CONOCIENDO ALGO DE UNA BELLA HISTORIA...
Desde el pasado, presente y futuro vivimos nuestro sueño hecho realidad para valorarlo y compartirlo en el momento oportuno, porque infinita es la MISERICORDIA DE DIOS. ¡Aleluya,Aleluya, Aleluya!...
Hacer memoria del pasado en tiempos actuales es favorable para llegar a comprender el “ardor apostólico” que animaba a las religiosasdesde un corazónamplio, decidido y generoso porextender el Reino de Dios sin límites,ni fronteras. Ir...ir para dar, sembrar...sembrar sin medida con la ilusión y esperanza de una cosecha favorable....
Se ama lo que se conoce, ya que no se puede amar lo que se desconoce.
A dos añosde haberse constituido la nueva Provincia Religiosa con Hermanas de Brasil, Paraguay , Bolivia y gran parte de la Argentina(mayo 2019), se le concede el nombrede Madre Clara Podestá, la valiente e intrépida religiosa que armó de coraje y entusiasmo al grupo de siete religiosas (a sucargo) para expresar valientemente una decisión tomada por la fuerza del Espíritu Santo y el fuego misionero de Gianelli entregado oportunamente,que siempre mantuvo su llama encendida, tanto en la prosperidad como en la adversidad.
El sacerdote Isidoro Fernández buscaba en Francia religiosas para que se hicieran cargo del Hospital Maciel de Montevideo.Ninguna respuesta favorable obtuvo. Descorazonado y afligido, decidió regresar a Génova. Allí se encontró con Monseñor Magnasco, (exalumno de Gianelli)y dialogan sobre tan dolorosa experiencia. Monseñor que amaba mucho al Instituto del Huerto le abrió un abanico de esperanza, poniéndolo en contacto con la Madre Clara Podestá ( hermana carnal de Madre Catalina, co-fundadora del Instituto).Del diálogo establecido entre el sacerdote y Madre Clara, surge un entusiasmo tan fuerte, que, al compartir con las Hermanas, arman de inmediato un viaje a Chiávari para reunirse con el Consejo Provincial...Habían llegado muy de noche, después de tocar varias veces la campanilla, sin tener ninguna respuesta, Madre Clara levanta con energía su voz para decir: Hermanas,” no es hora de dormir, vengan, abran las puertas, Dios nos llama para las misiones de América”. Esa misma noche se reúne el Consejo y sus integrantes dan una respuesta al tema propuesto...
“Irán adonde otras no puedan ir...”Cruzaréis los mares” (había escrito Gianelli) y sus palabras proféticas se hacen realidad.Hoy recordamos con gozo y gratitud aquella bellísima página de la historia, donde se puede leer en un diario amarillento: “El 23 de agosto de 1856 se alejaba del puerto de Génova el vapor Piemonte llevando religiosas hacia tierras americanas. Ellas, intrépidas y valientes se apoyaban entre sí, en las alegrías, en las dificultades y en los contratiempos. Se “arrojaron” mar adentro renunciando incluso a las familias y a la patria.Ocho hermanas, ocho personas como el número de las Bienaventuranzas, emprendieron una misión de héroes.No tardaron en aparecer numerosas dificultades, que supieron asumirlas teniendo presente el objetivo que las movió a semejante empresa: “Socorrer yaliviar a la humanidad doliente”
(Hna del Huerto Pucheta)