PENSAMIENTOS PARA NOVIEMBRE, MES DE MARÍA
De “Herencia Espiritual” (Hna. Ma.
Natividad Tarquini)
Páginas 376-387
1.
María, Madre de nuestra
vocación, debe convertirse en la compañera inseparable de nuestra existencia,
porque es Ella quien la ilumina con la luz de la fe, la esperanza y la
caridad…
2.
“ Poned toda vuestra confianza
en el Señor y en la Virgen. Acudid a Jesús, nuestra verdadera felicidad,
nuestro Padre y nuestro todo.
Acudid a María, nuestra querida esperanza
nuestra amada Madre, nuestra única
alegría, y siempre volveréis consoladas ” .
3.
El Instituto está consagrado a María y
nosotras llevamos el santo nombre de Hijas de María. Es necesario imitar a tan
buena Madre. Empeñaos en copiar en vosotras, hasta donde con la divina gracia
sea posible, todas aquellas bellísimas virtudes poseídas por ella en grado
sumo, de suerte que se pueda decir de vosotras: esa hermana es
verdaderamente una hija de María Ssma. del Huerto. Se da a conocer por tal con
su ejemplar modestia, con su caridad, con su paciencia, con su bondad.¡Cuánto
bien hace entonces!
4.
María: la primera creatura que
ha dado una respuesta plena y absolutamente perfecta a la llamada de Dios. Por
eso es ejemplo de fidelidad para todos los llamados. Su fidelidad personal
garantiza y anima y .sostiene nuestra
fidelidad.
5.
La imitación de María hay que
ponerla en relación directa con la confianza en Ella. Sólo una inmensa
confianza en la Virgen nos impetra la fuerza para seguir sus virtudes.
6.
María, primer y más sublime
imitadora de Cristo, es modelo supremo de la Hija de María. El misterio de la
vida diaria de María nos ayuda a penetrar en el de Cristo, nos lo hace más
accesible.
7.
Y María se convierte para nosotras en modelo también de
comportamiento humano: humanísima en su modo de ser y en su obrar, se alegra con quien es feliz, sufre con los que
sufren. Su compasión es operante: se pone al servicio de todos, previsora,
humilde, delicada, modes,ta y generosa;
traduce su inmensa caridad en gestos de amistad y de ayuda fraterna. Se la ve siempre afable, sonriente, accesible a
todos.
8.
La Hija de Gianelli, dice la
Madre Catalina, debe reproducir en sí también los aspectos externos de la vida
y de las virtudes de María, aspectos y
gestos que encuentran su razón de ser en la raíz profunda de la caridad.
9.
…dice la Madre Catalina, María
modelo perfecto y madre de almas consagradas atrae a la Hija de María a su
imitación para llevarla totalmente a.Cristo. Es ella quien, atrayéndonos a su
intimidad, nos sugiere, nos hace comprender qué hay en nosotros que desagrada
a su Hijo. Presentándose a nosotras como modelo y Madre de la gracia, la Virgen
no sólo nos hace ver el bien que hay que conquistar, sino que nos impetra la
gracia necesaria para llegar a él.”
10.
La Madre Catalina parte de la
devoción, de la confianza en María. Educa a la Hija de María desde su entrada
en el Noviciado a encomendarse generosamente al trabajo de la gracia a través
de la asistencia materna
de María. De la
confianza, del amor a María, vendrá el deseo, la necesidad imperiosa de su
imitación.
11.
La Madre Catalina tuvo una
devoción señaladísima por la Virgen de los Dolores. El amor a Cristo
Crucificado no podría no lIevarla al lado de la Virgen de los Dolores. Y la
Virgen de los Dolores le reservó gracias particulares: ser de manera especial
copartícipe de la cruz del Señor.
12.
María le había hecho penetrar
en la sabiduría de la cruz; no sólo eso: le. había prometido asociarla a la
cruz de modo especial porque éste era el signo de su amor privilegiado .
… “la Madre Catalina fue una predilecta de la Virgen de
los Dolores: su vida entera estuvo marcada por una particular presencia de la
cruz del Señor. Yo diría que la Virgen de los Dolores tuvo un papel especial,
no sólo en relación con la Madre Catalina, sino también en la vida del
Instituto a través de'la Madre.
13.
Y así la Virgen lleva a la Madre
Catalina adonde ella no tenía intención de ir: primero al Conservatorio, luego
a Bobbio, donde, durante cinco meses trabaja al lado del Fundador y escucha sus
últimas voluntades sobre el Instituto. Si hubiera
perdido aquella ocasión, la Madre no habría vuelto a tener oportunidad de
encontrarse con el Padre. En efecto la revisión de las Constituciones se
concluye en marzo de 1845; en abril del mismo
año el Padre cae gravemente enfermo. Aquellos cinco meses fueron, pues,
providenciales para el Instituto: fueron un don de María a nuestra pequeña
Congregación.
