Roma, 25 de enero de 2020
Queridas Madres y Hermanas:
Estamos ya a cinco años del 19° Capítulo General que nos comprometió a “Hacernos todas
a todos, con alegría, para ser artífices de comunión, signos de profecía y juntas abrirnos a nuevos
horizontes”. El mismo nos encargó continuar con coraje el Proceso de Revitalización y
Reorganización del Instituto que juntas estamos llevando adelante en este sexenio. Nuevamente el
Señor irrumpe en nuestras vidas para convocarnos a celebrar un nuevo Capitulo General Ordinario.
“La celebración de un Capítulo General es un momento de gracia para todo instituto de vida
consagrada. En un clima de oración y afecto fraterno, los religiosos se reúnen para escuchar al
Espíritu Santo, para afrontar juntos las múltiples preguntas y desafíos que el instituto afronta en ese
preciso momento de su historia. Sin embargo, antes de ser un momento de reflexión sobre cuestiones
prácticas, un capítulo es la experiencia espiritual común de un retorno a la fuente de la llamada,
personal y comunitaria” (Papa Francisco a las Hermanitas de Jesús, 2 de octubre de 2017).
En continuidad con el camino que estamos realizando, hemos querido identificar un tema que
nos motive a estar atentas y abiertas a las necesidades de nuestro tiempo, desde la óptica de Dios, en
fidelidad creativa a nuestro carisma fundacional (Cfr. C. 2 y 4).
Junto con mi Consejo, convoco el 20° Capítulo General
que se celebrará en Roma, en la Casa Generalicia,
del 25 de enero al 14 de febrero de 2021, sobre el tema:
“Atentas al mundo, con el corazón en Dios”
“Atentas al mundo” implica aquella caridad evangélica vigilante que nace del corazón de mujeres
consagradas, con el espíritu y el estilo de San Antonio Gianelli, supone que nos encontramos en
salida, hacia las periferias existenciales.
"con el corazón", con toda nuestra persona, pero particularmente con un corazón lleno de
humanidad: hacia Dios y hacia las hermanas y hermanos que encontramos.
"en Dios": estamos inmersas en Dios, que nos ama y le da sentido a todo lo que somos y hacemos.
En este tema, los argumentos de formación y pastoral a tratar en el Capítulo encontrarán
inspiración y unidad: desde la evaluación de la reorganización para una revitalización auténtica, hasta
la identificación de la dirección a seguir, las prioridades a alcanzar, el estilo y los signos proféticos a
asumir.
“Nuestra audacia debe partir toda de Dios, cimentarse toda en Dios y no tener otro apoyo
que Dios” para que, vigilantes sobre todo sufrimiento y esperanza del Pueblo de Dios, seamos
realmente mujeres generadoras de vida y, capaces de donarnos gratuitamente a los hermanos,
anunciemos la Buena Noticia y hagamos el bien en toda circunstancia y situación (cfr. C. 65-66).
En Constituciones 168 leemos que el Capitulo General “es una experiencia pascual y eclesial,
y debe ser vivida en un clima evangélico de rectitud, de desprendimiento y oración. Las hermanas
capitulares sintiéndose convocadas por el Espíritu Santo, en un clima de fe, de comunión fraterna y
de discernimiento, buscan descubrir la voluntad de Dios sobre todo el Instituto”. Por ello, es
importante que todas nos dispongamos a este evento salvífico y nos preparemos personal y
comunitariamente, creando un clima de conversión, oración y humilde escucha de la Palabra de Dios,
en serena reflexión, para buscar y encontrar juntas el modo de reavivar la fidelidad al Evangelio, al
carisma, a la Iglesia y a nuestros hermanos (Cfr. C. 13).
Queremos renovar la docilidad al Espíritu que anima la profecía y así participar más
profundamente en la misión profética de Cristo. Hoy se nos llama a ser audaces y humildes al mismo
tiempo, apasionadas de Dios y de la humanidad, para hacernos portavoces de Dios contra el mal
y contra todo pecado.
Para robustecer nuestra comunión fraterna y prepararnos a este momento tan importante para
nuestra Familia Religiosa, les adjuntamos un folleto con diversas oraciones que nos permitirán
unirnos diariamente al invocar al Padre para pedirle que, en nombre de Cristo, nos envíe la luz del
Espíritu Santo. Pedimos que cada comunidad ofrezca la Eucaristía y momentos especiales de
Adoración al Santísimo Sacramento, también compartiendo con los laicos gianellinos, por esta
intención.
Queridas hermanas, junto a las Consejeras, las saludo con afecto fraterno y les auguro que
cada una pueda experimentar en lo más profundo de su corazón la alegría de ser toda del Señor y de
haber sido llamada a este Instituto que es todo de María, el cual en este momento, nos invita a estar
“atentas al mundo, con el corazón en Dios”!
Hna. Gladis N. Eberhardt
Sup. Gral.