HERMANAS DEL
HUERTO EN LA PASTORAL DE LA SALUD
HOSPITAL DEL NIÑO
JESÚS DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN, TUCUMÁN, ARGENTINA
Desde
1858 en Argentina, algunas Hermanas, Hijas de María Santísima del Huerto, de la
Congregación fundada por San Antonio María Gianelli, en Chiávari, Italia,
dedican su vida a las tareas misioneras y apostólicas en la pastoral de la
salud, en hospitales de distintas ciudades del país. Madre Clara Podestá, llegó
ese año, para conocer los hospitales que deseaban confiarle, después de la heroica
asistencia de las Hermanas en Montevideo, por la fiebre amarilla y desde ese
momento la dedicación de las Hermanas Hospitalarias no cesó.
Uno
de los hospitales en los que asisten a los enfermos es el Hospital del Niño Jesús,
situado en San Miguel de Tucumán, provincia de Tucumán.
“Es un Hospital Pediátrico de 3º Nivel, siendo
uno de los más importantes de la Región NOA. Es monovalente, único exclusivo
para la atención pediátrica en la provincia. Brinda una atención integral a
niños y adolescentes con patologías agudas y crónicas (menores de 14 años),
tanto en el sector ambulatorio como en la internación. Posee internación para
cuidados progresivos, con salas de cuidados mínimos, cuidados intermedios, y
cuidados intensivos. De las 210 camas de internación, 40 unidades corresponden
al área crítica. En la internación se destaca la Sala de Niños
inmunodeprimidos, provista con habitaciones individuales con equipos de filtros
de aire para el tratamiento y recuperación de los pacientes con patologías
oncohematológicas. Cuenta con un Centro Quirúrgico, con cinco quirófanos, uno
de los cuales es utilizado en cirugías cardiovasculares y neurocirugía de alta
complejidad.
Una
de las fortalezas de este hospital es la variedad de especialidades pediátricas
que ofrece en el sector ambulatorio, otorrinolaringología, oftalmología,
endocrinología, nefrología, infectología, dermatología, genética médica,
neumonología, cardiología, hematología, oncología, psicología y psiquiatría,
cuidados paliativos, atención al adolescente, gastroenterología, entre otras. Cuenta
con vacunatorio en el mismo sector ambulatorio; posee un sector está dedicado a
estimulación temprana en niños con alguna discapacidad. También funciona en el
hospital el consultorio de seguimiento del niño prematuro, tratado por un
equipo de salud formado por médicos neonatólogos, psicólogos, terapista
ocupacional, kinesiólogos, etc.”[1]
En
este Hospital, están presentes: Madre Mónica Calisaya; Hermana Ana María
Gutiérrez y Hermana Romina Ruiz.
Viven
en el Hospital, en el tercer piso de la Comunidad Religiosa. Hermana Romina
trabaja en el Hospital como personal de la salud; la Hermana Ana María- ya jubilada-
y Madre Mónica son enfermeras.
Para
el acompañamiento espiritual, cada Hermana tiene un piso asignado: en el primer
piso Madre Mónica asiste en las terapias intermedias e intensivas y las áreas
de Covid; la Hermana Romina acompaña en el segundo piso: traumatología,
infecciones, quemados y cardiología y Hermana Ana María, acompaña en la sala de
oncología.
Su
misión es mostrar el rostro de Cristo a todos los que las rodean, para que en
Él hallen consuelo y fortaleza, especialmente los enfermos y sus familias.
Sus tareas en la sala son múltiples, donde se
prioriza la contención y sostenimiento espiritual en situaciones difíciles a
los padres de niños enfermos y a los niños.
Cada
Hermana conoce la realidad de su sector y cada situación especial que se vive
allí, no sólo de las familias de los niños internados sino también del personal
de la Salud y de todo el Hospital, realizando una significativa Pastoral de la
Salud, desde la animación y la acción.
Ayudan
en todo lo que necesitan las familias y los niños, por ejemplo, ropa, artículos
de higiene y para necesidades básicas, información sobre lugares de
alojamiento, medicamentos y turnos (tratan de mediar en su otorgamiento, para
que la estadía de los niños en el hospital sea la menor posible).
