita tu encuentro con tu familia, contigo mismo?

No sólo hay que crecer intelectualmente, socialmente, como familia, como persona… también es importante crecer espiritualmente,

¿Sigues el ejemplo y la humildad del Maestro que enseñó y ayudó al que necesitaba crecer en cualquier aspecto de la vida?,

¿te interesas por dejar que Jesús te enseñe a través de su Palabra, de su mensaje diario? ¿Enseñas y das gracias por lo que Dios te concede cada día?

Jesús reveló la increíble compasión y providencia de Dios. Jesús nos enseñó las cualidades que el discípulo debe poseer.

Céntrate en la actitud de Jesús con la muchedumbre de la que se compadece. Tenemos que aprender a postergar muchas de nuestras ansiedades para socorrer la necesidad ajena.

Cuando ves a alguien necesitado,  ¿sales de tu “comodidad” para ayudarle?

El amor de Jesucristo no conoce el ensimismamiento en los propios problemas o dificultades. Él nos enseña a salir del círculo estrecho de mi “yo y mis circunstancias”, sean éstas felices o penosas.

Cuando más queramos encerrarnos en nosotros mismos, levantemos la mirada del corazón y veamos a Cristo en la barca, predicando sin descanso a sus hermanos, los hombres. Imitemos su ejemplo y extendamos su Reino con generosidad. (Papa Francisco)


      ACCIÓN  ¿A  que me/nos compromete la Palabra de este domingo?

 Toma la decisión de dedicar tiempo para estar a solas y encontrarte con Dios con frecuencia. Solo Él nutre y trae paz a nuestras vidas.

 Jesús te invita a compadecerte, solidarizarte, enseñar y acompañar a quienes necesitan guía, ayuda, consuelo y paz.

 Pide a Jesús mirar las necesidades de los demás antes que las tuyas, que te ayude a entender que sólo el contacto con su Palabra, en la oración, en la Eucaristía, logrará cambiar tu corazón.

 Sé agradecido con Dios y con las personas que han contribuido y te han ayudado a que conozcas y esté vivo en ti el mensaje de Jesús, su Palabra.