17 DE DICIEMBRE
85 ANIVERSARIO DEL NACIMIENTO DEL PAPA
FRANCISCO
«Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos»
¡GRACIAS, SEÑOR!
"Es la gratitud que arraiga una gracia en nosotros. Si
el corazón no se nutre de la gratitud, la esperanza cambia de signo: ya no es
el sentimiento agradecido de quien ha recibido y la mano que aún se extiende
para recibir, sino la prisa ingrata que lo rechaza todo porque todo le parece
poco"[1].
BIOGRAFÍA DEL PAPA FRANCISCO
“En la capital argentina nació el 17 de
diciembre de 1936, hijo de emigrantes piamonteses: su padre, Mario, era
contador, empleado en ferrocarril, mientras que su madre, Regina Sivori, se
ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos.
Se diplomó como técnico químico, y eligió
luego el camino del sacerdocio entrando en el seminario diocesano de Villa
Devoto. El 11 de marzo de 1958 pasó al noviciado de la Compañía de Jesús.
Completó los estudios de humanidades en Chile y en 1963, al regresar a
Argentina, se licenció en filosofía en el Colegio San José, de San Miguel.
Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la
Inmaculada de Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio del
Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología en el Colegio San
José, y obtuvo la licenciatura.
El 13 de diciembre de 1969 recibió la
ordenación sacerdotal de manos del arzobispo Ramón José Castellano. Prosiguió
la preparación en la Compañía de 1970 a 1971 en Alcalá de Henares (España), y
el 22 de abril de 1973 emitió la profesión perpetua. De nuevo en Argentina, fue
maestro de novicios en Villa Barilari en San Miguel, profesor en la facultad de
teología, consultor de la provincia de la Compañía de Jesús y también rector
del Colegio.
El 31 de julio de 1973 fue elegido
provincial de los jesuitas de Argentina, tarea que desempeñó durante seis años.
Después reanudó el trabajo en el campo universitario y entre 1980 y 1986 es de
nuevo rector del colegio de San José, además de párroco en San Miguel. En marzo
de 1986 se traslada a Alemania para ultimar la tesis doctoral; posteriormente
los superiores le envían al colegio del Salvador en Buenos Aires y después a la
iglesia de la Compañía de la ciudad de Córdoba, como director espiritual y
confesor.
Es el cardenal Antonio Quarracino quien le
llama como su estrecho colaborador en Buenos Aires. Así, el 20 de mayo de 1992
Juan Pablo II le nombra obispo titular
de Auca y auxiliar de Buenos Aires. El 27 de junio recibe en la catedral la
ordenación episcopal de manos del purpurado. Como lema elige Miserando
atque eligendo y en el escudo incluye el cristograma IHS, símbolo de
la Compañía de Jesús.
Concede su primera entrevista como obispo
a un pequeño periódico parroquial, «Estrellita de Belén». Es nombrado enseguida
vicario episcopal de la zona de Flores y el 21 de diciembre de 1993 se le
encomienda también la tarea de vicario general de la arquidiócesis. Por lo
tanto, no sorprendió que el 3 de junio de 1997 fuera promovido como arzobispo
coadjutor de Buenos Aires. Antes de nueve meses, a la muerte del cardenal
Quarracino, le sucede, el 28 de febrero de 1998, como arzobispo, primado de
Argentina. El 6 de noviembre sucesivo fue nombrado Ordinario para los fieles de
rito oriental residentes en el país y desprovistos de Ordinario del propio
rito.
Tres años después, en el Consistorio del
21 de febrero de 2001, Juan Pablo II le crea cardenal, asignándole el título de
san Roberto Bellarmino. En esa ocasión, invita a los fieles a no acudir a Roma
para celebrar la púrpura y a destinar a los pobres el importe del viaje. Gran
canciller de la Universidad Católica Argentina, es autor de los libros
Meditaciones para religiosos (1982), Reflexiones sobre la vida apostólica
(1986) y Reflexiones de esperanza (1992).
En octubre de 2001 es nombrado relator
general adjunto para la décima asamblea general ordinaria del Sínodo de los
obispos, dedicada al ministerio episcopal, encargo recibido en el último
momento en sustitución del cardenal Edward Michael Egan, arzobispo de Nueva
York, de presencia necesaria en su país a causa de los ataques terroristas del
11 de septiembre. En el Sínodo subraya en particular la «misión profética del
obispo», su «ser profeta de justicia», su deber de «predicar incesantemente» la
doctrina social de la Iglesia, pero también de «expresar un juicio auténtico en
materia de fe y de moral».
Mientras, en América Latina su figura se
hace cada vez más popular. A pesar de ello, no pierde la sobriedad de trato y
el estilo de vida riguroso, por alguno definido casi «ascético». Con este
espíritu en 2002 declina el nombramiento como presidente de la Conferencia
episcopal argentina, pero tres años después es elegido y más tarde reconfirmado
por otro trienio en 2008. Entre tanto, en abril de 2005, participa en el
cónclave en el que es elegido Benedicto xvi.
Como arzobispo de Buenos Aires —diócesis
de más de tres millones de habitantes— piensa en un proyecto misionero centrado
en la comunión y en la evangelización. Hasta el inicio de la sede vacante era
miembro de las Congregaciones para el culto divino y la disciplina de los
sacramentos, para el clero, para los institutos de vida consagrada y las
sociedades de vida apostólica; del Consejo pontificio para la familia y de la
Comisión pontificia para América Latina”[2].
ORACIÓN POR EL PAPA FRANCISCO
“Oh Jesús, Rey y Señor de la Iglesia:
renuevo en tu presencia mi adhesión incondicional a tu Vicario en la Tierra, el
Papa.
En él Tú has querido mostrarnos el camino
seguro y cierto que debemos seguir en medio de la desorientación, la inquietud
y el desasosiego.
Creo firmemente que por medio de él tú nos
gobiernas, enseñas y santificas, y bajo su cayado formamos la verdadera
Iglesia: una, santa, católica y apostólica.
Concédeme la gracia de amar, vivir y
propagar como hijo fiel sus enseñanzas. Cuida su vida, ilumina su inteligencia,
fortalece su espíritu, defiéndelo de las calumnias y de la maldad.
Aplaca los vientos erosivos de la
infidelidad y la desobediencia, y concédenos que, en torno a él, tu Iglesia se
conserve unida, firme en el creer y en el obrar, y sea así el instrumento de tu
redención.
Amén”[3].
[1] Papa Francisco; ¡Cambiamo!; Prefazione di Antonio Spadaro; Ed.
Solferino; 2020.
[2] BIOGRAFÍA DEL SANTO PADRE FRANCISCO; Recuperado de: https://www.vatican.va/content/francesco/es/biography/documents/papa-francesco-biografia-bergoglio.html
[3] Catholic. Net; recuperado de: https://www.es.catholic.net/op/articulos/15780/cat/657/oracion-por-el-papa.html#modal