GUION DE MISA - SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

Queridos hermanos, bienvenidos a la solemnidad de Pentecostés, que nos hará testi-gos, al igual que al grupo de los Apóstoles, de la venida del Espíritu Santo.

Los cristianos celebramos hoy, después de la Pascua-Resurrección de Jesús, su do-nación del Espíritu a la comunidad apostólica precisamente a los cincuenta días, no como fiesta independiente, sino como culminación de la Pascua.

Que el Espíritu Santo nos mueva hoy a iniciar con gozo esta solemne celebración, cantando juntos…

MONICIONES A LAS LECTURAS

OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS

Como culmen de la Pascua se produce el envío del Espíritu Santo en Pentecostés. Y de ello hablan las lecturas que hoy hacemos, cada una desde su perspectiva. Tanto el evangelio como el libro de los Hechos de los Apóstoles nos ofrecen su propia versión de este acontecimiento, resaltando diversos aspectos de un mismo misterio. Más allá de las diferencias, existe una coincidencia de fondo: en ambos casos se resalta que el Espíritu es el don que el Señor hace a sus discípulos para que puedan continuar su misión. Pongamos atención a la Palabra que se nos proclamará a continuación.

OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA

PRIMERA LECTURA (Hechos 2, 1-11)

La página que hoy leeremos en el libro de los Hechos de los Apóstoles, narra la veni-da del Espíritu. Escuchemos…

SEGUNDA LECTURA (1 Corintios 12, 3b-7. 12-13)

San Pablo atribuye los dones y carismas que hay en una comunidad, al único Espíritu, que es el que tiene que mantener unida a la comunidad.

SECUENCIA:

Antes de escuchar el Evangelio, unámonos desde el fondo del corazón, a esta antigua plega-ria al Espíritu Santo, pidiéndole a Él que venga a nosotros, nos renueve y acompañe.

EVANGELIO (Juan 20, 19-23)

Jesús envía a los discípulos, como él había sido enviado por el Padre, y para que puedan cumplir esta misión les da su mejor ayuda: su Espíritu. De pie cantamos el alelu-ya.

ORACIÓN DE LOS FIELES

Guía: Respondemos juntos: PADRE, CONCÉDENOS TU SANTO ESPÍRITU.

Por la Iglesia, comunidad de creyentes reunidos por el Espíritu Santo, para que el fuego del Espíritu la haga signo tangible de la presencia del Señor entre los hombres, lugar visible de su amor, instrumento eficaz de su salvación. Oremos.

Por el Papa Francisco, obispos, sacerdotes y diáconos, para que el Espíritu de fortaleza y de ciencia los haga guías iluminados y maestros auténticos de la verdad del Evangelio para el pueblo de Dios. Oremos.

Por nuestros gobernantes, para que, dejándose guiar por el Espíritu Santo, su mente y conciencia sean iluminadas y para que busquen el diálogo para solu-cionar las diferencias políticas y sociales y luchn por la unidad de nuestros pueblos. Oremos.

Por los que sufren, por los que están solos y abandonados, para que el Espíritu consolador los visite, y para que la caricia de la presencia de Dios les infunda coraje, fuerza y esperanza. Oremos.

Por los que trabajan para controlar la epidemia del Covid y por el Personal Sanitario para que el Espíritu Santo los ilumine y los sostenga y proteja. Oremos

Por nosotros, para que el soplo del Espíritu traiga novedad a nuestras vidas y nos dejemos modelar y guiar por Él. Oremos.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS


Estamos celebrando la venida del Espíritu Santo, Junto al pan y el vino, ofrezcamos a Dios los frutos que el Espíritu Santo está produciendo en nuestros corazones. Cante-mos

COMUNIÓN

Dios nunca nos ha dejado solos. Nos envió su Espíritu Santo y ahora, Cristo se hace presente en el Pan y el Vino consagrados, para ser nuestro alimento. Acerquémonos a comulgar con devoción, cantando .

COMUNIÓN ESPIRITUAL:

Al término de la distribución de la comunión.

Hermanos:

Todos aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:

Creo Señor mío que estás realmente presente

en el Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo

ardientemente recibirte dentro de mi alma;

pero, no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente,

ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si te hubiese recibido, me abrazo

y me uno todo a Ti;

Oh Señor, no permitas que me separe de Ti. Amén

DESPEDIDA

Dios ya nos ha dado su Espíritu Santo. Vayamos ahora a vivir conforme a sus inspira-ciones, dejándonos moldear por Él y contagiando con su presencia a quienes nos ro-dean. Nos despedimos cantando