HISTORIA DE LA VIRGEN DEL HUERTO
Hacia el año 1490 de nuestra era un
horrible contagio invadió la Ciudad de Chiávari (Italia). Turquina Guercio,
librada milagrosamente de la peste, hizo pintar en el muro de un huerto,
propiedad suya, la imagen de María con el Niño Jesús en brazos en acto de
bendecir al pueblo, impulsado por la mano derecha de la Madre Inmaculada. La
cesación del azote y los milagros obrados por medio de la Imagen, manifestaron
que ésta había sido divina inspiración. Pero habiéndose destinado aquel lugar a
sepultura de las víctimas del contagio, la Imagen quedó allí oculta, olvidada y
hasta profanada por largos años. No permitió Dios, sin embargo, que del todo se
extinguiera su memoria en el pueblo, pues no faltaban almas sencillas y
piadosas que recurrían a la olvidada Imagen del Huerto en sus más apremiantes
necesidades. Dios, por su parte, quería glorificarla, y durante la noche, a
modo de misteriosas procesiones, los Espíritus angélicos hacían la corte a su
Reina Soberana.
En 1609, la Santísima Virgen en
persona se apareció a Gerónima Turrio, sanándole instantáneamente a un hijo; y
el 2 de Julio de 1610, el joven Sebastián Descalzo vio, en celestial visión, a
María Santísima pasearse por los aires y detenerse ante la ventanilla donde
estaba pintada la Imagen. A estas noticias acuden los pueblos y se multiplican
los prodigios; y los Chiavareses levantaron un Santuario y eligieron por Patrona a Nuestra Señora del Huerto.
Nuestra Señora del
Huerto
A
fines del siglo XV una devota mujer de Chavarri, en la provincia de Génova,
mandó pintar sobre el muro de un huerto una bella imagen de la Madre y el Niño,
en señal de gratitud por haber sido salvada del flagelo de la peste
En
1493 una grave epidemia de cólera azotó
a la ciudad de Génova, alcanzando la vecina localidad de Chiavari donde María
Turquina Quercio, piadosa mujer del suburbio de Rupinaro, prometió a la Virgen
una señal de público reconocimiento si la mantenía inmune a la peste.
Señal de agradecimiento
Superado
el flagelo, María Turquina encargó al artista Benedicto Borzone pintar sobre un
muro del huerto ubicado entre el Palacio de Gobierno y el puerto, una imagen de
la Santa Madre y el Niño junto a San Sebastián y San Roque, santos protectores
de los enfermos. La imagen debía ser venerada por los transeúntes que, en su
diario trajín, no tenían tiempo de entrar al templo para orar.
Poniendo
todo su empeño Borzone logró expresar de manera admirable la bondad de la
Santísima Virgen y la fuerza de su protección, obteniendo el bello y colorido
retrato que conocemos.
Con
el paso de los años el huerto fue transformado en depósito y chiquero pero la
bella pintura siguió allí, manteniendo su aspecto y tonalidad y llamando
poderosamente la atención de quienes pasaban por el lugar.
En
1528 la peste volvió a castigar la Liguria, abatiéndose con especial fuerza en
Chavari, hecho que acrecentó la devoción por la imagen. Por esa razón, las
autoridades de la ciudad decidieron construirle un altar que permitiese a los
fieles inclinarse y orar ante ella.
Apariciones
y milagros
La
noche del 18 de diciembre de 1609, Jerónima Turrio, una lavandera del barrio de
Rupinaro, rezaba frente a la Virgen cuando, repentinamente, la pintura comenzó
a irradiar una luz intensa. El prodigio se conoció en los alrededores y al cabo
de un tiempo, cientos de peregrinos comenzaron a acudir al lugar para implorar
gracias.
La
fama de Nuestra Señora del Huerto se vio reforzada el 2 de julio de 1610
cuando, en horas de la mañana, se le apareció a Sebastián Descalzo, un humilde
poblador de las inmediaciones, quien en esos momentos caminaba desde su casa al
suburbio de Carrasco, recitando sus oraciones.
Transitaba Sebastián la plaza de la
ciudad cuando vio frente a sí a la
Virgen bendita luciendo un hermoso manto celeste. Poco después, comenzaron los
milagros. Una rajadura que atravesó
el muro de un extremo a otro de la pintura, se reparó sola, sin la intervención
de ningún albañil. Otro día, frente a su imagen, dos enemigos acérrimos fray
Miguel Raggio y Battino Marini, se reconciliaron dándose el abrazo de la paz y
al cabo de un tiempo se producían curaciones, se solucionaban diferendos y se
concedían peticiones, todo por medio de la Virgen del Huerto.
Santa Patrona de
Chiavari
El 7 de marzo de 1634 el Consejo de
Gobierno de la ciudad declaró a la Virgen del Huerto patrona de la población y
del distrito de Chiávari y el 8 de septiembre el sector de la pared donde se
hallaba pintada la imagen fue trasladado al Altar Mayor del santuario,
inaugurado el año anterior.
En 1769 la imagen de Nuestra Señora
del Huerto fue solemnemente coronada por Capitolio Vaticano. La Iglesia de la
Virgen del Huerto fue entregada a la Congregación de los Carmelitas Descalzos
quienes la tuvieron en su poder hasta 1797, cuando al proclamar Napoleón la
República Ligur, se alejaron.
En 1892, instituida la nueva
diócesis de Chiavari, S.S. León XIII elevó el Santuario a Catedral designando
dos años después a su primer obispo, Monseñor Fortunato Vinelli. El 3 de julio
de 1907 San Pío X, elevó el Santuario a
la categoría de Basílica.
En 1829 San. Antonio María Gianelli
fundó el religioso Instituto de las Hermanas de Caridad, Hijas de María del
Huerto, que se extendió por varios puntos de Italia, por las Repúblicas
Uruguaya y Argentina, Brasil, Chile y Tierra Santa, en el lugar simbólico
llamado Hortus Conclusus o jardines de Salomón. Numerosas Asociaciones, y en
especial la benemérita Archicofradía del Huerto, se honran con este título, con el cual todos debemos invocar a
María Santísima para experimentar los benéficos efectos de su protección.
El "Hortus
Conclusus" de Tierra Santa
Las palabras latinas Hortus
Conclusus, significan Huerto Cerrado, y se aplican a María Santísima, Madre de
Dios y Madre nuestra. En Tierra Santa, en las inmediaciones de Belén, existe el
verdadero Hortus Conclusus, bíblico, figura de María. Por iniciativa del gran
devoto de María del Huerto, Mons. Mariano Soler, Arzobispo de Montevideo, allí,
en ese Huerto sagrado, las Repúblicas Uruguaya y Argentina han levantado un
Santuario dedicado a Nuestra Señora del Huerto.
Las Hermanas de Caridad, que se
honran con este título del Huerto, se consagran allí a las obras de caridad
propias de su benéfico Instituto, manteniendo y educando huérfanas, cuidando
enfermos y socorriendo a los pobres del barrio musulmán que se extiende franjé
al Santuario. Grande y santa misión, que merece cooperación de nuestra parte