Acompañan
a las Hermanas en su misión de animación pastoral: más de 40 jóvenes, laicos
gianellinos, universitarios de diferentes provincias, que junto al grupo de la
Pastoral de la Salud-conformado por adultos-; un grupo de Oración: los
“Mensajeros de la Paz”; un grupo de adoradores de Adoración Perpetua -que,
durante las 24 horas del día, oran en el Oratorio-y otro grupo más pequeño, que
son las Discípulas de María, señoras que siguen la devoción a María.
Asimismo, las Hermanas son el nexo con
personas externas al Hospital, que quieren hacer el bien a través de acciones o
contribuciones como, por ejemplo: Congregaciones, Seminario, etc.
Los
niños son el centro de la misión en este Hospital, los preferidos de Jesús, los
que pone como ejemplo de inocencia, sencillez y pureza de alma.
Próximos
a celebrar el día del niño, las Hermanas; los jóvenes laicos gianellinos y el
personal del Hospital, se preparan para celebrar junto a toda la Provincia
Religiosa Madre Clara Podestá –Región Argentina/Bolivia- un FESTEJO VIRTUAL,
bajo el lema: “DE LA MANO DE SAN JOSÉ, CAMINEMOS CON ALEGRÍA”.
La
transmisión de este evento se realizará EN VIVO DESDE EL HOSPITAL DEL NIÑO
JESÚS DE SAN MIGUEL DE TUCUMÁN, el DOMINGO 15 DE AGOSTO A LAS 17 HS, por el
canal de las “Hermanas del Huerto” de YouTube y Facebook.
Los
niños de doce Colegios, huertanos gianellinos, de la República Argentina, que
comparten la devoción a María del Huerto, acompañarán en la transmisión en vivo
y colaborarán con su aporte generoso, con las necesidades de los chicos
internados y sus familias.
Estamos
todos invitados a disfrutar de este evento ON LINE, recordando que tenemos una
“gran tarea: hacernos como niños.
Requiere
mucha dosis de humildad, de sencillez. Dios nos dice que debemos pasar por la
puerta estrecha, si queremos entrar en el cielo.
En
el Reino de Dios sólo habrá niños, niños de cuerpo y de alma, pero niños,
únicamente niños. Dios, cuando se hizo hombre, empezó por hacerse lo mejor de
los hombres: un niño como todos…Quiso empezar siendo un bebé. Lo mejor de este
mundo, ¡vaya que lo sabía Dios!, son los niños. Ellos son nuestro tesoro, la
perla que aún puede salvarnos…Por eso la va renovando con oleadas de niños,
generaciones de infantes que hacen que aún parezca fresca y recién hecha. Los
niños huelen todavía a manos de Dios creador. Por eso huelen a pureza, a
limpieza, a esperanza, a alegría. ¡No maniatemos a ese niño que llevamos dentro
con nuestras importancias, no lo envenenemos con nuestras ambiciones! Por la
pequeña puerta de la infancia se llega hasta el mismo corazón del gran Dios”[2].
Quiera
Dios, por intercesión de San Antonio María Gianelli, que este día del niño sea
para celebrar la alegría por el juego compartido y la diversión, pero
especialmente que sea valioso para cada uno, por el encuentro con el hermano
sufriente por la enfermedad, para que, en ese rostro doliente, encontremos a
Cristo.
“Aquel
que acompaña a su Salvador en esta tierra, ciertamente será también su
compañero en el cielo: así como participa de los sufrimientos de Cristo, así
también participará de sus consolaciones”[3].
San
Antonio María Gianelli
[1] MINISTERIO DE SALUD PÚBLICA; GOBIERNO DE TUCUMÁN, Recuperado de: https://msptucuman.gov.ar/hospitales/hospital-del-nino-jesus/
[2] CATHOLIC.NET; JESÚS Y LOS NIÑOS; Recuperado de: https://es.catholic.net/op/articulos/71325/jesus-y-los-ninos#modal
[3] FMH, Hna. M. Rausch; R. Magrini; Meditemos con San Antonio María
Gianelli; Una frase cada día del año; 2010. Pág. 42.