Familia Gianellina

TERCER DIA DE LA NOVENA EN HONOR A NUESTRA MADRE - 25 DE JUNIO -

NOVENA NUESTRA SEÑORA DEL HUERTO

“UNIDOS A MARIA Y JOSÉ, REZAMOS POR EL FIN DE LA PANDEMIA”

DIA TERCERO: 25 de junio

En este tercer día de la novena recordamos la gracia alcanzada por María a favor del pueblo de Chiavari. En gratitud, Turquina encarga a Benito Borzone la pintura de la imagen de la Virgen en el Huerto del Capitán. Es para nosotros que vivimos en tiempo de pandemia, una invitación a renovar nuestra confianza en Dios, Señor de la vida y de la historia.
Rezamos también por las comunidades de Macaé – Brasil, Colegio del Huerto de Jesús Maria y Colegio del Huerto Orán - Argentina

- Acto de contrición.

Dios misericordioso, humildemente arrepentido te pido perdón y Gracia, para que, purificado de mis pecados, me permitas venir al Huerto de María, donde aspire en esta novena el celestial perfume de las flores de tus virtudes, que me propongo imitar, para merecer un día la dicha de contemplarla en el Paraíso en toda su belleza y esplendor. Amén.


- Oración inicial para todos los días.


Oh María que por tu virginidad fecunda fuiste hecha por el Espíritu Santo, “Huerto Cerrado y Fuente Sellada”, porque tu corazón perteneció única y enteramente a Dios, vuelve sobre mí tu mirada de Madre.
Por el amor particular con que te has manifestado como Huerto fecundo de gracia para mi salvación, alcánzame de tu Hijo, que tienes en tus brazos, una continua conversión del corazón, un creciente amor a la voluntad del Padre y una solícita caridad hacia los hermanos. Amén.



Lectura del Evangelio de Lucas 1,39-45

En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: « ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor».
Palabra de Dios

MEDITACIÓN
La VIOLETA, símbolo de la HUMILDAD de María.


La violeta es el símbolo de la humildad. La humildad es una de las virtudes más destacadas de la Virgen María.
Esta modesta flor no despliega su corola a los rayos del sol. La violeta se oculta y hasta de sus propias hojas forma un abrigo. Pero su aroma la descubre y no es tan admirada. Sin embargo es amada.
María vivió apartada de las grandes ciudades, vivió oculta en Nazaret. Tenía el suave perfume de su humildad y las predicciones del Altísimo.
En el silencio de su habitación recibe al Ángel Gabriel que la saluda y la llama LLENA de GRACIA. Le anuncia que va a ser la MADRE de Dios y María responde “soy la esclava del Señor”.
El corazón de María exhalaba siempre el perfume a semejanza de la violeta. Era el aroma de la oración, humilde y perseverante. Por esta razón María fue elegida por Dios para ser su Madre.
Dios ama de verdad esta virtud de la humildad. A veces nuestra oración no alcanza lo que pedimos ¿no será que a nuestra oración le falta el suave aroma de la violeta?
Por eso, aprendamos de María a ser humildes, silenciosos y perseverantes.


Pausa de silencio para meditar
(En este momento se pide la gracia que se desea alcanzar)

- Rezamos un PADRENUESTRO a San José y tres AVEMARIAS a nuestra Madre.
- JACULATORIAS:
“Huerto Cerrado, eres María, Huerto Cerrado y Fuente Sellada y tus perfumes son de paraíso”.
 “Glorioso patriarca San José, ruega por nosotros”
- PRECES…
- CANTO…
- ORACION FINAL

ORACION FINAL
Oh María, ábreme tu divino Huerto y entraré en él, atraído de la celestial fragancia de tus virtudes, me sentaré bajo la sombra de tu amparo y protección y me saciaré de sus frutos.
Fuente sellada y pura eres, no permitas que se seque jamás en mi alma la flor de tu devoción y el fruto de tu amor a Jesucristo.
Desde tu trono de gloria ruega a tu Divino Hijo para que sea prudente, aprenda la sabiduría y marche siempre por el camino de la justicia.
Virgen del Huerto, tu hijo soy, concédeme oír tu voz y contemplar tu rostro bellísimo. Amén.