Familia Gianellina

II REFLEXIÓN GIANELLINA PARA EL TIEMPO DE CUARESMA

II REFLEXIÓN GIANELLINA PARA EL TIEMPO DE CUARESMA


LA ENTREGA POR AMOR


“El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” (Mc.10,45)

            La entrega generosa del Hijo de Dios nos abre el corazón a todas las necesidades del mundo. En ellas está Jesús, muchas veces clavado en la cruz, desecho, desconocido, desfigurado, insultado, sin voz, golpeado, explotado, moribundo...como tantos, que esperan ser escuchados en su clamor.

El empeño apostólico puesto por Gianelli, cuando reunió a las primeras Hermanas, fue una respuesta activa y sin límites, a las necesidades de su entorno.


“La necesidad de proporcionar, al Orfanatorio que la Sociedad Económica había fundado, buenas maestras y directoras, y la suma dificultad con se tropezó a la hora de encontrarlas, sugirió al abajo firmante la idea de reunir algunas virtuosas jóvenes deseosísimas de una vida de retiro, de las cuales se podrían extraer con el tiempo las maestras y directoras aludidas. El resultado superó las expectativas. Las Hijas de María del Huerto (así pareció bien llamarlas por nuestro insigne Santuario) empezaron abriendo una escuela para niñas, en la que se fueron enseñando gradualmente, junto con los principios de nuestra santa religión, no sólo las labores de lencería y vestidos femeninos, sino también el bordado, los encajes, el acabado de los tejidos y bordados de nudillos, la tejedura de toda clase de lencería de nuestra región y finalmente a leer y escribir, junto con los primeros rudimentos de aritmética. Todo ello no sólo con una paga bajísima, antes para algunas incluso a título de caridad. Las visitas que en los días festivos iban haciendo entretanto al Hospital Municipal y las caridades que ejercían en favor de los enfermos hicieron que la Comisión administrativa se resolviera a llamarlas a la Dirección inmediata del Hospital y a la atención de los mismos enfermos...La Comision administrativa del Hospital de la Spezia siguió el ejemplo del de Chiávari y quiso encomendar su gobierno al cuidado y vigilancia de las Hijas de María...Así, un Instituto que no cuenta todavía siete años de existencia (se reunieron el 12 de enero de 1829) proporciona ya gobernantas y directoras a tres establecimientos públicos y no parece lejano el día en las procure algún otro. La ciudad de la Spezia fue además testigo de la generosidad con que cuatro de estas Hermanas expusieron la propia vida, sin interés u otra  mira terrena, para salvar y aliviar a los pobres enfermos de cólera...arriesgaron la suya por salvar la de estos desdichados...Si han hecho tanto en siete años, de los que puede decirse que han sido años de infancia, ¿qué no harán en otros tantos de robustez?...”

(Carta 23 (182) A Alcalde y Concejales de la Ciudad de Chiávari, 1835).[1]



      [1] INSTITUTO DE LAS HIJAS DE MARÍA SSMA. DEL HUERTO; Epistolario de Antonio Gianelli; Fundador y Santo de la Iglesia; Ediciones Gienelline; Vía dei Quattro Cantoni,45; Roma. Versión española sobre la edición italiana de Lettere; Antonio Gianelli; Traducido por Pablo Largo. Primer volumen; noviembre de 1815-mayo de 1841.Pág.6 a 9.