14.
La Virgen en la vida de la
Madre Catalina fue maestra y madre, pero siempre en el misterio del dolor. Los
encuentros más íntimos con María los vivió nuestra Madre a los pies de la cruz.
¡La Virgen de la Soledad!
15.
Y la Madre Dolorosa, en recompensa, le comunica la
sabiduría de la cruz. Y es en la cruz
donde la Madre Catalina adquiere la maternidad espiritual sobre el Instituto:
maternidad en la fe y en la caridad.
16.
…en la escuela de la Virgen de
los Dolores la Madre Catalina se convierte en verdadera confundadora de nuestra
Congregación, abrazando con fe y con abandono a la voluntad de Dios todas las
pruebas que tal responsabilidad entrañaba.
17.
Y la Virgen no olvidaba sus
visitas benditas, visitas que a menudo dejaban señal en el espíritu y en la
carne. Es el Fundador quien se lo recuerda a la Madre en su última carta desde
Bobbio:
"Volviendo ahora a nosotros, la Virgen os ha regalado
según la costumbre. Pero el tiempo de Pasión acaba pasado mañana. Respirad vos
también en el Aleluya con la vivísima esperanza de tener
parte en a-resurrección del Señor"
18.
La Madre estaba viviendo la
gran vigilia de cruz: dos meses más tarde el Fundador retorna a la casa del
Padre. Ella lo presentía.
Y conoció la hora amarga de la
soledad: había perdido un padre por doble título: padre de su alma y padre de la Congregación. Y desde este momento los dones de .María se
multiplican en su vida; pero de María le viene la fuerza de soportar sus
sufrimientos en silencio y erguida, con sublime dignidad, como Ella a los pies
de la cruz.
19.
"¡Eternidad Dichosa!"
La Madre, anhelando la posesión de Dios, identifica la eternidad dichosa con la
vida eterna, realidad que pertenece a la intimidad de Dios viviente en la Trinidad.
20.
Ser fieles a las promesas
hechas es recordar que la fidelidad es ejercicio de paciencia, de esperanza en
la gran espera: es vivir la vida como vigilia, es decir, como fiesta.
21.
"Haceos todas santas ...
Nos veremos en el Paraíso, donde estará ya Fray Francisco de Camporrosso, que
nos espera".
" ¡ Haceos santas! Ruego por todas
vosotras a fin de que seáis fieles a las promesas hechas a Jesús y María.
Luego, nos veremos y gozaremos por siempre en el Paraíso"
22.
Para nuestra Madre la muerte es
sólo paso, pero paso pascua/. Vivir
para Ella significa renacer en Cristo; y entonces para ella la voz
"muerte" hay que cambiarla por "resurrección". •
Para ella, prepararse a morir significaba vivir en intimidad
con Cristo…
23.
Es a los pies de Cristo
Crucificado donde la Madre encuentra la luz que ilumina los horizontes de la
muerte redimida. Y la muerte se convierte para ella en el momento privilegiado
del encuentro con Dios a quien ella anhela contemplar cara a cara.
24.
Nuestra Madre, encomendada a
Cristo durante toda la vida, de modo particular siente que se puede encomendar
a Él en el momento del encuentro definitivo.
Morir para ella es proyectarse en la plenitud
eterna, en la Eternidad Dichosa.
25.
"El Señor ha querido que
viniese la Madre Luisa. Digo la verdad, esto me produce consuelo. Así podremos
damos un abrazo cariñoso antes de mi partida. Mis años son muchos:
setenta y tres. Quizá sin esta ocasión no nos habríamos vuelto a ver. Así
podemos gozar todavía de la recíproca compañía en estos pocos días que me
quedan, porque está muy próxima mI partida para la Querida Eternidad"
26.
Y ésta es la última expresión de su riqueza humana y de su
ansia del Paraíso:
"Como,
sabéis, soy vieja. Os escribe María Marcelina, pero los sentimientos son míos.
¡Mil
abrazos! ¡Nos veremos en el Paraíso!”
27.
La muerte: para la Madre
Catalina, de necesidad angustiosa, pasa a ser objeto de bienaventuranza: se
convierte en verdadera espera. Y esto significa que la Madre Catalina había
hecho de Dios el centro de su vida,
de sus pensamientos, de sus afectos.
28.
Sólo una vida verdaderamente
vivida para Dios se convierte, en su ocaso, en alegre encuentro con el Señor.
29.
" El ardiente deseo de Pablo ha pasado a ser herencia de los
Santos de todos los tiempos, también de nuestra Madre: "es más dulce
morir que vivir” "Querida Eternidad!". "¡Dichosa Eternidad!
30.
…en la Madre Catalina la
nostalgia del encuentro final. con el Señor era directamente proporcional a su
experiencia de amor en, esta vida. Realmente ella vivió y obró con amor y por amor.