DIA SEPTIMO: 29 de junio
Solemnidad de San Pedro y San Pablo
Día del Papa
Este
día la Iglesia recuerda de manera especial al representante de Cristo
en la tierra. Oramos por el Papa Francisco y la misión que el Señor le
encomienda al frente de la Iglesia, Pueblo de Dios.
Acerca de la
historia de nuestra Madre del Huerto recordamos que después de muchos
años, el pueblo de Chiavari se olvida de la imagen de la Virgen. La
Madre es quien nos señala el camino de vuelta a nuestro Padre y Creador
porque cuando nos alejamos de él, la vida es más triste y difícil.
Pedimos por todos los que se han alejado del Señor en esta pandemia.
Rezamos
también por las comunidades de Colegio Madre Raffo – Belem Novo –
Brasil, Comunidad Villa del Huerto – Alta Gracia – Argentina, Casa de
Formación “Nazaret” Córdoba – Argentina.
- Acto de contrición.
Dios misericordioso, humildemente arrepentido te pido perdón y Gracia, para que, purificado de mis pecados, me permitas venir al Huerto de María, donde aspire en esta novena el celestial perfume de las flores de tus virtudes, que me propongo imitar, para merecer un día la dicha de contemplarla en el Paraíso en toda su belleza y esplendor. Amén.
- Oración inicial para todos los días.
Evangelio de Lucas 2,41-49
Sus
padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua.
Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada
la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén
sin que ellos se dieran cuenta.
Creyendo que estaba en la caravana,
caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los
parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en
busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los
doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los
que los oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
Al
ver, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: «Hijo mío,
¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos
angustiados». Jesús les respondió: « ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían
que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?».
Palabra de Dios
MEDITACIÓN
EL CEDRO, símbolo de la GRANDEZA y FORTALEZA de María.
De
la misma manera que el cedro se eleva más que todos los árboles, así
también María sobrepasa en santidad a los demás seres humanos.
La
Santa Iglesia católica la invoca por su propio nombre “SANTA MARIA” y la
llama también por el título de mayor dignidad “SANTA MADRE DE DIOS”.
Ser MADRE de DIOS implica para ella nada más y nada menos que haber llevado en su seno al mismo HIJO de DIOS, el Verbo eterno.
Siendo
madre tuvo la autoridad y los derechos de la maternidad y también
corrió muchos riesgos junto a San José desde la Anunciación hasta
compartir con Jesús los terribles dolores de la pasión y Muerte en la
cruz.
Esta gran madre nos fue regalada por el mismo Jesús, a nosotros
los seres humanos, para que en todo peligro invoquemos su nombre
cubriéndonos con su manto.
Así como las aves se amparan en el denso
ramaje del cedro, así nosotros podamos recibir su protección maternal,
su consuelo y amparo.
Practiquemos la virtud de la gran confianza en Dios por medio de María, nuestra protectora.
Pausa de silencio para meditar
(En este momento se pide la gracia que se desea alcanzar)
- Rezamos un PADRENUESTRO a San José y tres AVEMARIAS a nuestra Madre.
- JACULATORIAS:
“Huerto Cerrado, eres María, Huerto Cerrado y Fuente Sellada y tus perfumes son de paraíso”.
“Glorioso patriarca San José, ruega por nosotros”
- PRECES…
- CANTO…
ORACION FINAL
Oh María, ábreme tu divino Huerto y
entraré en él, atraído de la celestial fragancia de tus virtudes, me
sentaré bajo la sombra de tu amparo y protección y me saciaré de sus
frutos.
Fuente sellada y pura eres, no permitas que se seque jamás en mi alma la flor de tu devoción y el fruto de tu amor a Jesucristo.
Desde
tu trono de gloria ruega a tu Divino Hijo para que sea prudente,
aprenda la sabiduría y marche siempre por el camino de la justicia.
Virgen del Huerto, tu hijo soy, concédeme oír tu voz y contemplar tu rostro bellísimo. Amén.