(Papa
Francisco con las Hermanas participantes del Capítulo General de las Hijas de
María Santísima del Huerto. 26/III/2022)
Frente
a las 33 participantes en el XX Capítulo General de las Hijas de María
Santísima del Huerto, el Papa dirigió un discurso esta mañana en la Sala del
Consistorio, invitándolas a seguir con su misión atentas al mundo, a las
necesidades de las "periferias existenciales". Les recordó la
importancia de acercarse a los hermanos que más sufren: "Tocar con la mano
nos humaniza", afirmó el Santo Padre.
El
Papa las saludó y se detuvo en el sentido del Capítulo, que, en cada familia
religiosa, representa un “momento fundamental del camino de su vida, significa
encuentro, diálogo, responsabilidad, comunión evangélica”.
Al
Pontífice le agradó el hecho de que las Hermanas decidieron poner los trabajos
del Capítulo General y sus frutos bajo la custodia de San José, pues iniciaron
en la víspera de su Solemnidad.
“Él, el artesano de Nazareth, que también con
su trabajo, participó en el designio de salvación y lo sirvió fielmente, como
hombre justo que era”, subrayó.
Francisco
se refirió a la presencia de las Hermanas en distintos países, donde encuentran
“tantas situaciones de sufrimiento, pobreza, prepotencia”.
“También
vuestra misión de evangelizar tiene obstáculos y resistencias, pero, sobre el
ejemplo de San Antonio Gianelli, en lugar de desanimarse, afronten estas
dificultades con confianza y esperanza, sabiendo que ustedes mismas son las primeras
pobres y necesitadas de Dios. Esta actitud humilde y valiente se asemeja a la
de la Virgen María ante sus pruebas. Hace de cada una de ustedes una buena
tierra en la que puede brotar la semilla de la caridad, que están llamadas a
‘regar’ cada día con la oración, especialmente con la adoración, para
permanecer ‘con el corazón en Dios’, como dice vuestro lema”.
LA ATENCIÓN COMO REALISMO,
SENCILLEZ
Con
estas raíces y con esta solidez interior, afirmó el Papa, “ustedes pueden salir
a las calles del mundo y pueden hacerse, como se proponen, “atentas al mundo”.
Francisco les sugirió dos simples consejos para su reflexión y camino.
La
primera es: “Atento al mundo -en el sentido evangélico- es alguien que sabe
sorprenderse, alguien que está abierto a captar las semillas del reino de Dios
presentes en la realidad, porque sabe que el Espíritu Santo está siempre
actuando y actúa libremente y a menudo de forma sorprendente”.
Francisco
aclaró que “atención” no significa juicio, prejuicio, sospecha, desconfianza o
miedo, sino “sano realismo, sencillez, sabiendo tomar las situaciones y las
personas como son, y acompañándolas en el camino de la cercanía a Dios y de la
madurez en el Señor”.
El
segundo fue acercarse, agacharse, tocar con la mano, porque “tocar con la mano
nos humaniza”, dijo, no quedándose en el balcón: “Esta es una de las cosas más
feas, el cristiano que está en el balcón”. En este sentido, el Papa recordó uno
de sus términos recurrentes, balconear, que alude a la actitud de mirar las
cosas con asepsia, sin entrar en contacto con el mundo.
“Normalmente,
cuando ... en las confesiones o en el diálogo, le pregunto a una persona:
"Pero dime: ¿tú das limosna?". - "Sí, Padre: doy limosna" -
"Y dime, cuando das limosna, ¿tocas la mano de la persona que pide, o le
miras a los ojos?" - "Pero, no sé...": esta limosna no es tuya,
mecánica. Si eres capaz de tocar, de mirar a los ojos, eso es hermoso. Eso es
importante: no balconear, tocar. Atención, pues, como proximidad, para
convertirse en vecino, para cuidar”
“Cada
vez que nos acercamos a una persona con caridad, con amor, le devolvemos su
dignidad”, enfatizó.
Alegres
por esta delicadeza hacia nuestra Comunidad Religiosa por parte del Santo Padre, deseamos que nuestra Madre,
María del Huerto, acreciente los frutos espirituales de este 20º Capítulo
General de las Hijas de María Santísima del Huerto, para que copiosamente sigan
sembrando la semilla del CARISMA GIANELLINO en el corazón de muchas personas,
para que puedan recorrer hoy el camino de la “CARIDAD EVANGÉLICA VIGILANTE”
trazado por San Antonio María Gianelli!.